Now you can see me - Ongniel

8.

Cuando una rosa se marchita se convierte en el sustrato necesario para que otra pueda crecer. La nueva rosa entonces es el resultado del sacrificio de una hermana que le dio la oportunidad de vivir. Nunca estará sola, siempre estará ella a su lado.

—La vida es un poco extraña, ¿no lo crees? —Preguntaba Seongwu, mientas recorría con su pulgar la mejilla de su novio.

—Un poco, pero ¿a qué viene ese comentario? —Cuestionó Daniel entre risas—. Creí que estábamos viendo Scary Movie.

—Fue una duda existencial momentánea, olvídalo —Apretó la mejilla de Daniel y elevó las comisuras de sus labios. Sin embargo, la pregunta seguía recorriendo su cabeza de manera insistente. Lo cierto era que Seongwu no había puesto atención a la película, una extraña sensación lo albergaba desde hace varios días, un sentimiento de desespero lo acompañaba en cada momento, como si tuviera que hacer algo importante, pero él no tuviera la mínima idea de que se tratara.

Daniel recostado sobre el regazo de Seongwu pausó la película y se incorporó para sentarse a su lado —Sé que no fue momentáneo —Lo miró con preocupación— ¿sucede algo, Ong? —El muchacho mordió su labio inferior y empezó a divagar con las manos en su regazo.

—En realidad no es nada importante, Dani —Lo miró a los ojos, su novio lo observaba con total atención, su mirada acariciando cada parte de su ser, y diciéndole, que todo estaría bien—. Va a sonar estúpido, pero últimamente he pensado que es algo incoherente que todo lo que hemos logrado como personas se esfume de la nada—Soltó el muchacho, una risa cansada salió de sus labios.

—Es el ciclo natural de la vida, Ong. No hay nada que hacer ahí.

—Lo sé, cariño, pero ¿por qué nos esforzamos tanto por mantenernos vivos? ¿Cuál es el sentido de estudiar, de trabajar? —Se apresuró a decir— Lo hacemos con el fin de pagar una renta, un apartamento, comida, ropa; pero todo puede terminar de repente y aquello que has hecho, lo que has logrado, tu formación profesional, tus logros van a desaparecer contigo —Seongwu dejó caer sus brazos a su regazo y bajó la cabeza— Es decir, solo si tienes suerte podrás dejar un legado para que otras personas puedan revivirlo una y otra vez, pero tú ya no estarás ahí para verlo.

—Tus pensamientos son muy materialistas, Ong —Dijo Daniel, llevando una palomita a su boca—, ¿Quién te hizo tanto daño como para pensar que la vida se basa tan solo en estudiar y trabajar?, Hay cosas también muy importantes, que van más allá de eso —Daniel sonrió y miró hacia el retrato extraño donde aparecía solo. Seongwu lo observaba con curiosidad— La vida también se trata de momentos inolvidables.

—Que profundo —bromeó Seongwu, aunque en realidad las palabras de Daniel le estaban interesando más de lo que creyó.

Daniel soltó una pequeña carcajada, sus dos incisivos asomándose en el acto —Si estás presente en el corazón o en la mente de otras personas, incluso cuando te hayas ido de este mundo cruel, todo habrá valido la pena —Tomó las manos de Seongwu con las suyas y las acarició—. La vida se trata de amistad, de amor, se sufrimiento, de rencor; cuando alguien te recuerde por algún sentimiento que hayas despertado en ellos, no hay nada que te haga sentir más vivo que eso. —fue Daniel ahora quien acarició la mejilla de Seongwu con su pulgar—, cada momento, cada recuerdo está siendo guardado en el corazón de a quien le importas... como este momento.

Una lágrima resbaló por la mejilla de Seongwu sin poder evitarlo, Daniel la limpió al instante.

—Daniel si mañana ya no estoy contigo, ¿qué me dirías hoy?

—Gracias.

[...]

La tarde era fría y solitaria, Daniel observaba las calles a través del pequeño balcón de su apartamento. Pensó en el pasado y la nostalgia llegó a él como una llovizna en invierno. Recordó las decenas de inseguridades, de miedos, que lo habían hecho caer en un abismo llamado soledad. ¿En que momento todo había cambiado?, era un hombre diferente ahora, pero no comprendía ni tenía idea que lo había motivado a ser una persona distinta.