Capítulo 16

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BYRON

Mi padre y yo nos hicimos un corte en la mano y juntamos las palmas para hacer el juramento, de convertirme en el alfa.

-Yo Robert Wilson, Alfa de la manada Dinastía, cedo el cargo a mi heredero, Byron Wilson.-comenzó mi padre- Juras proteger con tu vida la manada y a los miembros de la misma?- primera pregunta.

-Sí, lo juro.-dije con seguridad y la cabeza bien alta, mirando a la gente que estaba sentada delante de la tarima.

-¿Juras seguir los mandatos y las leyes impuestas por nuestros antepasados?-segunda pregunta.

-Sí, lo juro- repetí.

-¿Juras amar, cuidar y respetar a Kendra Moore como tu mujer y Luna de la manada?

Algo dentro de mi sabía que no podía hacerlo, porque no entiendo que me pasaba con Amira, no me la podía sacar de la cabeza por más que lo intentara, ella no era mi mate, pero todo de mi me decía que quería estar con ella y que ese juramento fuera para ella. Pero ya era muy tarde estaba todo hablado y además una medio loba no da prestigio a ninguna manada, da debilidad y eso no nos venía bien.

Justo cuando iba a responder, mintiendo bellacamente, olfateé en el ambiente un olor muy peculiar, y sin poder evitarlo mire efusivamente entre la gente y alrededores.
Ese olor me resultaba familiar y extraño a la vez, por más que observara el descampado no lograba ubicar el sujeto del que provenía el olor, he de decir que era un olor delicioso.

-¿Hijo?- insistió mi padre con cara de preocupación por la reacción que estaba teniendo.

Le mire extrañado, ¿él no huele ese aroma?
Que extraño...

-Sí, lo juro- finalicé lentamente sin estar seguro de lo que estaba haciendo.

Justo al pronunciar la última palabra, un aullido ensordecedor se escuchó en la profundidad del bosque que nos rodeaba. Todo el mundo se sorprendió y comenzaron a mirar hacia todas direcciones buscando de quién fue ese aullido.

Los guerreros se pusieron en guardia y comenzaron a inspeccionar los alrededores del claro.

Poco después volvieron sin suerte de haber encontrado al responsable. Pero a pesar de este desafortunado suceso la ceremonia continuó.

Cuando acabó la presentación cenamos con la manada.

Al acabar nos fuimos a casa, Kendra se vino con nosotros, vivía en nuestra mansión pero aún no se había acabado de instalar.



AMIRA

-Sí, lo juro- dijo torpemente arrastrando las palabras.

Algo dentro de mí se rompió en mil pedazos, de lo más profundo de mi ser salió un aullido doloroso, y con él, mi primera transformación.
Comenzó a salirme un pelaje blanco como la nieve, de todas las partes de mi cuerpo, el sonido de mis huesos crujiendo por cambiar, era muy doloroso y a la vez satisfactorio.

Caí sobre mis cuatro patas recién estrenadas, todo se intensificó, los sonidos, los olores, los colores, la lejanía no parecía tanto, y de pronto le vi ahí, abrazando a Kendra, al hacerles estar alerta con mi aullido accidental.

Eché a correr todo lo que daban de sí mis patas procurando alejarme lo más posible de aquel lugar.

Cuando estuve lo suficientemente lejos, me permití aflojar el ritmo y en camino me encontré un estanque, al acercarme vi mi reflejo en el agua un poco turbia, pero suficientemente clara como para verme bien, era una loba con un pelaje blanco reluciente como la mismísima nieve, y unos ojos verde esmeralda brillantes, mi tamaño, no era común entre una hembra normal, era enorme. 

La imagen que tenía delante me dejo sin aliento, no era capaz de creerlo, era preciosa.

Cuando salí de mi asombro y con el corazón hecho trizas puse rumbo a la manada de Josh.


Al llegar, Claire estaba haciendo la cena.

Entré exhausta...

-Hola Claire...-

-¡Hola mi niña!- mientras pronunciaba su saludo se giro para mirarme y, al verme su gesto cariñoso fue suplantado por uno de preocupación -¿Qué paso cielo?- dijo acercándose a mí abriendo los brazos para envolverme en un suave y cálido abrazo.

Esta mujer me transmitía mucha ternura, hacía que me sintiera como en casa. Pero llevaba muy poco aquí y no sabía si contarle lo que había pasado y abrirme con ella. 

Y las palabras brotaron sin pensarlo...

-Hoy ha sido la presentación de la nueva Luna de mi antigua manada y del nuevo Alfa- se me escapó una lágrima que intenté contener con todas mis fuerzas- Y no se porqué, pero siento algo extraño hacia ese Alfa... Al escucharle hacer el juramento referente a la Luna, algo dentro de mi se rompió, Claire... y duele mucho- me plantee la idea de confesarle lo de mi transformación pero me arrepentí al instante, no quiero que nadie lo sepa, por lo menos, de momento.

-Ay mi niña, si sentías algo por él, aunque no lo supieras, es normal que te sientas así- fuimos caminando hasta el sofá y nos sentamos la una frente a la otra mientras me acariciaba el pelo. de alguna forma me tranquilizó un poco, aunque el dolor siguiera ahí rompiéndome por dentro.- todo pasara cariño, ya verás, en un tiempo serás más fuerte.-siguió.- ¿Quieres ayudarme con la cena para despejarte un poco?-me cogió las manos y me miro con una sonrisa que me hacia imposible negarme.

-Vale...- dije con la mirada fija en el suelo.

-Pues venga, vamos, levanta y vamos a hacer esa deliciosa lasaña para que el señor se rechupete los dedos!- tiró de mí de nuevo a la cocina.


Ya estábamos acabando la lasaña, mientras Claire me contaba historias de cuándo Josh era pequeño. Y yo reía con cada anécdota graciosa que contaba, porque, no exagero cuando digo que eran muy graciosas.

Justo en uno de mis ataques de risa entró Josh a la cocina.


-Hola señoritas, ¿qué se supone que hace tanta gracia?- nos pregunta arqueando una ceja.

-Claire me contaba anécdotas de cuando eras pequeño- seguía riéndome mientras hablaba- no me imaginaba que fueras tan bicho malo- lo miraba levantando la ceja y volví a estallar en carcajadas.

La verdad, estar hablando y cocinando con Claire había subido muchísimo mi animo.

Vi la cara de Josh tornarse de un rojo tomate y solo hizo que acabara agarrando la barriga por la leve molestia que me estaba entrando de tanto reír. Miró a Claire con los ojos entrecerrados y se quejó como cual niño de 5 años.

-Claaaireee... ¿porqué le cuentas esas cosas?-puso pucheros- ahora me perderé el respeto- su cara era una simulación de enfado de bebé y cruzó los brazos sobre su pecho bien marcado por la camisa de tirantes que llevaba, la cual al cruzarlos sus músculos se tensaron bien vistosos. Josh era un alfa bien hecho, se notaba que sus padres le hicieron con amor.

Claire alzó las manos en forma de rendición y dijo:

-Si se hubiera portado bien no tendría nada que contarle a la señorita.-


Cenamos todos juntos hablando de la infancia de Josh y yo me sorprendí bastante, no me lo imaginaba así para nada. Cuando acabamos Claire recogió la mesa y nos fuimos todos a dormir a nuestras respectivas habitaciones.

Entré a la habitación y me tumbé mirando al techo, las imágenes se reproducían en bucle en mi cabeza, ese último "Si, lo juro"... no sabia de dónde venía tanto dolor, entonces pensé en las palabras de Claire, sentimientos, y no pude evitar preguntarme si él en algún momento sintió algo por mi. 

Con ese pensamiento caí en los brazos de Morfeo.


Loba BorealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora