VI-Propuesta

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No puedo imaginarme qué quiere un sub de nosotros. No son del tipo de hacer visitas a los humanos. De hecho, pocas veces los he visto en persona.

Sea como sea no estoy dispuesto a ver a uno de ellos en este momento, mucho menos a uno de los pulgosos. Los licantropos pueden convertirse en perros a voluntad, aunque creo que ellos se ven más como lobos pero para el caso es lo mismo. Recuerdo que el hombre que intentó propasarse conmigo cuando nos repartían la comida era también un perro, pensar en eso me da asco. Espero que el que viene no sea igual.

¿Y si vienen por mí por lo que le dije a ese? Me asusto un poco por ese pensamiento. Pero no puede ser por eso, fue hace mucho, seguro ni lo recuerdan.

Si lo pienso bien, creo que prefiero a los vampiros basándome en la experiencia del parque. Estaban manipulando mi mente, sí, pero fue agradable.

A los brujos solo los he visto de lejos pero son un poco extravagantes. Bueno, quizá no todos, solo eran tres y estaban a unos veinte metros de distancia. Fue antes de que tomaran totalmente el control y yo aún me sentía suficientemente seguro como para salir a la calle pero al parecer ellos ya se sentían con la libertad de hacer sus truquitos de magia delante de todos en ese entonces. Su vestimenta tampoco resultaba muy discreta.

No he visto aún ni a los elfos ni a los demonios. Según tengo entendido los elfos prefieren vivir cerca de los bosques y son capaces de manipular los elementos, también hablan con los animales. Ya sé, seres extraños esos. Y los demonios, bueno, desde pequeño he escuchado en los cuentos que son seres malvados pero no tengo idea de cómo son realmente.

Regreso de mis divagaciones cuando veo que papá, inseguro, abre la puerta. Ya no tengo tiempo para huir y refugiarme en mi habitación. Sencillamente genial.

Rápidamente bajo la mirada. Espero que lo que sea que venga a hacer lo haga rápido y se vaya.

Con la mirada baja aún, puesto que no me atrevo a mirarles. Primero; porque he escuchado que estos perritos alfa están acostumbrados a ser tratados de forma casi reverencial por los suyos. Segundo; ya que no estoy seguro de si ellos también controlan la mente prefiero no arriesgarme. Y tercero; porque no se me da la gana mirar a la cara a estas asquerosas criaturas. Sí, estas, porque no viene solo.

Veo entrar seis pares de pies calzados con zapatos lustrosos. Eso me recuerda lo bien situados que están ellos después de despojarnos de todo. Mi resentimiento hacia ellos regresa.

El primero en entrar camina directo hacia donde estoy y se para justo delante de mí. Así que decido levantar la cabeza para mirarlo.

Los ojos que me miran me resultan muy peculiares. De un azul pálido y suave, hay algo en ellos que hace parecerlos profundos e intimidantes.

Con las pupilas algo dilatadas me observa de la misma forma en que yo lo miro a él. De repente lo reconozco.

Hace varios días, cuando saqué a pasear a Gureum a escondidas de mi familia, él me estaba observándo mientras jugaba con mi perrito. En ese entonces no pude verle a los ojos pues no estaba lo suficientemente cerca, pero estoy seguro de que era él. Como era la primera vez que lo veía no le presté mucha atención. Pese a reconocerle, no digo nada. Permanezco callado sosteniéndole la mirada.

Entonces pienso en lo extraño que esto debe parecerle a mi familia. Me aparto y me acerco a mi padre. Un incómodo silencio invade la habitación hasta que papá decide romperlo.

ㅡ¿Qué los trae a mi casa?ㅡpregunta de forma seca.

ㅡNecesito hablar con su hijo a solasㅡ responde aquel hombre y no puedo evitar pensar que hay algo de enojo en su voz.

Sí, definitivamente vienen por mí por la forma en que traté a ese asqueroso hombre hace un mes. No puedo evitar sentir miedo y me escondo detrás de mi padre. ¿Qué van a hacerme? ¿Tan grave fue poner en su lugar a ese viejo verde como para que manden a seis personas por mí? De cualquier forma no me arrepiento de haberlo hecho, no voy a permitir que vuelvan a tocarme sin mi permiso aunque eso signifique morir en el intento.

ㅡNoㅡresponde rápidamente papáㅡSi va a decirle algo hágalo frente a su familia.

ㅡBienㅡdice el perro de extraños ojos y luego se dirige a míㅡVen, sentemonos aquí.

Me señala el sofá más pequeño. El hecho de que esté actuando como si fuera su casa me enfurece, aún así no lo demuestro y me acerco. Espera a que me siente y luego lo hace él, ignorando olímpicamente al resto de mi familia. Luego de un momento ellos también se acomodan en los demás sillones de la sala y los cuatros subs que acompañaban al que tengo al lado permanecen parados junto a la puerta.

Al volverme hacia el sub noto que su vista estaba clavada en mí y antes de poder reaccionar ante aquello veo como acerca su mano y me acaricia suavemente el rostro.

ㅡ¿Por qué estabas llorando?ㅡla suavidad en su voz no impide que me sobresalte ante su toque e intento alejarme de él todo lo que el sofá me permite.

ㅡNo estaba llorando. Luce así porque está enfermo y por culpa de ustedes ni siquiera puede recibir asistencia médicaㅡinterviene mamá.

Es verdad que mamá es temperamental y algo directa pero me parece que el comentario fue algo inapropiado y temo por ella, no quiero que la lastimen. No tengo idea de cómo tomarán sus palabras así que al ver que el sub está por responderle decido intervenir.

ㅡPodría decirnos de una vez por todas la razón de su visita.

Él vuelve a centrar su atención en mí y, a no ser de que me lo esté imaginando, parece algo nervioso.

ㅡVine por ti. Quiero que vengas a vivir conmigo.

¿Qué acaba de decir?

Al filo del alma ~ Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora