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Hyemi acabó su clase antes de lo previsto, asique decidió ir a buscar a Yuta al campo de fútbol. Este todavía estaba en medio de un partido.

Las gradas estaban llenas de irritantes niñas hormonales las cuales gritaban cada vez que uno de los jugadores se levantaba la camiseta para limpiarse el sudor.

Hyemi se apoyó en una pared al lado de los vestuarios y sus ojos se centraron solamente en Yuta. Era realmente bueno jugando, y su sonrisa decía lo mucho que le gustaba jugar.

Ella estaba tan feliz de verlo divertirse, hasta que él se levantó la camiseta para quitarse parte del sudor. Hyemi sabía que él estaba en buena forma física, pero no tan buena. Entre todo esto, las niñas irritantes gritaron como locas al ver lo que había hecho Yuta, y al finalizar el partido lo siguieron hasta los vestuarios intentando llamar su atención, pero los ojos de Yuta estaban fijos en Hyemi.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó él, a pesar de estar rodeados de gente.

- Te estoy esperando, venga, cambiate rápido.

Él le hizo caso e inmediatamente entró al vestuario y las niñas irritantes comenzaron a rodera a Hyemi.

- ¿Por qué te habla a ti? - dijo una de ellas.

- ¿Y por qué no debería? - preguntó Hyemi.

- Eres una don nadie, una rarita, ¿Cuánto le pagas para que te hable? - decía otra entre risas.

- Pues no lo sé, pregúntale a él mismo cuánto le pago para que él haga caso - volvió a hablar Hyemi, al darse cuenta de que Yuta ya venía hacia ella.

Rápidamente las niñas irritantes de acercaron a él y lo rodearon mientras babeaban como si fueran bebés.

- Oppa, ¿Quieres venir a comer conmigo? - preguntó una de ellas mientras básicamente arrastraba a Yuta hacia ella.

- ¡No! ¡Oppa! ¡Ven a comer conmigo! - gritó otra.

- Lo siento chicas, pero ya he quedado a comer con alguien - dijo Yuta intentado apartar sus manos de él.

- Oppa, ¿Y con quién vas a comer?

- Con mi novia - dijo señalando a Hyemi.

Dicho esto, las irritantes niñas que lo rodeaban, se apartaron de el y se giraron con una mala mirada hacia Hyemi.

Yuta en cambio, fue hacia ella, y poniendo una mano en su cintura, se la llevó de allí.

Cuando ya estaban lejos del campo visual de las chicas de antes, Hyemi se apartó de Yuta y le pegó un leve empujón en el pecho.

- ¿Tu novia desde cuándo? - preguntó enfadada.

- Era eso o que te siguieran jodiendo.

- ¿Acaso no sabes lo que acabas de hacer? - se tomó unos segundos para calmarse - ahora me van a odiar todavía más por "salir con su Oppa".

- No soy suyo, ahora soy tuyo amorcito.

- Amorcito mi culo - volvió a tomarse unos segundos para calmarse y así no pegarle una hostia al guapo jugador de fútbol - vamos a comer, pero ni se te ocurra tocarme de nuevo o te arreglo la cara, ¿Entendido?

- Entendido cariño.

𝗮𝗺𝗼𝗿𝗰𝗶𝘁𝗼 - 𝗬𝘂𝘁𝗮 𝗡𝗮𝗸𝗮𝗺𝗼𝘁𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora