Prisionera

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Pasaron alrededor de quince minutos y la camioneta paró.

Durante todo el viaje no crucé ni una pequeña palabra con Lara...estaba claro que no seriamos amigas.

Aaron abrió la puerta y nos sacó a la fuerza.

Al bajar quedé impactada...

Eran muchos cubos de cemento con una reja al frente, todas en fila.

El celular de Aaron sonó y contestó.

De la camioneta donde estuvimos, salió el coopiloto...no me habia percatado de su presencia.

Nos agarró a ambas mientras Aaron hablaba por telefono.

Pasaron los segundos y en los cubículos de cemento se comenzaron a asomar mujeres.

Todas diferentes pero todas en la misma situación...ojerosas, tristes...débiles.

En el cubículo más cercano se encontraba una mujer...mucho mas mayor que el resto...parecia ya estar acostumbrada.

Aaron regresó.

- Ya tengo sus ubicaciones, tu, pelirroja...iras a la última jaula- Lara asintió mientras el coopiloto la llevaba a rastras- Y tu...- Aaron me me dedicó una sonrisa maliciosa mientras me sujetaba del bdazo con fuerza- Iras a un lugar especial.

- Por que me separan de las demas?!?! No les parece suficiente mente cruel el hecho de estar aquí????

- Que puedo decir...ordenes del jefe, cuando el no es tratado como debe...castiga.

- Cuánto tiempo estare ahí?

- No lo se...varía entre una semana y el resto de tu vida.Ahora camina está a algunos metros de aquí.

No hable más. Por primera vez me dejaron caminar sin un agarre.

Tenia mucho frío,  aún seguía en ropa interior.

Ya era noche...y en menos de dos horas irian a buscarnos para llevarnos al prostíbulo. 

Nos detuvimos en un cubículo...este era más pequeńo, más viejo y más solitario.

La reja miraba al campo abierto.

- Ya entra, te encantará la habitación.

Aaron abrió la reja que se encontraba con llave y me tiró hasia dentro.

- Disfruta tu estadía, tabla...

Aaron se fué y quedé sola.

No pude evitar las lagrimas ni los sollozos. La luna iluminaba el pasto largo y amarillento del campo.

Me di vuelta para ver donde seria mi hogar ahora.

El lugar era viejo y estaba lleno de diarios antiguos esparcidos por el suelo.

Al fondo de la "habitación", había un colchón gastado y una almohada con poco relleno...es obvio que no soy la primera a la que encerraron aquí.

Habia una pequeña pared que dividia el colchón con una pequeñísimo baño...con un water y una regadera que salia desde el techo.

Yo diría que el cuarto tenia dos metros y medio de ancho y dos metros de largo.

Me paré para saber que tan alto era...tan solo unos dies centimetros separaban mi cabeza del techo.

Fui donde estaba el colchón, también habían un par de frasadas rotas.

Tomé una y me envolbí en ella tratando de calentar mi cuerpo semi desnudo.

Me acurruqué en un rincon mientras veia la luna, mi llanto ya se hacía presente...

De repente escuché unos pasos que se acercaban a mi jaula.

Cada vez eran más fuertes, yo tan solo abrazè mia rodillas mientras mis ojos escurrian lagras. Los cerré, fuera quien fuera no quería saber de quien se trataba.

La reja se abrió...y si era el jefe? Espero que no...

La reja se cerró, ya se había ido.

Pero luego los pasos se hicieron presentes.

Alguien estaba aquí dentro aparte de mi.

Mi gran miedo me impedia abrir los ojos, aunque de estos no parara de salir agua.

Los pasos pararon y pocos segundos despues una calida mano se posó en mi mejilla.

- Tranquila delicia, soy yo, Matt.

Su voz me tranquilizó.

Dejé salir todo el aire retenido y abrí los ojos.

Simplemente lo abracé, con todas mis fuerzas.

Abrazarlo me llevaba a casa, me teletransportaba a un lugar cálido y pacífico.

Al comienzo el estaba en shock, pero no tardó ni medio segundo en corresponderlo.

Este simple abrazo se convirtió en un abrazo desesperado, como si lo hubiésemos querido hacer hase mil años.

Ya no lloraba, tan solo disfrutaba este abrazo.

Me sentía protegida.

Sentía que junto a el nada me ocurriria.

Matt se recostó en la pared sin soltarme en ningun instante.

Me colocó sobre el, a horcajadas.

Nuestro abrazo seguía siendo eterno.

- No temas, yo cuidaré de ti como si fueses mi esposa.

Su comentario me causó garcia y dejé escapar una risa tonta.

Aunque no quería, ne separé de él.

Pero cuando vi su rostro mi sonrisa se disolvió. Tenia el labio de abajo cortado y un corte en la frente.

- Matt...- toqué su herida en el labio con mis dedos helados.

El sonrió de lado y me mordió el dedo suavemente.

- Matt!! Es serio...qué te ocurrió? !

- Delicia...prometo contarte todo esta noche a las doce en punto. Yo vendré aquí a visitarte okey?

- Okey...igual esa no es la unica pregunta que me debes contestar.

- Uuu interrogatorio nocturno...me encanta- agarró una bolsa que el había traido - Toma, esto es para tí.

Abrí la bolsa, dentro habia una calza y un sweter negro.

Fue en ese momento que recordé qué estaba en ropa interior a horcajadas de Matt y la frasada se me habia caido.

Me ruboricé y lo miré con vergüenza.

El sonrió de lado.

- Aunque si fuese por mí tu podrias quedarte justo como estas- levantó su mano y la colocó en mi trasero.

- Matt!!!! Aleja tu mano pervertida de mi trasero! !

Me levanté rápidamente y el hizo lo mismo.

- Nos vemos esta noche, Mari...

Me tomó de la cintura y me besó en la comisura del labio.

El estaba siendo demasiado pervertido, asi que antes de que se despegara de mí, le mordí su herida en el labio.

Se llevó las manos a la boca.

- Eres vengativa Mari...me gusta.

Me dedicó una ultima sonrisa y se fue de mi jaula.

Matt no era como los demás de aquí, algo muy extraño estaba ocurriendo...y esta noche sabría quien es Matt...

Amor entre RejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora