Capítulo 12

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AMIRA:

Abrí los ojos encontrándome con una habitación de paredes blancas y muebles grises. La ventana situada a mi izquierda dejaba pasar la luz, pero por suerte, ésta, no llegaba a mi cara. Escuché una voz muy fina y busqué la puerta fijándome que estaba entreabierta. Agudicé mi oído todo lo que pude y me di cuenta que alguien estaba subiendo unas escaleras y que se dirigía hacia donde me encontraba. Miré horrorizada hacia la puerta esperando expectante. Lentamente se abrió la puerta, permitiéndome ver a una señora de edad avanzada con un rostro bastante agradable. Llevaba un vestido azul celeste que le cubría hasta por encima de las rodillas y encima de este en la parte inferior llevaba un delantal blanco.

-¡Ay por dios!- se volvió a asomar a la puerta y continuó- ¡Está despierta señor, la niña está despierta!- su voz chillona retumbó en mi cabeza la cual pe dolía como si me hubiese pasado un elefante por encima.- ¿Que tal está usted mi niña?- preguntó acercándose a mi con paso muy acelerado.

-Em... Bien supongo... Me duele muchísimo la cabeza... ¿Qué ha pasado? ¿Donde estoy?- pregunté aún un poco desorientada.

-No se preocupe linda está en buenas manos mi señor cuidará bien de usted.- dijo con cariño y pasando un trapo húmedo y frío por mi frente.

Se escucharon unos pasos fuertes y firmes dirigirse hasta la habitación.

-¡Oh dios santo!¿Te encuentras bien?- Preguntó con una cara de extrema preocupación el dueño de los pasos entrando a la estancia. En lo primero que me pude fijar de él fueron en sus enormes gafas redondas de montura fina y dorada. Sus ojos eran de un color amarillo ámbar a juego con su pelo rubio tirando a castaño claro. De cuerpo se le veía muy poquita cosa, pero no estaba nada mal.

-¿Y tú eres...? - pregunté dudosa.

-Josh, Josh Drigh, un placer señorita...- dijo para qur acabara la frase.

-Amira Parker. ¿Dónde estoy? - estaba desorientada, con un dolor de cabeza tremendo y solo tenía ganas de volver a casa...

-Dejaremos la ronda de preguntas para otro momento, supongo que estarás hambrienta.- asentí ya que sí que era verdad que me moría de hambre- Bajemos anda, seguro que Claire estará haciendo un buen desayuno- dijo mientras de levantaba y me tendía la mano para que me levantase. Al hacerlo me di cuenta que la ropa que llevaba no era la misma que tenía puesta cuando corría por el bosque. Miré con sorpresa lo que llevaba puesto y luego miré a Josh como preguntándole,  a lo que él solo rió levemente.

-Mandé a Claire a que te comprase algo de ropa ya que la que llevabas estaba sucia y se rompió un poco por el accidente- abrí los ojos aún más levantando las cejas- Tranquila está arreglado, lavado y limpio el vestido, no te preocupes llamé al mejor costurero del pueblo y te lo dejó como nuevo- entendió mi reacción y eso me dejó mas tranquila.

-¿Vamos? - sin darme tiempo a contestar agarro mi mano y se dirigió por el pasillo, el cual era muy amplio con suelo era de moqueta negra que contrastaba con las paredes gris claro y un par de muebles rojos de varios cajones con adornos florales encima. Pasamos por las que pude contar 4 habitaciones sin contar en la que yo me encontraba mintutos atrás.
Seguimos caminando y nos topamos con las escaleras en forma de caracol, tambien de moqueta negra, pero más anchas de lo normal.

A medida que ibamos bajandolas el olor a pan tostado y a crêpes inundó mis fosas nasales provocando un rugido procedente de mi tripa.

Acabamos de bajar las escaleras para acabar en un enorme recibidor con la misma estética que el pasillo de arriba, Paredes blancas, suelo de moqueta negra y muebles rojos. No me dió tiempo a fijarme bien en los cuadros que había colgados por la pared, ya que Josh me arrastro, literalmete, a toda velocidad a través de una puerta que se situaba a nuestra derecha, que supuse que era la cocina. Está en cambio tenia muebles blancos, mármol creo, bien distribuidos por toda cocina, el suelo era de baldosa de pizarra negra. A la izquierda al acabar la encimera se encontraba una mesa tambien blanca y detrás de ésta no había pared, era una enorme cristalera la cual dejaba pasar la cálida luz procedente del exterior.

-Sentaros ahora mismo os llevo el desayuno- dijo con una tierna sonrisa la misma señora de antes. Claire, si no recuerdo mal.
La sonreí de vuelta mientras nos dirigimos a la mesa al final de la cocina y tomamos asiento. Uno frente al otro. Claire no tardó en traernos el desayuno. Una bandeja con dos platos uno lleno de crêpes y otro lleno de tostadas, mermeladas de todos los sabores, mantequilla, nocilla y dos cafés calientes.

Vi como Josh se relamía y le daba las gracias a la mujer de forma muy carñosa.

-¡Que aproveche! - dijo y se lanzó a cojer un crêpe y la nocilla untandolo y engullendo como un animal, lo que me provocó risa.

-Igualmente- contesté y opté por cojer una tostada y untarla primero de mantequilla y luego añadirle un poco de mermelada de fresa.

Al acabar dejamos los platos en el lavavajillas. Entonces habló.

-Vamos a dar una vuelta, creo que tienes muchas preguntas y yo posiblemente las respuestas.- asentí levemente y salí tras él atravesando el hall y llegando a una sala enorme. Una mesa rectangular de cristal para 12 personas, las sillas de cuero blanco, que contrastaban con el negro del suelo, las grises paredes y los muebles blancos. A nuestra izquierda había un sofá igual que las sillas y una tele que parecía una pantalla de cine en un mueble blanco con muchos cajones y puertas. Más hacia la izquierda, al final de la sala se encontraba una gran puerta corrediza de cristal. Josh se encaminó hacia ella y la abrio. Una suave brisa acarició mi piel, olía a bosque, amaba ese olor...
Salimos y aflojó el paso posicionandose a mi lado.

-A ver suelta la primera pregunta- dijo mientras se le escapaba una sonrisa.

-¿Qué fue lo que pasó? - giré mi cara mirando a la vez que caminabamos por el césped de lo que deduje que era el patio trasero, el cual como todo en esta casa también era gigantesco, al fondo se podía divisar una piscina cubierta. Hacía sol, demasiado para mi gusto.

-¿Qué es lo último que recuerdas?-preguntó entonces intenté hacerm memoria. Entonces las imágenes de unos colmillos en la oscuridad del bosque,  los cegadores faros del coche y por último, todo blanco, empezaron a azotar mi mente provocandome un fuerte dolor de cabeza.

-Recuerdo unos colmillos en el bosque, enormes, me asusté e intenté echarme hacia atrás para alejarme, salí del bosque aún de espaldas adentrandome en una carretera, unos faros me cegaron y luego todo se volvió blanco... -masajeé levemente mi sien.

-Tuviste un accidente, alguien te dio con el coche y te dejaron inconsciente, un chico de la aldea, que conoce a los que iban en el vehículo, vio como intentaban meterte en el coche y reaccionó rápido e izo que se marcharan dejándote ahí. Él te trajo a la aldea, a mi casa para que cuidaramos de ti. Nos sorprendió la rapidez con la que tus heridas se curaron- de repente noté como toda la sangre me subía a la cabeza de los nervios, sabía que era por los genes pero rezaba por que no se diera cuenta. - Llevas un día inconsciente- acabó.

Me quedé unos segundos meditando y procesando toda la información que acababa de recirbir.

-¿Y dónde estamos?- pregunté con la voz ahogada.

-Tienes el privilegio de estar en la aldea Black Hill- rió levemente y me contagió su risa, cosa que me relajó un poco.

Black Hill... Me sonaba de algo, pero en ese momento no caí.

-¿Más preguntas? - dijo.

-No- Sonreí.

Continuamos el paseo hablando de nosotros.

Su teléfono sonó.

JOSH:

Mi móvil vibró y sonó en mi bolsillo. Lo saqué, vi que era Claire y contesté.

-Dime Claire.-

-Señor hay aquí unas personas que preguntan por la señorita... Están muy cabreados, señor... - la noté asustada, miré hacia Amira la cual me miraba extrañada. Le sonreí tranquilo.

-Tranquila Claire. Diles que estamos en el jardín trasero. -

-Claro señor.-

Finalicé la llamada.

-Era Claire, me ha dicho que hay unas personas que preguntan por ti.-

Loba BorealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora