Lista para comenzar (o eso creo)
Recostada en el sillón de mi nuevo departamento recordé aquel día en el cual conocí a Brisa, literalmente un día en el que ella acabaría con su vida, donde si no hubiese sido por mí, ella no estaría aquí.
Con ella pasé por la felicidad, tristeza, rabia y todos los sentimientos que existen, no me arrepiento de ello, pero todo se convirtió en una tormenta que nos dejó mal a las dos. Tal vez no era nuestro momento y sí algún día nos volvemos a ver, haremos que funcione.
Brisa🍼
—Espero que algún día puedas sentir que alguien realmente te quiere sin sentirte insegura de que te estén mintiendo—03:03am
—Lamento y me lamentaré cada vez que te hice sufrir. Derramar lágrimas por mí no vale la pena, por eso quiero que a partir de ahora seas feliz. Te quiero—03:07am
Apagué mi celular, si quiero empezar desde cero tengo que deshacerme del celular. Y eso hice.
Un, dos , tres , cuatro meses han pasado y nunca me había sentido tan mal emocionalmente. Extraño sentirla, extraño despertarme sintiendo el calor que su cuerpo emana, extraño cada parte de ella y eso es solo lo que puedo hacer, extrañarla.
—¿Y tienes idea de qué puede ser?—preguntó Sol refiriéndose a su lapbook.
Sol es una chica que conocí en una junta de influercers hace tres semanas. Desde ese día nos volvimos inseparables.
—No, es mejor que lo lleves a un técnico—sugerí.
—Tengo hambre, ¿vayamos a comer?—preguntó—hay un restaurante cerca de aquí—dijo tomando mi mano para ir rápidamente al restaurante.
Restaurante en el que Brisa trabaja.
No quería decirle a Sol el porqué no quiero ir a ese restaurante, porque sé que haría preguntas.
Entramos al restaurante casi vacío y ordenamos papas fritas con hamburguesa de soya.
Le recé a cualquier Dios que Brisa no aparezca, pero mis rezos no fueron escuchados porque una agitada Brisa entró por la puerta llamando la atención de todos.
—Llegas tarde—le dijo uno de sus compañeros de trabajo, lo que más me llamó la atención es que Brisa nunca era de llegar tarde a lugares.
—Creo que hoy despedirán a alguien—susurró Sol—se han demorado mucho con nuestro pedido, iré a preguntar—asentí.
Fijé mi mirada en Brisa, está totalmente cambiada, su cabello ya no era castaño, era negro con un mechón rojo. El tatuaje de mariposas en su antebrazo se le ve hermoso, ella se ve hermosa.
Por un momento nuestras miradas se cruzaron, y yo sé, que no lo podría olvidar.
—En unos minutos estará listo nuestro pedido, estoy harta de esperar—no presté atención, ya que estaba ocupada haciendo contacto visual con Brisa—Angie, te estoy hablando—hizo señas con sus manos para llamar mi atención.
—¿Qué pasó?—pregunté mirando a Sol.
—¿Quién es esa chica?—preguntó señalando discretamente a Brisa.
Le conté toda la historia, los regaños no faltaron, pero se sintió bien dejar salir todo lo que no pude contar. Sol básicamente me dijo que soy una imbecil por hacer tal tontería y que tengo que recuperarla.
R-E-C-U-P-E-R-A-R-L-A
—Espero que haya la posibilidad de recuperarla—dije casi en un susurro.
—Lo sabrás si lo intentas.
—No es fácil, hemos pasado por mucho y no quiero volver hacerla sufrir, no quiero sufrir, no quiero que lo malo se repita. Han pasado cuatro meses, cuatro meses que no son lo suficiente para sanar, para que ella sane todo el mal que le hice. Sólo quiero que ella esté bien y si eso significa alejarme para que lo esté, lo haré—me levanté de mi asiento dejando dinero para la cuenta y salí de ahí.
Escuché como mi amiga gritaba mi nombre, que volviera al restaurante, pero no puedo volver, no puedo volver a ver a la persona que tanto dañé.
En vez de sanar, me estoy dañando.
