Hace unos minutos llegué al departamento de Marti, estaba sola porque sus padres se fueron de viaje a Londres por temas de trabajo.
—¿No la has visto?—preguntó.
Estábamos comiendo batatas, las favoritas de Marti, están exquisitas.
—Hoy, en el centro con Chopa—dije—se veían muy felices.
—Brisa solo aparenta estar feliz, Angie—me dedicó una sonrisa—tienes que pensar positivo, terminarán juntas.
—Eso espero—no estoy muy convencida de lo que dice Martina.
—¿Y que piensas hacer?—preguntó.
—Tengo en mente ir a la casa de Luli, ahí vive, por eso necesito tu ayuda—me miró atenta.
—Quieres que vaya contigo porque Luli es mi novia—asentí—y así tú poder hablar con Brisa...¿Y qué pasa si está Chopa?
—Algo se me ocurrirá en el momento—la verdad no lo había pensado.
Terminamos de almorzar, lavamos los platos y limpiamos la mesa, ya que Marti no sabe comer, tenía toda la comida en el piso.
Minutos después Marti le envió un mensaje a Luli para hacerle saber que mañana irá a verla, lo que no le dijo es que iría conmigo porque si le dice capaz le diga a Brisa y sé que no me quiere ver.
—Todo listo—dijo Marti emocionada.
—Estoy nerviosa—no quería ser rechazada, no otra vez.
—Todo saldrá bien, Angie—¿Cómo puede ser tan positiva? Me gustaría tener su positivismo—¿te quedas?—preguntó.
—No quiero molestarte más—estaba agradecida por lo que hizo, pero no quiero aprovecharme.
—Ay estúpida, no molestas—me lanzó una almohada, obviamente se la tiré devuelta—¡MI OJO!—gritó, la almohada había impactado en su cara, para ser más precisa en su ojo, pero se lo merecía.
—Una más y no te ayudo—amenazó.
-Lo siento-dije rápidamente.
Se empezó a reír a carcajadas, la miré sin entender porqué se reía—es broma, flaca—río aún más, es una tonta.
Llegó el anochecer, Martina me prestó ropa para dormir y me dijo que durmiera en su cama ya que ella dormiría en la cama de sus padres, obviamente acepté, no quería dormir incomoda en un sillón.
Los nervios me consumían tan sólo pensar que mañana hablaría con Bri.
