capitulo 3

398 39 7
                                    

fue despertada de manera brusca, un hombre la jalo de ambos brazos arrastrándola por el lugar, la lanzo a un carro y se fue. rin no entendía; quizá la matarían ¿que importaba? prefería estar muerta a seguir con esa maldita vida: llegaron a una bodega enorme, la bajaron y llevaron dentro ahí estaba el señor gamajiro con una sonrisa de oreja a oreja, el era una persona de baja estatura, con mucho sobrepeso, se relamío los labios y se acercó a rin

  -mira mi niña ¿Qué te hizo esa maldita mujer? Te a golpeado muy duro- 

  toco su rostro con delicadeza  

- ven te llevare para que te des  un baño, estas toda mugrienta- 

    la tomó de la mano con delicadeza y la llevo con el, caminaron por un túnel subterráneo. al salir llegaron a otro sótano, subieron.
rin se quedó boquiabierta, era una gran casa ¡hermosa! que abrió la boca; gamajiro la llevo al segundo piso y la metió a una recamara

-aquí dormirás esta noche y ahí está el baño, dúchate, te espero para cenar juntos -

  salío de la habitación, rin miro a todos lados era demasiado hermoso. abrió la puerta del baño y quedo aun mas impresionada era tan bello, se despojó de sus harapos y se metió a bañar. al salir busco que podía ponerse, encontró un vestido negro de piel sobre la cama, era señal de que debía usarlo; tenía una corazonada y no era para nada buena, tocaron la puerta y ella abrió

-el amo te espera, debes bajar ahora mismo-

Una anciana con un parche en el ojo le indicaba por donde ir, llegaron a un gran comedor, el señor gamajiro estaba sentado al extremo de la gran mesa

-oh, pero mira que bella luces ven... kaede ya puedes irte y no quiero ser molestado, váyanse todos a dormir –

Rin sintió de nuevo ese presentimiento, miro a la anciana esta le dio una mirada de terror y lastima, no era buena señal. Salió del lugar: rin se acercó y trato de sentarse.  al momento de tocar la silla un latigazo fue azotado sobre su muñeca

-no te dije que te sentaras ahí ¡maldita perra! –

La actitud del señor gamajiro cambio por completo. ya no era el señor amable de hace apenas unos momentos

-l-lo s-siento - 

  rin se inclinó, todo su cuerpo comenzó a temblar; el río de manera tenebrosa, mientras sacaba un silbato, lo soplo y salieron cinco perros negros gigantes, se abalanzaron contra rin, pero se detuvieron por la orden que gamajiro les dio.
rin estaba acorralada, con esos perros gruñéndole, poso su espalda sobre la pared, con terror plasmado en aquellos ojos marrones

-te diré esto solo una vez, tu eres mi perra y como tal te comportaras- 

  apunto un plato que estaba en el piso

-ahora ve y come- 

  rin se iba a levantar, cuando el dio la orden a uno de los perros y este la mordió de la pierna, rin grito de dolor

-te dije que eras mi perra así que compórtate como tal- 

    no entendía, lo miro, se puso en cuatro y comenzó a avanzar hacia el plato al llegar comenzó a comer como si fuese un animal. gamajiro reía   

-muy bien comienzas a entender tu lugar –

Paso una semana; rin estaba en una bodega. amarrada como si fuera un perro a lado de ella estaban diez perros más gruñéndole, como siempre. gamajiro estaba en una silla sentado comiendo pollo, cada hueso era lanzado hacia rin para que ella comiera, pero al momento de agarrarlo los perros se lanzaban contra ella y la revolcaban: rin gritaba de dolor, pero los ahí presentes solo reían.    Aquella chiquilla ya no era la misma, había bajado demasiado de peso unas ojeras enormes bajo sus ojos, estaba pálida, sus labios sangraban por la deshidratación que sufría.
Una explosión se produjo en la entrada, todos corrieron con arma en mano a encarar a los causantes, se escucharon disparos de todos lados; rin solo se fue a una esquina y se agacho tapando sus oídos, gamajiro no se inmuto, no se movía; con una sonrisa torcida miraba lo sucedido. ese hombre estaba desequilibrado, lo disparos cesaron. rin levanto un poco la mirada y ahí estaban dos hombres de cabello plata ¡tan largo!. ellos cruzaron palabras con gamajiro y al final el más alto le puso una bala en la cabeza. continuo hablando con su compañero. ya dispuestos a marcharse, rin se movió un poco

-inugami mira-  

  uno de los peliplata apunto en dirección a rin, se acercó corriendo, la vio ahí con marcas de  mordidas, sucia, con harapos que apenas y cubrían  su cuerpo

-es una niña, maldita sea, ese bastardo- 

  rechino los dientes.
el peliplata más alto, se acercó. apunto a la cabeza de rin y corto cartucho

así como en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora