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La luna ya estaba en su punto de encuentro, al igual que las estrellas. Ambos castaños admiraban todo aquello que les rodeaba, desde el destello que reflejaba cada una las pequeñas esferas, hasta las diferentes tonalidades que decoraban el hermoso cielo.

— King, ¿puedo saber para qué me has traído aquí?.— Cuestionó la muchacha, esta vez mirando fijo al rostro ajeno.

El hada parecía perdido en sus pensamientos; por lo que la chica inmediatamente pensó, que si no se diera el caso de que este ya estuviera enamorado, sería una fuerte u poca esperada declaración de amor.

El hada parecía perdido en sus pensamientos; por lo que la chica inmediatamente pensó, que si no se diera el caso de que este ya estuviera enamorado, sería una fuerte u poca esperada declaración de amor

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El no recibir respuesta durante ratos, le desconcertó bastante a ___, por lo que decidió llamarle nuevamente, esperanzada de obtener respuesta:

— ¿King?...— Habló en tono considerable, ni alto, ni bajo.

Cuando el muchacho al fin pudo reaccionar, la cercanía de la otra le hizo alterarse un poco.

Pues, esta se encontraba a pocos centímetros de su rostro y sus extravagantes pechos estaban bastantes expuestos en sí.

— Por todos los cielos, ¿sabes el significado de espacio personal?.— Refunfuñó con las mejillas rojas, el hecho de que estuviera tan nervioso; le hizo transformarse en el tipo gordo y sudoroso que todos conocían.

Una risita escapó de los labios de ___.

— Lo siento, ¿ya puedes decirme?.— dijo acomodándose nuevamente en la gran almohada. La camisa que tenía puesta, era de meliodas, ¿cuánto tiempo la conservaba ya?, ¿tres días?.

— ¿Qué cosa?.— Preguntó devuelta el chico flotante.

— King, las preguntas no se responden con preguntas.—abultó su labio inferior con molestia— ¿qué hay de especial aquí?, ¿por qué me has traído?.

— Oh, eso...—El muchacho rascó un poco su cabeza—, pensé que te gustaría librarte del ambiente allí dentro. El capitán se está comportando algo mal, pero no es así, creéme.

— ¿Escuchaste nuestra conversación?.— Volvió su mirada al cielo, disfrutando del aire fresco acariciante de su piel.

— Sí, lo lamento realmente...—murmuró, elevándose un poco más de lo habitual— mi hermana es algo posesiva cuando se trata de ban, pasó lo mismo con una chica llamada jericho.

En ese momento la castañita volvió a mirar en dirección a él:

— Entonces, ban ha estado con muchas chicas eh, es un pillín.—Rió bajo, provocando que el otro presente riera de igual manera y volviera entonces a su forma normal.

— No lo sé, creo que sí, quién sabe.—suspiró— pero en cierta parte, me alegra que él haga feliz a elaine, y sobre todo que la haya elegido...

— ¿A qué te refieres?.

— Bueno, elaine siempre estuvo sola, es decir..., nunca salió con algún otro chico además de ban, el hecho de que él sea el primero es algo realmente...difícil, por así decirlo.— Entonces fue cuando abrazó sus piernas, y su cuerpo dió un giro de 180°. ___, sintió un escalofrío recorrer el suyo, claro, el pensar que el muchacho podría caer y herirse la mantenía alerta.— ___, yo antes odiaba a ban.

Voy a protegerte. «Meliodas x tú.» EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora