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—MinGi, cariño, mira como estas de sudado, si quieres puedes usar una de nuestras duchas.

—Ah, bueno, estaría muy agradecido.

—No hay de que, para eso está la familia. ____ hija, ¿por qué no lo acompañas al cuarto de invitados del segundo piso, para que se acomode hasta que el almuerzo esté listo?

—Está bien. (๑•﹏•)

Con los nervios a flor de piel, ____ llevó a MinGi al cuarto de invitados. Podía sentirlo caminar detrás de ella, la distancia no era mucha, y podía jurar que sentía el calor de su piel junto a la de ella, sentimiento que le hizo enloquecer.

—Esta es —abrió la puerta de la habitación—. Mira, aquí está la toalla, ése es el baño, mamá vendrá luego a traerte la ropa, sientete como en casa. Ahora, si me disculpas...

Dió media vuelta, dispuesta a marcharse, pero la mano de MinGi sobre su brazo le impidió moverse, aunque se hubiera safado si hubiera querido.

—¿Por qué siento como si me estuvieras evitando?

—No te estoy evitando.

—Entonces, mirarme, y mirarme a los ojos.

—¿Por qué debería hacerlo?

—Para demostrarme que no me evitas, y así yo podré saber si no te sucede nada.

____ dudó unos segundos, pero luego accedió. Al principio no lo miró directamente a los ojos, pero cuando lo hizo, sintió su corazón encogerse bajo su penetrante mirada, que la hizo sentir pequeña, hasta el punto en que su pecho se agitó y comenzaron a temblarle los dedos de las manos. MinGi comenzó a acercarse lentamente, y ____ se alejaba a medida que él se acercaba, hasta que tocó la pared con su espalda. Intentó salir por la puerta pero MinGi la detuvo poniendo su mano fuertemente contra la pared, impresionado a ____.

—¿A donde vas? No hemos acabado aquí.

—¿Y, qué se supone que estamos haciendo exactamente?

Cuando MinGi iba a responderle tocaron la puerta de la habitación, rápidamente se alejaron y ____ abrió la puerta.

—¿Todo bien? —preguntó desde afuera.

—Todo correcto, mamá —respondió nerviosa.

—Y yo que me alegro, cariño. ¿Ya le indicaste todo a MinGi?

—Si.

—Bien, ahora voy a buscar la ropa, cuando lo encuentre te lo envío con ____ —se dirigió a MinGi.

—¡¿Que?! ¿Yo? ¿Por qué no se lo traes tú?

—Solo si quieres cocinar por mi.

Dicho esto se marchó dejando solos otra vez a MinGi y ____, pero esta vez, ella fue ágil.

—Me voy a mi habitación, es la de al lado, aunque creo que la indicación está de más, vengo a traerte la ropa más tarde.

Salió de la habitación como alma que lleva el diablo. Cuando llegó a la suya, se sentó en la cama. Era tan grande el silencio, que podía sentir los latidos de su corazón, estaba nerviosa, no sabía como afrontar a MinGi. Sus latidos aceleraron cuando escuchó la ducha de la habitación de al lado abierta, casi podía ver a MinGi frente a ella, sentir el olor del jabón, del champú, ver sus fuertes brazos lavando cada parte de su cuerpo, pero ESO, no, no era capaz de imaginarse como sería, aún así, se sonrojó. Pensó en sí misma como una persona morbosa, ¿como podía estar imaginando esas cosas? Golpeó repetidamente sus mejillas buscando aclarar su mente. Se quedó en su habitación haciendo cualquier cosa que sacara a MinGi de su cabeza, pero fue imposible, hasta que su madre la llamó. Bajó las escaleras apresurada.

Say My Name (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora