Voy a protegerte. «Meliodas x tú.» EDITANDO

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Llegando el anochecer bajo las gruesas lianas elaboradas por gerheade; Se encontraba el delgado cuerpo de cierta muchacha, muchacha la cual cada segundo que pasaba se estremecía más y más por el dolor naciente en toda su espalda.

— Gerheade, creo que esto es demasiado, estás impidiendo que la luz de la luna llegue a sus sentidos y ni siquiera sabes si estás haciendo algo bueno.— Soltó elaine vigilando de vez en cuándo fuera del árbol sagrado. La muchacha de ojos morados por su parte suspiró con cansancio.

— Señorita elaine, estuve esperando este momento por mucho tiempo. Sin duda estoy haciendo algo bueno, ya que..., se trata de mi cuñada, y la antigua reina de las hadas.— una vez dicho esto, bajo las lianas que esta mantenía, se empezaron a escuchar unos gemidos de dolor. Finalmente había iniciado la transformación.

— señor ban, trate de tranquilizarse. Aún no sabemos con certeza lo que ha sucedido, así que por favor, esperemos una noticia por parte del señor king.— Insistió la diosa intentando tranquilizar al mejor amigo de su hombre. Ya que este, al no recibir una respuesta anteriormente, había perdido un poco la cordura, sumiéndose a sí mismo en la desesperación.

— Es extraño...,–agregó meliodas tomándose un trago de cerveza– king no ha venido, ni ha enviado una señal para informarnos de la situación. Debe ser uno de los tantos errores que aparecen en tus hechizos, merlín.

fue entonces cuando la mencionada cruzó sus brazos un poco indignada.

— Capitán, ya he dicho la razón de tal desconexión con el alma de ___. Si sus decisiones son seguir llevándome la contraria.., entonces no hay más que pueda hacer en este momento.— Fue en entonces cuando la de negro tomó la esfera de cristal que yacía en una de sus manos y empezó a conjurar un hechizo.— intentaré comunicarme con king, hasta ahora, la última palabra la tiene él.

Bajo la preciada luz de la luna, se encontraba harlequin, observando anonadado todas y cada una de las estrellas.

Todo este tiempo estuve junto a un hada sumamente poderosa, y nunca me dí cuenta. Debo ser muy idiota para no percatarme de eso antes...

Pensó aquello con debilidad.
Estuvo así de sumido en sus pensamientos durante mucho, hasta que finalmente escuchó un zumbido muy fuerte en uno de sus oídos.

— ¡Ahg!, –se quejó ante aquello, levantándose con rapidez– ¿merlín?...¿qué demonios, qué sucede?

Cuestionó con rapidez al ver un breve reflejo de la mujer en los aires.

— ___, ¿dónde está ella?.— Preguntó con seriedad, sorprendiendo un poco al pecado de la pereza.

— ¿Ella?...,–dudó en responder– ella está bien. Aunque... está inconsciente.

— Ya veo, —respondió— supongo que todos se alarmaron por nada.

Y una vez terminando aquel diálogo, tras harlequin una gran explosión se escuchó proviniendo del árbol sagrado.

— King, ¿qué fue eso?.— Preguntó inmediatamente la hechicera.

— Algo sucedió, tengo que ir de inmediato. —

Nunca antes, king había experimentado tantos sentimientos juntos. Al despedirse de merlín y volar tan rápido como su pequeño cuerpo se lo permitía, vió como un destello con toques azules salió dispersado por todo el lugar.
Su desesperación fue tanta al ver aquello, que siquiera le dió tiempo a seguirlo, inmediatamente se adentró más al bosque hasta llegar al árbol sagrado.

— ¡Elaine, gerheade!.— Exclamó al ver a ambas chicas tumbadas en el suelo. — ¿¡Qué ha sucedido!?, díganme

La tos de estas aún no se había detenido desde que él llegó. Ambas al parecer fueron atacadas por alguien muy poderoso

— k...king...—se escuchó la respiración forzada de su hermana— cof..cof, tienes que ir rápido tras ell-..., ella...—y así forzó su voz para culminar sus palabras— va...- tras meliodas...

— ¿Ella?...—

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