capitulo 14

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-¿estás seguro inuyasha?  -

- por supuesto kagome, este año contigo  me he dado cuenta de que te amo y quiero pasar mi vida a tu lado. ya eres mayor de edad, de verdad quiero que te cases conmigo-

Kagome no pudo contener las lágrimas al ver a su amado arrodillado, pidiéndole ser su esposa, brinco de felicidad y acepto. esa noche inuyasha preparo una linda velada en un lujoso hotel, puso pétalos de rosas desde la puerta hasta la recamara, la ilumino con un camino de velas aromáticas, kagome quedo impresionada al ver el detalle, cenaron y comenzaron ha besarse, inuyasha bajo a su cuello dejando leves mordiscos, tomo el lóbulo y lo mordió, kagome dejo salir un gemido   

-te amo-       

-y yo a ti-                

inuyasha callo la boca de kagome con un apasionado beso, ella se movió con tanta sensualidad que pronto estuvieron desnudos, la tomo a horquillas acorralandola contra la pared, beso su cuello deslizándose poco a poco, tomo un seno masajeándolo; kagome se aferro a su cuello para no caer, mientras gemidos escapaban de su boca, tomo un pezón y comenzó a lamerlo al tiempo que lo mordía ligeramente, con la mano libre bajo hasta la entrepierna y comenzó a masajear aquel botón que la hacía explotar de placer, kagome no podía contener los jadeos.  inuyasha podía ser muy apasionado en la cama, recordó la primera noche que pasaron juntos, se portó tan dulce y amable, después solo la pasión invadió el lugar. amaba a ese hombre y estaba segura de formar una familia a su lado. 

-i-inu,  vamos al cuarto -

inuyasha la tomo por sus glúteos y presuroso la llevo hasta la recamara, donde una enorme cama los esperaba, con un edredón blanco lleno de pétalos de rosas, la deposito con delicadeza sobre ellos. kagome se soltó del agarre posando ambos brazos sobre su cabeza; inuyasha la contemplo por un largo periodo       

-eres perfecta-       

kagome río bajito atrayéndolo hacia ella, perdiendo toda cordura en un beso feroz, mientras inuyasha jugaba con sus pliegues sintiendo la humedad inundar sus dedos. mordió sus labios y bajo lentamente depositando besos por todo su dorso,  hasta llegar a sus muslos, beso y lamió, observando directamente a su intimidad, kagome cerraría sus piernas, pero este se lo impidió   

-déjame verte-               

deposito un beso en el interior de sus muslos, logrando estrenecerla y comenzó a juguetear entre ella con ferocidad, quería devorar aquella parte que lo volvía loco, introdujo un dedo, después otro, comenzó a moverlos al tiempo que kagome arqueaba su espalda y gemía cada vez más fuerte    

-te necesito inu-        

esa señal la esperaba, se depositó entre sus piernas,  tomo  su miembro lo jugueteo entre la humedad de kagome y sin mas se introdujo al  placer, la humedad rodeo su erección. ambos comenzaron a gemir, estaban en el éxtasis, kagome como pudo se giró sobre el, lo beso y comenzó a mover sus caderas, inuyasha gimió, mientras soltaba unas maldiciones; ese era el maldito paraíso, la tomo de las caderas enterrando sus dedos marcandole la velocidad
Kagome le siguió el ritmo, sus pechos se movían al compás, inuyasha sentía que terminaba y optó por cambiar de posición, no arruinaría ese momento, por supuesto que tenía que hacer feliz a su mujer. la giro dejándola contra la cama con la cadera levantada, comenzó a embestirla, kagome gritaba no podía contenerse, era maravilloso, inuyasha la tomo por la cadera y por su cabello, mientras volvía más rápidas aquellas embestidas, lamió su espalda,  mordio su hombro, su respiración tocaba el oido de su amada, ambos dieron un último gemido terminando la primer ronda. cayeron a la cama sus pechos se movían al ritmo de su respirar, se miraron y sonrieron mientras se depositaban un tierno beso: esa noche fue intensa no durmieron por disfrutar de sus cuerpos habían dado un paso mas y estaban felices por ello.

así como en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora