capitulo 2

412 35 6
                                    

estaba frente a ella con una sonrisa tétrica, llevo su mano a su boca para acallar un grito, sus mejillas se empaparon por las lágrimas, hiperventilaba, cuando la tomo de los hombros, sintió como esas manos quemaban, no podía creer que estuviera ahí, no después de tantos años. fue lanzada contra la cama, sintió el peso de su cuerpo sobre el suyo, con la vista perdida lloraba

-al fin te encontré mi amada esposa. Al fin puedo hacerte mía de nuevo -   

 no por favor, rin gritaba internamente, no de nuevo ¿porque padre? ¿porque me haces esto? comenzó a gimotear, el solo la tomo de la barbilla y la obligo a verle

-dime… ya sabes cómo llamarme ¿no, mi amor?  Anda quiero escuchar tu linda voz. Anda dime que me amas como solías hacerlo-

Rin intento articular palabra, el miedo estaba latente

-e-esposo m-mío t-te a-amo- 

    apenas pronuncio esa palabra fue arrebata de su ropa, lamio su cuello, mordió su pecho, succiono aquellos pezones rosados, se deslizo por su ombligo; se detuvo y la contemplo desnuda

-mírate haz crecido bastante ¡luces, hermosa! -

    se lamio los labios de manera lasciva, su mirada era asquerosa. Rin trato de cubrirse, pero fue tomada de las manos

-espera esposa mía tengo un juego para ti

le dio la espalda y se dirigió hacia el maletín que llevaba; rin lo vio sacar unas esposas y un látigo

-no, no por favor eso no-   

el solo carcajeo

-que dices si esto te encanta, tu amas todo lo que papi hace o ¿ya lo olvidaste? -

Rin remontó a su pasado y las veces que su padre la amarraba desde el techo, la dejaba colgada por días; en los mismo que abusaba cada que se le antojaba, en los días donde quemaba cigarrillos en su cuerpo, porque el pensaba que eso la excitaba, le decía que sus gritos, era la voz de los mismos ángeles; mientras la tomaba por la espalda y la poseía sin miramiento, se lamentó ¿otra vez pasaría por lo mismo?
Algo en ella despertó, se levantó con la vista perdida, desprendió de su cabello los kanzashis que lo sujetaban, se posó detrás de su padre y enterró uno en su cuello; el solo soltó un grito de dolor sujetando la herida

-¿Qué, haz hecho? ¡maldita! - 

      rin sin miramiento clavo el segundo en su ojo.  se revolcaba del dolor, gritaba cual cerdo, la puerta fue abierta de golpe, kohaku entro

-rin ¿Qué haz hecho? -

      kohaku corrió hasta el cliente, le quito los kanzashis; corrió por toallas para detener el sangrado, sango que iba pasando vio a rin paralizada, se acercó y vio aquella escena horrorizada

-¿Qué hiciste rin?

-e-el es m-mi padre- 

  sango llevo sus manos a su boca, no podía creer que ese sujeto estuviera ahí, después de haber dañado así a su propia hija

-sango, trae mi botiquín-

      grito kohaku; sango vacilo, pero al final fue por el. kohaku sabía de enfermería, el era el quien las curaba cuando las herían; sango llego y le dio el botiquín, kohaku comenzó a limpiar la herida. hacer lo posible antes de llevarlo al hospital. entro kikyo

-¿Qué ha pasado aquí?

-señora kikyo, rin ataco al cliente

kohaku sin medir consecuencias dijo lo que paso; kikyo miro a rin y de un golpe la lanzo al piso, sango trato  de ayudarla, pero fue amenazada; rin en el piso, fue azotada una y otra vez

- ¿sabes el problema que me has traído? ¡maldita niña! -

      la tomo por su larga cabellera y la puso al nivel de su rostro

-esta no te la perdono ¡maldita! me importa una mierda que pierda clientes, esta vez si te matare-  

  kohaku se congelo, no podía creer lo que oía: el pensó que solo sería castigada, mas nunca imagino que la señora kikyo pensara asesinarla, se levanto y las miro

-señora kikyo, sería un desperdicio si la mata-

    trataba de no mostrar interés, kikyo no se lo perdonaría si se enteraba que el tenía sentimientos por esa chiquilla

-entonces ¿que sugieres?

- ¿porque no la vende? a ese hombre que ha ofrecido tanto dinero por ella –

Kohaku creía que ese hombre estaba enamorado de rin. así ya no sufriría mas, en su egoísmo por seguir viéndola impidió tantas veces que kikyo la vendiera, pero ahora solo ese hombre podía ayudar a su querida niña

-no suena mal, déjame pensarlo-

se puso de pie aun sujetando de los cabellos a rin y se la llevo arrastrando

-lleva a ese hombre a que lo atiendan, sobórnalo para que no me delate o asesínalo, confío en que tomaras la mejor decisión

Salió de ahí y llevo a rin a un sótano, lanzándola contra la pared

-reza porque gamajiro aun quiera comprarte-

Salió de ahí azotando la puerta; rin estaba en shock, no podía creer lo que acaba de pasar. se tiró en forma fetal y lloro como hace mucho no lo hacía.

así como en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora