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—____, te presento a Song Min Gi, vive a unas cuadras de aquí. A demás, está muy interesado en conocerte, así que por favor no seas grosera, ¿si? De hecho, ¿por qué no le pides disculpas por lo de ayer? Ése fue un golpe feo, realmente no sé como no lleva un parche justo ahora.

—¿Pedir qué? Mamá, éste chico intentó violarme justo ayer, ¿y me dices que le pida disculpas? De ninguna manera, de hecho debe de ser él quien pida perdón.

—____, no seas exagerada, estoy segura de que no hizo algo así.

—Si claro, se me olvida que eres tú la que todo lo sabe —dijo sarcástica.

—____, no seas así, pídele disculpas a MinGi.

—No se preocupe omma —sus ojos no se apartaron ni un segundo de los de ____—. Yo estoy bien, lo de ayer ya pasó y estoy seguro de que no volverá a suceder, ¿verdad, ____?

—No te prometo nada.

En ese instante sonó la tostadora anunciando que las tostadas estaban listas, y rompiendo el ambiente pesado. _______ (nombre de tu madre) soltó un suspiro.

—Está bien, ustedes se entenderán.

Se sentaron en la mesa, _______ llamó a su esposo, que, como de costumbre, estaba apresurado por el trabajo, así que tomó sus tostadas y se despidió con un amoroso beso de su madre, causándole nauseas a ____. Al parecer, MinGi lo notó y se acercó a su oído para susurrarle:

—No te preocupes, ya verás que con la practica conmigo te acostumbrarás.

Le guiñó un ojo y volvió a sonreír. ____ sólo le dedicó una mala cara y se decidió a ignorarlo el resto del desayuno, respondía algunas preguntas de su madre y solo escuchó la larga conversación que mantuvieron MinGi y ella. Se enteró que realmente es un año mayor que ella y que su madre y padre están divorciados. MinGi vive con su padre, aunque según él es como vivir con un fantasma, porque él solo piensa en su trabajo, en ocasiones no duerme en casa y él se queda solo, motivo por el que tuvo que aprender a cocinar por su cuenta y hacer todos los deberes de la casa. Por alguna razón a ____ se le antojó interesante la conversación y no perdió él hilo en ningún momento. Cuando terminaron el desayuno ____ fue a fregar los platos, MinGi le ayudó a llevar las cosas hasta el lava vajillas y le ofreció su ayuda mientras su madre llamaba a los hombres que llevarían los muebles faltantes.

—¿Quieres que te ayude? —le preguntó.

—No, gracias, yo puedo sola —respondió cortante.

—Si tú lo dices... Sólo quiero que sepas que no tengo malas intenciones contigo, realmente quiero conocerte. —____ mantuvo el silencio y MinGi suspiró—. No espero que contestes, solo quería que lo supieras. Ah, y otra cosa —se acercó a ella quedando pegado a su espalda, apoyando sus manos en el borde de la meseta, y le susurró al oido—. Esa falda te queda corta, cuando seas mi mujer, no quiero que la uses, a menos de que sea para mi.

Tomó uno de sus mechones de cabello y los aspiró su aroma como si fuese la flor más dulce del mundo. Justo cuando ____ se volteó dispuesta a pelear su madre entró en la cocina y avisó que el camión ya había llegado. Como no pudo hacer nada, se dedicó a terminar de fregar lo más rápido posible, realmente quería que el día acabara.

Cuando fue a la sala se encontró con MinGi entrando el sillón con uno de los hombres de mudanza. Algo le llamó la atención, MinGi se había quitado la chaqueta y ahora se encontraba sólo con una camiseta, dejando ver sus brazos fuertes, que al hacer fuerza cargando el sofá se veía más fuerte todavía, por unos segundos se le hizo imposible cambiar la vista hasta que escuchó que él mismo la llamaba.

Say My Name (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora