Capítulo 3

944 63 66
                                    


— ¡Aún me duele la cabeza! — Se queja Kairi en el asiento de atrás.

— Niño, de verdad necesitas aprender a decir que no a un trago.

— Pero si gritan shot, no puedo evitarlo. — Volteamos los ojos y reímos.

Media noche, nos encontramos comiendo McDonalds en el estacionamiento.

— ¿De verdad debes fumarte un porro cada día? — Le dice Alejandro a Mattia.

— ¡Es el último que tengo y lo quiero compartir con ustedes!

— Que puto detallaso, bro. — Se lo arrebata de las manos.

— Entonces, ¿verdad o reto? —Pregunta Mattia al dejar salir el humo.

— De verdad quieres jugar eso, es de crios. — Tomo el porro.

— Lo jugaremos diferente, mayores de 18 y más cojones. — Habla Kairi.

— Está bien, ¿verdad o reto?

— Reto, Baby.

— Te reto a... que te beses con Mattia.

— No besaré a otro chico.

— Vamos, mi amor. Solo un besito. — Se inclina Mattia con gracia. Ambos se acercan con labios de pato y se detienen a centímetros. Alejandro y yo solo reímos y cuando se dan un piquito comenzamos a gritar cual crios.

Un policía caminando al auto llaman nuestra atención. Empezamos a actuar natural e intentamos hacer que el humo se vaya. Toca mi ventana y al bajar el vidrio el humo le llega al rostro y no se ve feliz.

— ¿Me pueden explicar el humo?

— Asma. — Responde Kairi rápidamente. — Tengo asma, el humo es de esta mierda, digo, del inhalador, señor, oficial, señor oficial.

— Aja. — No se come esa mentira ni de cojones. — ¿Y el humo que sale de ahí abajo? — Señala Alejandro a mi lado quien "escondió" el porro abajo del asiento.

— Una mini fogata, hace frío esta noche ¿no cree?

— Salgan del vehículo. — Se aleja un poco del auto así que acelero y a por la fuga.

Todos gritamos y reímos del intento del policía de perseguirnos a pie.

— ¿Una fogata, Rosario?

— No iba a desperdiciar el último porro. — Dice y vuelve a pasarlo.

— Pell eres una hija de puta, te amo. — Kairi grita riendo y se levanta de su asiento y me besa.

— El corazón se me va a salir. — Digo.

— Eso indica que estamos viviendo el verano como se debe.

Llegamos a nuestras casas y estacione el auto afuera de mi casa. Nos sentamos encima para ver las estrellas.

— ¿Alguna vez han pensado en tener una orgia?

— ¿Qué? — Dejo de ver el cielo para mirar a Alejandro.

— Nada. — Responde inmediatamente.

— ¿Aw fantaseas con una orgia? — Lo molestó Mattia.

— Solo era curiosidad. — Se encoje de hombros.

— Si alguna vez estoy en una orgia. — Se levanta Kairi de estar acostado. — Quisieras que ustedes estuvieran ahí.

— Aww.

— Tan lindo, bro.

— Yo igual.

Los tres respondemos al comentario de Kairi.

— En especial Baby.

— Claro, mi rey. — Lo molesto y este me vuelve a robar un beso. Se sorprenderán las veces que hace eso.

— ¿Soy el único que no ha besado a Baby? — Habla Alejandro.

— ¡¿Mattia besó a Baby?!

— Kairi siempre lo mismo contigo. Lo hicieron al frente nuestro.

— Tanto humo no lo dejó ver. — Ríe Mattia. — ¿No le darás un besito a Rosario? — Pregunta en mi dirección.

— Le daré un beso, a mi almohada. — Bajo del auto. — Buenas noches.

— Oohh.

— Auch.

Mientras me cambio a pijama pienso, ¿por qué me enamoraría de Mattia? Es un fuckboy más de New Jersey. Mamá me dijo que tenía potencial de casarme con un hombre rico, pero yo sé que puedo casarme con quien se me de la puta gana y jugar con otros mientras lo encuentro.

Y es que Mattia debería ser eso para mí, nada de sentimientos, pero me gusta desde que lo conocí y eso ningún dios lo cambia. Sigo pensando cómo movía su lengua en mi zona, justo en la cama donde ahora estoy acostada. Me imagino a cuantas otras chicas se lo ha hecho, pero conmigo es diferente, ¿no?

Puede ser un hijo de puta con la chica que conoció y follo la misma noche, pero conmigo es diferente, somos amigos, ¿no?.Tampoco busco un cuento de hadas porque sé que Mattia Polibio no es un príncipe, en tal caso sería el típico fuckboy, pero ser amigos con derechos no me parece mala idea, en especial por los derechos.

Y como si de telepatía fuera, mi celular sonó con su nombre en pantalla.

— ¿Ya me extrañas? — Dije al contestar la llamada.

— Me iba a hacer una paja y pensé que me traería inspiración escuchar tu voz.

— Que te den. — Reí. — ¿Que quieres en verdad?

— ¿Baby te habrás tomado muy serio el oral que no haz querido besar a Alejandro?

— Créeme que ninguna de mis decisiones tienen que ver contigo, ya era hora que una chica te bajara de esa nube.

— Me puedes bajar otras cosas, el pantalón por ejemplo.

— Buenas noches, Mattia. — Dije con una gran sonrisa. Me pone, me pone demasiado.

— ¿Mañana al lago? — ¡EL LAGO! ESCUCHE MAL O MATTIA POLIBIO ME ACABA DE INVITAR AL LAGO.

— ¿Buscas segundo round con la misma chica?¿Dónde está mi premio? — Bromee. Nada bueno pasa en el lago, todos los saben. Y Mattia, me acaba de invitar. Llámenme gilipollas pero no me vendría mal un día en el lago con el mayor fuckboy de la lengua de dioses.

— El premio, te lo doy mañana. ¿No te gustaría enviarme uno tu hoy?

— Una paja y a dormir hombre.

— Y en tu nombre.

— Que detallaso.

De verdad estoy entrando a la boca del lobo. Y espero la boca del lobo no sea lo único grande que tenga.

***

Les contaré un poco del lago, es nuestro lugar de llevar a nuestras "citas". Solo he ido dos veces, una vez lleve a un chico, y la primera vez la conocí cuando Alejandro y Kairi me llevaron a conocer el lugar y me contaron de grandes historias que han ocurrido ahí. Tengo la teoría que pronto el agua se pondrá de un color blanco, si entienden lo que digo.

Con Mattia no espero una cita romántica, duele menos cuando solo esperas algo sexual y no algo serio, pero internamente deseo que Mattia quiera algo conmigo además del sexo. Mientras tanto disfruto el sexo.




-KokoGomez 💙

Say it Baby //Jersey trioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora