Estamos sentadas en el sillón tapadas con una manta por el clima frío de hoy, la castaña que tenía a mi lado mira atentamente la película "Milagro en la celda 7".
Las lágrimas caen por nuestro rostro por la pelicula bastante emotiva.
Cuando los créditos de la película empezaron a aparecer, Bri buscó otra para poder seguir con nuestra maratón.El timbre sonó.
—¿Invitaste a alguien?—le pregunté a Brisa, la cual negó.
Fui hacia la puerta y la abrí, dejándome ver a dos personas, las últimas personas que me gustaría ver.
—Hola—saludó el hombre.
—¿Angie, quién es?—preguntó Brisa detrás mío—¿qué quieren?—se podía notar a kilómetros su enojo.
—hija, queremos hablar contigo—dijo su madre con tristeza.
—hablen.
No sabía que hacer,me encontraba parada al lado de Brisa, me siento incómoda.
El hombre al ver que no los dejaríamos pasar comenzó a hablar.
—Hija, nosotros sentimos todo el daño que te hemos causado, no sabes cuanto nos arrepentimos, por eso queremos que ojalá un día nos puedas perdonar y volver a ser la familia feliz de antes—se notaba el arrepentimiento en su voz, lo que no sabía es que si en sus palabras dice la verdad.
—Tomará tiempo—fue lo único que salió de la boca de Brisa.
—Hija, por favor, perdónanos—suplicó su madre.
—Ya dije, tomará tiempo,por favor váyanse—se fue dentro del departamento.
—Cuidala—dijo su padre antes de irse tomado de la mano con su esposa.
Mi cabeza no asimilaba el porqué sus padres vinieron a disculparse, no sabía si creerles.
Cerré la puerta y fui hacia Brisa que estaba acurrucada en el sillón llorando, me senté al lado de ella, acercandola a mi para abrazarla. Me dolía verla así.
—¿Crees que sea verdad?—preguntó entrelazando nuestras manos.
—No lo sé, Bri—dije—no puedo afirmarte nada.
—Tengo miedo, Angie.
—Lo sé, amorcito—besé su frente—yo igual tengo miedo—admití.
—Te quiero—agarró mi rostro entre sus manos para después darme un beso e irse a la habitación para buscar su teléfono.
Mi teléfono vibró con un nuevo mensaje.
Marti
—Fiesta hoy en la casa de Lourdes—17:52pm
—A las 22:00, las esperamos—17:53pm
A la última fiesta que fui no la pasé bien, no sé si me gustaría ir a esta. Decidí no responder.
Busqué mi laptop para seguir editando el video que subiría, pasaron 20 minutos cuando Brisa apareció.—¿Quieres ir a la fiesta?—se sentó a mi lado—me serviría me distraerme de lo que pasó hace un rato.
—La última vez que fui a una fiesta casi muero, no quiero arriesgarme.
—Es la casa de Lourdes, Angie—dijo—no una dicoteca.
—Bueno, iré—se abalanzó sobre mí y me llenó el rostro de besos.
[Ya en la fiesta]
—¿Quieres algo para beber?
—No,no bebo alcohol—dejé el alcohol desde el día en el que ocurrió esa tragedia.
—¿Jugo?—dijo sirviendo en un vaso jugo de naranja—ya no lo puedes rechazar—me pasó el vaso con jugo—¿y Brisa?
—Fue al baño con Julieta—María empezó a acercarse más a mi, nuestras narices rozaban—¿qué haces?—pregunté alejandola.
—Aprovechar que tu novia no está,pero ya veo que no quieres nada conmigo.
—Exacto, no quiero nada contigo.
Busqué a Brisa por toda la casa, pero no habían rastros de ella, me estaba empezando a preocupar hasta que vi a Julieta sentada en unos de los sillones grises de la sala.
—¿Dónde está Brisa?—pregunté.
—En la habitación de Luli, la dejé ahí porque no se sentía bien.
Le agradecí y rápidamente corrí hacia la habitación, que tonta fui en no haber revisado la habitación.
—Angie, quiero irme, me siento muy mareada—está pálida.
—¿Qué tomaste?
—Vodka con jugo y tequila, no sé cuanta cantidad así que no preguntes y vámonos—reí al ver que estaba borracha—no es gracioso.
No habían pasado ni 3 horas y Brisa ya está borracha, no me alegra el hecho de que esté así, pero me alegra que ya nos vayamos.
Agarré a Brisa por la cintura para que no se caiga, de lo mal que estaba no podía caminar, bajamos las escaleras y nos despedimos de nuestros amigos.
—¿Ya te vas?—preguntó María agarrandome del brazo.
—Sí—dije soltandome de su agarre.
—Fue una excelente noche, Angie—fue lo último que dijo antes de irse del lugar.
Sentí la fulminante mirada de Brisa en mí.
—¿Fue una excelente noche?—dijo la castaña sacando mi brazo que rodeaba su cintura—no lo puedo creer, encima es la misma mina de la otra vez.
-no es lo que crees, solo lo hizo para...—traté de explicar,pero me interrumpió.
—Ahora no, Angie—se dio vuelta para seguir caminando.
La seguí,paró frente al auto,esperando que abriera para irnos.
—Quiero explicarte—dije con voz calmada.
—dije que ahora no, me duele la cabeza.
Abrí la puerta del auto, auto que me regaló mi padre, Brisa subió quejándose por el dolor de cabeza.
Agradecía que no haya tráfico así llegaríamos rápido.
Sé que no me hablará en unas hora,también sé que la resaca que tendrá la haría ponerse de muy mal humor y eso yo me lo tendré que aguantar.
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Brisa ya tiene 19 años, aún no lo puedo creer🥺