Ya eran las 11:30am, me levanté, desayuné y pensé con que excusa podría llegar a la casa de la abuela de Brisa.
Sólo quiero saber si ella está bien, no quiero que me oculten las cosas, me causa desesperación no saber de ella, espero que se encuentre bien.
Salí de mi casa con la esperanza de verla, caminé por unos 20 minutos hasta llegar a la casa. Estaba nerviosa, sentía que en cualquier momento me desmayaría, sé que es una tontería, pero es la verdad.
Estuve 10 minutos pensando en sí tocar el timbre, hasta que lo hice, la puerta se abrió dejándome ver a un hombre.
—Hola—saludó—¿a quien busca?—su voz era grave, tenía un parecido a Brisa.
—Hola ¿está Brisa?—pregunté con miedo a la respuesta, su rostro reflejó tristeza.
—Brisa se fue.
¿Se fue?¿dónde?
–¿A dónde?—sinceramente no estaba entendiendo nada de lo que está diciendo, porqué no podía ser más preciso.
—murió—no, no y no.
—no, no es cierto—no lo podía creer.
¿Qué mierda está pasando?
—Lo es, se suicidó—no aguante más, no aguanté el dolor.
¿Por qué no me lo dijeron?
¿Por qué lo hizo?
Corrí lo más lejos que pude, corrí para escapar de la realidad, corrí como corrían las lágrimas por mis ojos, esto es una pesadilla, esto es una verdadera mierda.
¿Por qué no pude estar ahí para salvarla por segunda vez?
Llegué a la casa de Luli, toqué la puerta hasta que abrió.
—¿Por qué no me lo dijiste?—la rabia y la tristeza me invadían.
—Angie, necesito que te calmes.
—¿¡COMÓ MIERDA QUIERES QUE ME CALME!?—grité—¡MURIÓ Y NO ME LO DIJISTE!
-¡NO ESTÁ MUERTA!
¿Qué?
