Querida Maria:
Recuerdo los días siguientes.
Te molestaban por tu nuevo corte de pelo.
Pero la verdad tu no parecías muy preocupada por ello.
Era otra cosa que te atormentaba.
Me acuerdo bien de ese día.
Por primera vez te vi llorar.
Y me pregunté.
¿Qué te pasaba?
Ojalá hubiera tenido el valor para ir allí & abrazarte.
Pero no fue asi.
Porque no lo tuve, Maria.
Lo siento.