capitulo 4

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-¿Qué haces idiota?-

-es lo mejor, ella está rota, debe desear morir.  a seguir viviendo entre tanta mierda-

-pero es una niña no seas estúpido-

- ¿crees que me interesa? -

      su voz era indiferente, fría. rin levanto el rostro, mirando esos ojos ámbar, bajo el arma, chasqueando la lengua

-bien, kitsune, limpia el lugar-

    aquel hombre obedeció adentrándose entre los pasillos
 
-hmph ese idiota es tan molesto- 

  se acercó a rin, retirando la máscara que cubría su rostro; ¡por dios! era el hombre más hermoso que jamás había visto, sus facciones eran tan delicadas, sin perder su masculinidad, tenía unos ojos pequeños color ámbar, unas marcas en sus mejillas y una media luna en su frente, unos labios tan delgados. rin se quedó estupefacta, perdida en aquellos ojos; eran como pozos, se podía perder en ellos. cuando el intento tocarla por inercia ella se alejó temblando, se abrazó así misma

-maldito hijo de puta-  

soltó, viendo el daño provocado a esa niña, rin levanto el rostro

-s-son l-los bu-buenos-   

    el sonrió de medio lado

-no, no se podría decir exactamente que somos buenos. Ahora ven déjame desatarte

rin se acercó y dejo que este lo hiciera, quizó ponerse en pie, pero sus piernas no le respondían, tanto tiempo actuar como perro tuvo sus consecuencias, un grito desde el fondo lo alarmo se puso de pie y corrió en dirección al lugar, su rostro denotaba preocupación

  -¿Qué pasa?-     

  con arma en mano llego. aquella escena lo perturbo, tres niños de menos de doce años yacían tirados en medio de aquel cuarto, bañados en sangre. a uno le cortaron la mano, mientras los los otros dos tenían plasmado el pánico en sus rostros   

-tsk los tres ¿están muertos?  -

    aquel joven asintió, sus ojos se llenaron de lágrimas, el mayor lo miro con reproche  

-ya tendrías que haberte acostumbrado, las personas son la peor miseria; lamento no haber torturado más a ese hijo de puta-   

    el más chico aun con su máscara puesta lo miro  

-me es imposible acostumbrarme-  

  el mayor le dio la espalda y salió 

-nos vamos -    

  retirando su máscara, lo siguió,  llegaron donde rin el la miro cambiando su semblante, le sonrió de manera cálida: el también era demasiado atractivo, pero su rostro irradiaba más alegría, sus ojos eran más grandes y el color era amarilloso, mas opacos que su acompañante
 
-hmph fue demasiado fácil ¿no crees? inugami –

-solo digamos, que otra basura se estará quemando en el infierno –

  regreso la mirada a rin colocándose de cuclillas, le extendió la mano

-ya estas a salvo-

    le sonrío tan cálidamente, que rin sintió desplomarse en llanto ¿de verdad ya estaba a salvo? ¿de verdad ya había pasado ese infierno? Salieron de esa bodega, el mayor llevaba en brazos a rin; Llegaron a unos autos, uno era un lexus rojo perteneciente al más joven, mientras el otro era un maserati color negro, el joven bajo a rin y abrió la cajuela saco una gabardina de piel negra y se la coloco a aquella chiquilla. abrió la puerta del copiloto y le indico que subiera, ella subió y detrás la puerta se cerró, ambos jóvenes conversaron un poco más, se despidieron, el hombre más efusivo sacudió la mano diciéndole adiós y rin solo bajo la mirada, el más alto subió colocándose el cinturón
-ponte el cinturón-   

  su voz grave la estremeció, rin no entendía ¿qué cinturón? ella jamás había subido a un coche, no de esa manera. ya que siempre iba en la cajuela o en la parte trasera, pero tirada entre los asientos; el se desabrocho el suyo y se inclinó hacia ella, por inercia trato de protegerse, pensó que la atacaría, pero el solo bufo y tomo el cinturón pasándolo por enfrente, se lo coloco

-este es el cinturón, debes usarlo siempre que subes a un coche ¿entiendes? - 

      rin solo asintió

-bueno tienes familia -  

  movió la cabeza negando

-a nadie ¿Qué tal tu madre? -

 Rin gimió, negando   

  - ¿qué tal tu padre? -    

como una punzada que la atravesaba, unas lágrimas salieron

-ya veo ¿está muerto? - 

  rin se encogió de hombros

-si no respondes las preguntas, no lograre entenderte, así que habla-

Se atraganto, un nudo se formó en su garganta, tenía demasiado miedo, pero algo le decía que confiara: que realmente ellos eran los buenos, fue sacada de su pensar por el motor del carro este ya se había echado andar, comenzó a sonar una canción “i need some sleep de Eels”; rin no sabía qué clase de música era o lo que decia, pero sonaba demasiado triste y eso la hizo llorar, se abrazó a sí misma y miro por la ventana

-¿quieres que abra la ventana un poco?-   

  rin asintió, el viento toco su rostro y las lágrimas se desvanecían con el

-te-tengo un hermano o más bien no sé si aún este con vida, tiene seis años que no lo veo. ahora debe tener doce... mi madre murió cuando el nació así que nos criamos con mi padre en adachi, tenía una tía, pero nunca me quizó, solo a mi hermanito shippo-   

    se quedó en silencio por unos minutos

-¿y tu padre?-   

    como si le hubieran pateado el rostro este se deformo, recorriéndole lagrimas amargas

-lo lamento no debí…- 

  fue interrumpido por la voz entre cortada de rin

-el, c-creo que lo mate –

Aquel joven detuvo el coche de golpe provocando que rin se golpeara su cara con el tablero

- ¿estás bien? -    

  rin se levantó y lo miro  

    - si no es nada… debe creer que soy un monstruo ¿no es así?  pero el lo merecía - 

  el peliplata se quedó en silencio por un momento, vio sus ojos, estaban desorientados, ¿cuánto habrá sufrido esa niña?

así como en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora