III-Amor perdido

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Mamá sonríe por todo mientras prepara la comida. Hoy llega SunDong  y ella está rebosante de alegría. Hace meses que no lo ve. Por mi parte permanezco más callado de lo normal.

ㅡ¡Hey, niño!ㅡMe dice ellaㅡ. Ven a ayudarme en la cocina. Prepararemos la pasta que llevábamos guardando, es la comida favorita de tu hermano.

ㅡNo puedo, voy a la casa de Namjoonㅡrepondo.

ㅡ¿Tu hermano llegará dentro de poco y tú quieres ir a la casa de ese bueno para nada?

Namjoom es mi vecino. No es cierto que iré a su casa. Hace meses que no le dirijo la palabra pero le digo eso a mamá porque al estar su casa al lado de la mía no encuentran problema a que vaya allí.

ㅡSí, su mamá me pidió que fuera a verla pues hace tiempo no lo hago.

ㅡ¿Pero tienes que ir precisamente ahora?ㅡreplica mamá.

ㅡSí, lo siento mamá. Regreso a la tarde.

Salgo de la casa y escucho que me grita. Antes de cerrar la puerta logro entender la frase "mal hermano".

No hago caso y me dirijo al portón. No tengo idea de a dónde iré pero no me quiero quedar aquí. Miro hacia la casa de Namjoon y paso de largo.

Namjoom... Ya no siento nada por él pero me resulta incómoda su presencia. Lo conocí hace tres años, cuando se mudo a este vecindario. Nos gustamos casi de inmediato y empezamos a salir. Estuvimos en un tipo de relación extraña ya que nunca definimos lo que éramos. Todos creían que solo compartíamos una fuerte amistad. Fue la primera persona con la que me ilusioné de verdad pero como en toda relación me dí cuenta de que en el fondo él deseaba algo más conmigo, algo más que solo besos.

Besarlo era mi adicción pero no era capaz de darle nada más. Él no entendía por qué yo rehuía de él cada que estábamos a punto de hacerlo. Se frustró así que decidió cortar lo nuestro. En un intento desesperado por retenerlo le conté el porqué no era capaz de entregarme a él, le dije todo lo que me pasó y él pareció entenderme. Yo lo deseaba, sí, pero el miedo me paralizaba cada vez que me tocaba de más.

No había salido con nadie antes que él. Fue mi primer beso, mi primer amor...

Él entendió y seguimos saliendo. Pero al revelarle mi secreto me sentí vulnerable y al poco tiempo lo dejé; no era capaz de seguir pensando que sentía lástima por mí y que por eso permanecía conmigo, nunca me dio un motivo para pensar eso pero no podía evitar pensarlo. Me dolió mucho pero logré superarlo.

¿Qué sentido tenía seguir? Yo no podía entregarme a él y dudo que algún día pueda hacerlo con alguien. Él merecía a alguien que no estuviera tan roto como yo.

Camino sin rumbo fijo, conozco tan bien este lugar que me resultaría imposible perderme. Vivo aquí desde que nací.

Por las calles no hay nadie, siempre fue un lugar tranquilo pero después de que los subs tomaran el control casi nadie sale ni a asomar la cabeza.

Llego hasta un parque y decido sentarme en un columpio. El silencio es envolvente así que cierro los ojos disfrutándolo.

Al abrirlos veo personas a lo lejos pero de un momento a otro aparecen delante de mí. Son tres, altos, pálidos. Dos mujeres y un hombre. Los miro y me quedo hipnotizada por la belleza de sus ojos, son atrapantes. Sin saber por qué, sonrío de oreja a oreja mientras los observó.  Siento que me relajo totalmente hasta que una voz a sus espaldas me saca de mi trance.

ㅡ¿Qué le hacen a ese pobre chico?ㅡ dice el chico que acababa de llegar.

Parpadeo y los otros tres ríen y se dan la vuelta hacia él.

ㅡParecía tristeㅡcontesta el hombre que había llegado con las chicas.

ㅡY su sangre huele deliciosoㅡañade una de ellas, la de cabello negro, lasio y brillante. No puedo evitar pensar en lo hermosa que es al igual que sus otros tres compañeros.

ㅡSaben que no podemos beber del primer humano que encontremos. Conocen las reglas, tenemos que controlarnosㅡdice seriamente aquel chico.

ㅡCálmate, Yugyeom, lo sabemos. Solo nos estamos divirtiendo.

ㅡLos humanos no son un juguete, HyungSik.

Luego me mira. Sé qué son. Vampiros.

Me quedo quieto en mi lugar.

ㅡVete de aquí, regresa a tu casaㅡme dice finalmente el tal Yugyeom.

ㅡ¿Por qué?ㅡinterrogo desafianteㅡYo llegué primero, váyanse ustedes.

No permitiré que intenten intimidarme. Sé que responderles así parece un acto suicida pero, especialmente hoy, nada me importa. ¿Qué más da que me maten?

Los demás ríen y Yugyeom parece reprimir una sonrisa también. Luego, sin decir nada, hace una seña hacia los demás y se van.

Quedo algo desconcerdo. Al parecer sigo vivo. Tal vez no sean tan malos después de todo...

Creo que llevo horas sentado en el mismo lugar. Columpiándome despacio. Calculo que es media tarde. El sol está brillante, el columpio en el que me encuentro está resguardado por un gran árbol que me da sombra.

Empiezo a sentir hambre pero estoy decidido a no volver a casa hasta que oscurezca.

Bajo del columpio, me siento algo entumecido por permanecer tanto tiempo en el mismo lugar. Estiro mis piernas. Una sensación de ser observado me sigue desde que salí de casa pero no veo a nadie alrededor.

Mi garganta está seca por la sed así que busco alguna fuente de agua, claro que sin ningún éxito.

Me sobresalto al ver una figura acercándose. Es un hombre bastante alto. No logro distinguirlo bien pero hay algo en su andar que resulta intimidante. Decido irme de allí.

Como no tengo  ningún lugar al que ir me dirijo nuevamente hacia la casa pero no tengo el valor de entrar. Finalmente decido ir a la casa de Namjoon, ¿qué es lo peor que puede pasar? Con suerte espero que él ni siquiera esté.

Y así fue. Al llegar solo encuentro a su madre. Viven ellos dos solos en una pequeña casa. Namjoom consiguió un trabajo en la casa de uno de los subs según me cuenta su mamá y por esa razón no está. Siempre me llevé bien con ella así que me quedo allí hasta tarde.

Al llegar a casa doy la excusa de sentirme mal y, tomando una lata de duraznos para mitigar el hambre, me dispongo a ir a encerrarme a mi habitación, pero en ese momento SunDong sale de la habitación que antes le pertenecía y supongo ahora vuelve a pertenecerle.

Me quedo callado, luego, como si nada, él se acerca a abrazarme. Me alejo rápidamente.

ㅡ¿Esa es forma de recibir a tu hermano?ㅡme regaña mamá.

ㅡNo te preocupes, mamá, ya sabemos cómo es mi hermanitoㅡGermán sonríe.

Una mezcla de irá e impotencia se apodera de mí. Con toda las fuerzas que soy capaz de recoger logro librarme de ellos sin levantar sospechas y logro llegar a mi habitación antes de empezar a llorar. Quiero gritar, así que mordiendo mi propio brazo para aplacar el ruido empiezo a hacerlo. Lo odio, odio ser tan cobarde para enfrentarme.

Al filo del alma ~ Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora