Carlisle Está Bien Bueno

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Quise poner ese título porque aparece Carlisle y todas sabemos que está bien bueno y sexy.

En la casa comenzaron a hacerle preguntas a Ania, y, como Edward ya no podía leer su mente, no podían saber si mentía o no.

Ella obviamente mintió en los datos personales como su padre, y etc...

Llegó un hombre de unos 35 a 40, de la edad de Esme, el cual venía con una bata de médico.

- Carlisle, ven aquí un momento, necesitamos tu ayuda.

- Un momento ¿Carlisle? ¿Carlisle Cullen? - Preguntó ella evidentemente asustada. Había oído de su padre que Carlisle había sido parte de los vulturis tiempo atrás.

Al momento quiso escapar.

Sus ojos se pusieron rojos por el enfado de recordar algo relacionado con su padre, ella los cerró.

- Decidme ¿qué pasa? ¿Por qué hay una niña humana aquí? - preguntó mirando a su familia.

Ellos explicaron lo sucedido y dejaron al adulto con Alice a solas con la pequeña.

La presencia de Alice parecía calmarla y darle confianza, pero evidentemente tenía miedo, ahora que sabía que eran los Cullen.

- Pequeña, abre los ojos por favor - esa voz era melodiosa, suave, cálida, hizo a la niña abrir sus ojos obedientemente, mostrando al adulto sus bellos ojos rojos.

Este tono de rojo le hacía recordad a alguien a Carlisle, en sí algunas faciones y movimientos de la niña lo hacían.

- ¿Eres vampiro? - ella negó. - pero tus ojos son rojos... Y me recuerdas bastante a un conocido.

La niña tragó saliva nerviosamente.

- Ella dice que no fue transformada y que su padre es un hombre rubio, no ha dicho mucho más de su padre.

- Ania Black, ¿así te llamas? - la niña asintió. - ¿cómo se apellida tu padre?

- N-No lo se. - el adulto la miró levantando una ceja - de verdad que no lo se. Tampoco quiero saberlo, el es un traidor.

La pequeña se movía con elegancia por el lugar, sus movimientos y gestos le hacían recordar demasiado a una persona.

- Ania ¿alguien te mordió? - ella negó - ¿siempre has sido así? - ella asintió.

- Bueno, nunca tuve esos poderes que decís. - exceptuó ella. - hasta entrar en contacto con Bella y Edward.

- Entiendo... - el hombre estaba pensativo. - ya es algo tarde - cambió de tema al ver la hora - ¿quieres ir con tu madre? - ella asintió, peor notó que ella se había hecho una herida en la rodilla.

La sentó en la mesa y pidió algo de alcohol y una tirita.

La niña se negó, nerviosa, sabía que la herida se curaría sola en poco.

El adulto no hizo caso e igualmente comenzó a limpiar la herida con alcohol y le echó vetadine.

Ella gruñía de dolor, y apretó tanto la madera que llegó a romper un trozo de la esquina de la mesa, quedándose con la gruesa esquina en su mano.

- Esto es... raro Pero extrañamente, el corazón te late, y por tus venas corre sangre.

Ania se moría de dolor en ese momento.

- Picaaaaaa.- dijo ella con voz ahogada   pensando "¿por qué a mi? ¿Por qué de todas las personas de Forks tenía que pasarme esto a mi?" con tristeza. No era malo, sino que era gafe.

De Luna Llena A Luna NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora