Capitulo 6: Acercamiento

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Cuando volvió a la sala luego de hacer el pedido su chaqueta ya estaba lista, Adrian hizo una seña para que se la probara luego de devolvérsela, se la puso viendo que estaba perfectamente cosida, las costuras apenas eran visibles en la tela gris, nadie diría que alguna vez se había roto.

-Quedó fantástico.-dijo Jon luego de su evaluación, el rubio le miro con una sonrisa un poco tímida, su mirada esmeralda se fijó en un pedazo de hilo suelto entre la tela gris, se acercó con unas tijeras en la mano, Jon casi pudo sentir la respiración pausada y relajada de Adrian en su rostro mientras él se quedaba quieto en lo que el rubio cortaba el hilo suelto.

-Si, me alegra que te halla gustado el resultado.

-Quedo muy bien, pensé que cuando llegara a casa debería guardarla en el armario. -dijo el castaño alisando la tela gris,el rubio se separo de Jon volviendo al cofre dejando la tijera en él para luego sacudir sus manos de las pelusas invisibles que tenia en ellas. 

-¿Quieres tarta de cerezas? -ofreció Adrian mientras se quitaba su chaqueta azul marino quedando solo con su camisa rosa pastel, la dejo abandonada en uno de los brazos del mueble donde anteriormente estaba sentado, Jon asintió también quitándose la chaqueta recién cosida.

Se dirigieron a la cocina en lo que llegaba el almuerzo que habían pedido, el rubio se movió con soltura por la estancia agradablemente iluminada, busco unas copas y las relleno de vino pero justo antes de echar el liquido en las copas pregunto:

-¿Te gusta el vino tinto seco? -pregunto Adrian de espaldas a Jon, el cual volteo rápidamente para ver la fina y esbelta figura dándole la espalda, casi tartamudeó, un viejo habito que pensó que se había desecho de el.

-Si. -dijo el de ojos azules mirando a cualquier otra parte de la equipada cocina, se dio cuenta de que una de las ventanas contaba con un alfeizar lleno de plantas que le daban aroma al lugar.- ¿Me enseñarías a hacer algunos postres rápidos? -dijo mientras el rubio le pasaba la copa.

-Por supuesto, Jon. Puedo enseñarte lo que tu quieras. -casi escupe el vino de nuevo en su copa, por suerte el rubio se había dado la vuelta para sacar harina de un gran frasco de cristal, odiaba su mente pervertidamente abierta. Se limpio la boca discretamente antes de que el otro se volviera. - sé muchas recetas de postres fáciles si no quieres tardar tanto.

-Me vendrían muy bien para hacerlas antes de ir a dar clases. - dijo observando al rubio buscar las cerezas que había comprado y otros frutos rojos de su refrigerador, lo vio preparar una masa simple para pasteles mientras le daba algunas explicaciones con respecto al tiempo que debía durar esa tarta en el horno.

-¿Sus clases son interesantes, profesor? -hablo Adrian con su tono burlón, el castaño rió suavemente mientras tomaba un trago de su copa.

-Si, son interesantes. Algunas no tanto, pero no puedo poner problemas graves a jóvenes indiscretos. He visto muchos casos realmente complejos ¿sabes? y aunque ya no ejerza como psicólogo, estaría violando la confidencialidad medico-paciente si divulgo dicha información. Aunque sea un caso personal o de otro psicólogo no esta bien darle esos casos a los estudiantes. Que traten con ellos cuando estén fuera de la universidad y muy lejos de donde pueda escuchar sus tontas quejas porque les dejo mucha tarea. -Adrian le miro como el castaño bebía con pereza de su copa, acerco su mano a la botella en la encimera y relleno la copa media vacía del profesor. -Siento que quieres embriagarme. Es muy temprano para estar ebrio.

-¿Te embriagas a menudo? -dijo el rubio poniendo la tarta en el horno, dio la vuelta a la encimera para sentarse junto al castaño con su propia copa entre sus finos dedos.

-De vez en cuando. Cuando no tengo clases que dar. Me ayuda a olvidar. -la mirada azul de Jon estaba fija en su copa, su semblante era casi deprimente a los ojos de Adrian que con cuidado puso su mano en su hombro en señal de apoyo.

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