• Día 2 •

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Crédito a @kadeart en Twitter por el fanart utilizado en este capítulo

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Crédito a @kadeart en Twitter por el fanart utilizado en este capítulo

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Estaba en el mejor momento de su vida, viviendo solo una parte del gran sueño por el que tanto luchó.

Pero ser una superestrella juvenil no era algo fácil para el ídolo adolescente Hawks.

Desde que lo habían contratado para la película de romance heterosexual Bajo El Mismo All Might, la carrera de Keigo Takami había despegado. Y desde allí solo pudo seguir escalando sin descanso.

Alfombras rojas. Premiaciones. Eventos de caridad. Desfiles. Entrevistas con los reporteros de celebridades más famosos del mundo. Fiestas en la cima de un lujoso hotel en Dubái. Escapadas en jet privado hacia la Polinesia. Ropa carísima gratuita a cambio de una única foto publicada en sus redes sociales.

Cuentas bancarias a reventar de dinero en dólares, euros, libras esterlinas. Si quería podría haber creado una piscina de billetes y monedas.

Incluso estaba comenzando a considerar la posibilidad de fugarse a un paraíso fiscal —las Islas Seychelles se le hacían bastante atractivas— y comenzar una nueva vida como evasor de impuestos.

No podías considerarte un verdadero millonario si no evadías algunos impuestos estatales.

Hawks tenía absolutamente el mundo entero a sus pies.

Actualmente vivía en un carísimo loft en uno de los pisos más altos de un apartamento en Nueva York con una preciosa vista a Central Park. Además, tenía The Plaza Food Hall a solo unos cuantos metros de distancia para ir a tomar su caldo de pollo favorito y con unos macarons de pistacho como postre.

Había elegido Manhattan ya que allí podía codearse con la gente de la alta sociedad, y también era fácil tomar un avión con boletos en primera clase para escaparse al próximo lugar de rodaje.

¿Sería la cálida España, o tal vez la gélida Islandia? Tendría que preguntar a su agente qué seguía en la apretada agenda del ídolo que respondía al nombre artístico de Hawks.

Tenía también una serie para Netflix que muy pronto comenzaría su rodaje. Incluso tendría que calzarse unas alas rojas de utilería para convertirse en un guapo superhéroe de una sociedad futurista.

—Y todas esas perras en preparatoria decían que a lo máximo que podía aspirar era a follar con un vendedor de drogas detrás de un basurero —Hawks soltó una risotada mientras se recostaba sobre el sofá de cinco metros, y se cubría las piernas peludas con una manta de seda egipcia—. ¡Pues mira de quién te burlaste!

Hawks tomó la copa de champagne que dejó sobre una mini mesita que servía para... bueno, sostener su copa de champagne. Y abrió una botella de quinientos dólares solo porque quería hacerlo.

DabiHawks Week 2020 - BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora