Capítulo 4

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-¿Te perdiste, morena?- escuché una voz a mis espaldas. Acto seguido, me giré en su dirección y ahí estaba el chico musculoso de mirada dulce.

-Creo que si, rubio ojiverde.-dije en tono burlón y encogiéndome de hombros.

-Ven conmigo anda- rió, supuse que fue por mi manera de nombrarle- Y me llamo Brody Douglas, morenita- me guiñó un ojo tal como lo hizo su "jefe" hacía apenas unos minutos.

¿Todos son así? Agh...

-Amira, un gusto ojiverde- dije pasando olímpicamente de su nombre.

-Igualmente morenita- dijo ignorando también mi nombre.-¿Vamos?-

-¿Por qué no?-sonreí- Solo espero que no seas un violador pederasta de esos-al decirlo, largué a reír.

-Yo no violo morenita... solo hago lo que me piden.-puso cara de pervertido cosa que me hizo rodar los ojos mientras continuábamos caminado.

-Eres un creído ¿lo sabías?-

-Da la casualidad de que sí, pero por lo visto es no es un impedimento para alguna.-sonrió pícaro.

En un abrir y cerrar de ojos llegamos al aparcamiento. Rápido observé que lo único que quedaba en él era una moto de carretera color negra.

-Creo que se olvidaron de ti morenita.-

Mierda, ¿ahora cómo vuelvo a casa?

Brody caminó hasta su moto subiéndose y la  encendió .

-¿Subes o prefieres seguir perdiéndote por la vida?- Me tendió su casco, el cual acepté a regañadientes. Total, no tenía otra opción. No me hacía gracia eso de subirme al vehículo de un desconocido.

Ya en la carretera le di las indicaciones hacia la casa de mis padres adoptivos.

Mi abuela me decía desde bien pequeña que no se pueden traer extraños a la manada ya que les podría poner en peligro.

Al llegar agradecí el que me trajese y bajé de la moto devolviendo le el casco.

-Por lo menos me darás tu numero ¿no morena?- sonrió burlón otra vez y asentí con un poco de rubor en mis mejillas. ¿Porqué no?

Después de despedirnos se fue y entré en casa. Hacía mas de 2 años que no entraba en esa casa.

Eran las 9 de la tarde así que supuse que estarían despiertos.

Crucé el jardín delantero y entré en la casa con las llaves que estaban en el seto de la izquierda.

-¿Angy? ¿Thom?-pregunté para ver si estaban en casa.

Del umbral de la cocina apareció mi madre adoptiva, Angy Kasher, una mujer esbelta de cara fina y cabello rubio con unos ojos negros que hipnotizan.

-¿Amira?-al ver que era yo abrió mucho los ojos y se le cayó el cuenco de cristal que sostenía entre las manos, el suelo se llenó de hojas de lechuga y al tener las manos libres se tapó la boca.-¿Qué estás haciendo aquí? ¡Sabes que es muy peligroso!- se acercó a mi y me abrazó. Sí, puede que no sea mi madre pero ella fue la que me cuidó como si lo fuese, ella y Tomas Kasher son las personas que me criaron desde bebé cuando me encontraron.

-Está bien mamá, solo que mis amigas no se porqué me dejaron tirada y un desconocido llamado Brody, me dijo que me llevaba a casa, pero no le podía llevar a la de la manada, así que lo llevé aquí.-dije.

-Cierto, bueno cariño en ese caso saluda a tu padre que esta en la sala de estar viendo la televisión, yo seguiré preparando la cena.- dijo y entró nuevamente a la cocina. La vi coger la escoba y barrer lo que se le cayó.- Ve.- me volvió a animar.

Loba BorealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora