Capítulo 28

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"Un sobre rosa pastel"

—¿Qué?

—He escuchado rumores, se habla de una chica nacida para salvarnos, o destruirnos.

—¿Te refieres a mi?

—Si.

—¿Y cómo se supone que lo haré?

—Abrirás un portal y traerás a todas las criaturas oscuras que se creían extintas. O serás quien lo cierre.

—Solo soy una humana.

—O eso es lo que piensas.

La cabeza empezaba a dolerme.

Las imágenes que la chica me mostró en el bosque con Jordan comenzaban a tener un poco de sentido.

—Y ahora que me conociste, ¿Piensas que es verdad?

—No lo sé, todavía no creo del todo en esa profecía.

—Entonces llévame a casa—le pedí.

Él asintió.

—Solo piensa si alguna vez te ha pasado algo raro, si has tenido algún episodio de ira o si te faltan recuerdos —se acercó a mi —subete a mi espalda —pidió.

—Si lo de la profecía es verdad... ¿Por qué yo?

—No lo sé, puedo llevarte con mi reina, ella sabe más que yo.

—No, gracias —me apresuré a responder, no estaba preparada para enfrentarme a una reina vampiro.

Se detuvo y me miró de una manera que delataba el conflicto que tenía consigo mismo, al final suspiró y negó con la cabeza.

—Eres poderosa, puedo sentirlo. Y me gustaría poder ganar.

—¿Ganar qué?

Dios mío, mi cerebro estaba apunto de explotar.

—Tú confianza.

Lo miré, esperando a que dijera algo más, pero cuando comprendí que no iba hacerlo, me subí a su espalda, enrede mis piernas en su torso, y coloqué mis manos en sus hombros.

—¿Alguna otra duda que pueda contestar? —preguntó mirándome sobre su hombro.

Lo pensé, estuve apuntó de hacer la pregunta, pero negué con la cabeza.

—Si te preguntan porque te secuestre, di que estoy perdidamente enamorado de ti —dijo, empezando a correr.

Ya era noche, todo estaba oscuro, unos minutos después el me había dejado en la entrada de la casa.

—Gracias por todo —me había dado respuestas, lo menos que podía hacer era agradecerle. 

—Denada, Lía.

Pero derrepente, Kyler apareció por detrás de James, al ver sus intenciones, empujé a James y Kyler cayó boca abajo en la tierra, ya que se había tirado sobre James, pero yo evite que lo interceptara.

—Adiós, Vampirito —me despedí de el.

—Adiós, mi destructora —tiró un beso en mi dirección, y se fue corriendo.

Kyler se puso de pie, sacudiendo se la ropa, su molestia se sentía a kilómetros de distancia.

—James es un amigo que solo quiso protegerme —expliqué sonriendo como quien no rompía un plato.

—Olvidaré eso si contestas una de mis preguntas —me miró serio.

—Está bien —no me quedó de otra.

Los chicos Newell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora