—Perdón—después de correr detrás de mí, una agitada Sol camina a mi lado—sabes, hace tiempo estoy pensando en hacerme un cambio, pero necesito que alguien me acompañe en mi locura.
—Ese "alguien" no seré yo.
Ese "alguien" se encuentra sentada esperando a que llegue su turno para la locura que se le ocurrió a su amiga. No tenía pensado que hacerme en mi tan apreciado cabello azul.
—¿Lista?—preguntó la peluquera—te verás bien, lo prometo.
Espero que esa señora cumpla su promesa o lloraré hasta que las lágrimas no salgan y Sol tendrá un cambio, pero no en el cabello, en su cara.
—La verdad, me gusta—dije mirándome en el espejo. Mi cabello ya no es del todo azul, ahora es azul y negro. Me alegra el hecho de no haber perdido el color tan característico de mi cabello, ya que hace que el negro resalte.
—Ves, cumplí mi promesa.
Es el turno de Sol no sabia de que color se iba a teñir, pero descubrí que solo se retocó el color café, sí, me mintió.
—No lo puedo creer, eres una mentirosa—fingió estar herida por mi comentario.
—Un poco, quería que te distraigas y qué mejor un cambio de look—sonrió con orgullo—además te quedó divino, Angie, deberías agradecerme.
Ya empezaba a oscurecer así que volví a mi departamento, estaba cansada. Estaba apunto de quedarme dormida, pero mi celular vibró, dos mensajes de un número desconocido.
DESCONOCIDO
—Tu novia pagará por lo que me hizo, afirmate, porque lo que se viene nadie podrá evitarlo-20:09p.m
—Nos vemos, Angie-20:10p.m
Ese alguien desconocido tiene nombre, Chopa, la misma que le hizo la vida imposible a Brisa, la misma que ahora me hará la vida imposible a mí.
No respondí, y no respondería. Necesito hacer algo, decirle a Brisa, pero eso la alteraría...MARTINA. Agarré la llave del departamento y la de mi auto.
Bajé corriendo al estacionamiento entrando rápidamente al auto, el sonido del motor retumbó en el lugar, llamando la atención de algunas personas que se encontraban ahí.
Me pasé algunos semáforos en rojo, pero eso no importa, lo que realmente importa es llegar con vida y decirle a Martina que Chopa está devuelta...para hacernos la vida imposible.
Estacioné totalmente mal por los nervios que estaba sintiendo, no he hablado con Martina desde hace meses y quizás mi regreso no le agrade, pero la vida de su amiga está en peligro y eso es lo único que no me detiene a irme.
Una, dos, tres veces toqué la puerta del departamento, nadie salió. No me iba a ir de aquí, me senté en el piso con mi cabeza entre mis manos, el sudor en mi cuerpo se hacía presente.
Desesperación, me estoy desesperando, ¿qué pasaría si Chopa decide hacerle algo ahora?
—Angie—escuché la voz de Martina llamarme. La miré y entonces ahí estaba ella, sentí un gran alivio en el pecho–¿qué haces aquí?
Ignoré a Martina y le hablé a Brisa—estás en peligro...Chopa te quiere hacer daño.
—No es cierto—habló Brisa—no puede estar pasando esto, ¿nada en esta mierda de vida puede estar bien?...me iré, hoy mismo.
—¿Irte?—pregunté con miedo a la respuesta.
—Sí, así como lo hiciste tú—sentí una punzada en el pecho—me iré de Argentina, ya estaba planeando solo se adelantará—no puede estar hablando en serio.
—No quiero que te vayas, no de nuevo, no quiero perderte otra vez, Brisa yo te amo y sé que cometí errores, errores que se pueden...
—No, lo nuestro ya es cosa del pasado, no voy a negar que me costó superarte, pero lo hice y eso es lo que deberías hacer también—tomó un respiro—contigo pasé por buenos y malos momentos, agradezco todo lo que hiciste por mi, te quiero Angie y quiero que te olvides de mí porque no volveré aquí y no volveré a ti—cada maldita palabra que salió de su boca, me hizo mierda. El tiempo la curó a ella, pero no a mí.
Sin decir ninguna palabra me fui, al fin y al cabo ella se iría y no la volvería a ver.
Nadie en este puto mundo sentiría mi dolor, el dolor que ella causó, dolor que yo también causé.
Comencé a caminar por las oscuras calles, no quería conducir. Sentía como cada una de las lagrimas resbalan por mis mejillas, me arrepiento de cada cosa que hice mal, de cada mentira, de promesas que nunca cumplí.
Desde el día en que me llamó para irse de su casa, me prometí a mi misma cuidarla de todo mal, de hacerla feliz y todo lo que hice fue lo contrario, la hice llorar, soy una mierda.
—Angie—esa voz conocida, esa voz que arruinó todo estaba detrás mío—me alegro verte, hace tiempo no te veía-volteé para mirarla—sorpresa—sus manos sostenían un arma y su sonrisa maligna se intensificaba al verme débil—creo que no has tenido un buen día, pero no me importa, lo que importa es que ahora te tengo aquí y después...después estarás por ahí tirada y si tienes suerte, quizás en un cementerio.
—¿Qué quieres?¿dinero?—pregunté—no quiero morir—sollocé.
No dijo nada, solo presionó el gatillo, una sola bala fue suficiente para acabar con mi vida, para acabar con esta pesadilla.
Recuerdos...sólo recuerdos se venían a mi mente como la primera vez que fui al jardín de niños, cuando hacia galletitas con mi mamá o cuando conocí a la chica de la cual me enamoré. Estoy viendo mi vida pasar, estoy muriendo.
Dicen que cuando mueres ves tu vida pasar en 7 minutos llenos de recuerdos bueno y malos. Los 7 minutos ya habían pasado para Angie, 7 minutos bastaron para que Brisa subiera al avión con dirección a Nueva York, sin saber que Angie no volverá a este mundo, no volvería hacia ella, pero Brisa no lo sabrá, ya que nadie quería darle la noticia de que la persona que robó su corazón ya no estaba, ella se había ido para siempre.
LOVE IS COMPLICATED
FIN
