Capítulo XV. Kyubi

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Era mi primer día en ANBU, previamente había recogido mi equipo y ya lo traía puesto, me dirigí hacia el cuartel de las fuerzas especiales y no he podido evitar sentir nervios, en Raíz había entrado por obligación pero aquí me habían ordenado entrar, jamás cruzó por mi mente que algún día sería ANBU, pero aquí estaba.

- Mi nombre es _____ Harada y a partir de hoy estaré con ustedes. Un gusto - dije cuando entré y vi a los chicos ANBUS, me sentí un poco incómoda al ver que la mayoría eran hombres, pero inmediatamente me tranquilicé cuando me dieron la bienvenida. Me sentí acogida ya que fui bien recibida, todos me habían saludado, definitivamente era muy diferente a Raíz, aquí sentía un verdadero compañerismo. Todo iba bien hasta que me crucé con la mirada de Kakashi. Podía ver melancolía y nostalgia en su mirada, supongo que yo tenía la misma mirada.

- Bienvenida - dijo en un tono serio.

- Gracias - respondí del mismo modo que él.

- Así que el cuarto nos ha mandado al tornado de Konoha - dijo un chico más grande que yo. - Un gusto, mi nombre es Zo y estarás en mi equipo. -

De alguna manera me sentí aliviada de que Kakashi y yo no estuviéramos en el mismo equipo, eso facilitaría nuestra estadía en ANBU y aunque era imposible no vernos, lo llevábamos de una forma muy natural.

En ocasiones salíamos de misión juntos, aunque no habláramos mucho nuestro trabajo en equipo era excelente, me sorprendia el hecho de que aún teníamos esa conexión, Kakashi y yo no necesitábamos palabras, bastaba con una mirada para saber lo que pensaba el otro, nos cubríamos la espalda mutuamente y al mismo tiempo atacábamos coordinadamente, nuestras misiones juntos eran todo un éxito. Pronto todos se dieron cuenta de ello y procuraban mandarnos juntos. En una ocasión Yugao, una chica del equipo, me preguntó si yo tenía algún tipo de relación con Kakashi, puesto que trabajábamos muy bien juntos y todos decían que él siempre cuidaba de mi, yo negué su teoría pero fue inútil.
Entre los ANBU's y otras aldeas comenzaron a llamar a Kakashi de diversas maneras, como sangre fría, el héroe del Sharingan, el ninja que copia entre muchos más, era cierto que Kakashi tenía un aspecto sombrío y duro, pero a decir verdad, él había cambiado mucho desde la muerte de Obito y Rin, ya no era tan firme con respecto al código ninja, se volvió más tranquilo y su sentido del compañerismo había mejorado significativamente. En cambio yo me había refugiado en la oscuridad y en dejar de lado mis emociones, no pensaba en el pasado y mucho menos en el futuro, simplemente cumplía con mi deber.

El cuarto había solicitado mi presencia en su oficina. Al llegar me contó que sería papá, abrí mis ojos tanto como pude sin disimular mi sorpresa y enseguida sonreí, me sentía conmovida ante el hecho de que Kushina y Minato serían padres.

Yo siempre observaba a aquellos dos y deseaba que algún día alguien me amara como el cuarto a su esposa. Kushina era una mujer muy fuerte y segura además de hermosa, con un gran carácter pero demasiado amorosa, amaba a su esposo con todas sus fuerzas y siempre tenía las palabras correctas para cada ocasión, era demasiado temperamental y en ocasiones hablaba sin pensar, no cabe duda que su sobrenombre le hacía justicia. Por otro lado, Minato-sensei tenía una actitud muy serena y siempre pensaba con la cabeza fría, no se dejaba llevar por sus emociones y sin duda era el mejor ninja que vi jamás, amaba a Kushina tanto como ella a él, además que la admiraba y le gustaba lidiar con el temperamento de su mujer, sin duda eran un gran equipo. Ahora que tendrían un bebé no dejaba de pensar en lo afortunado que sería ese niño al tenerlos a ellos como padres, además de que sería muy fuerte, con la fortaleza de Kushina, la genialidad de Minato y el gran corazón de ambos, ese niño sería grande.

Minato me contó que existían riesgos para una mujer jinchuriki embarazada, por lo que nos pidió a Kakashi y a mi que cuidáramos de ella durante los 10 meses de embarazo. Jamás me había sentido tan emocionada con una misión, le prometí al cuarto que pondría cuerpo y alma en esta misión, cuidaría muy bien de Kushina.

No Tan Tarde (kakashi y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora