Ese fue nuestro primer encuentro con el Sr. Kerrington, pero las cosas han cambiado, vaya que han cambiado. Al principio me pareció un chico dulce y tierno, pero es todo lo contrario. Es un tipo arrogante, infantil, odioso, egocéntrico. Ah y olvide un pequeño detalle: está enamorado de sí mismo.
Un mes después de nuestro primer encuentro, y ya soy víctima de sus bromas. Pero como yo no me quedo atrás, esta “Relación” se ha convertido a bases de bromas y venganzas. Y claro nuestro odio mutuo.
-Pero… ¿Qué te ha pasado en el cabello? –me pregunta Anna, mordiéndose el labio para no reírse.
-Oh nada, es que quería pintarlo rojo, ya sabes…
- ¿Fue Will? –preguntó. Yo entre a su casa y tire mi bolso al sillón.
-Ese imbécil, me las pagará.
- ¿Pero de dónde sacó pintura?
2 horas antes…
Iba caminando tranquilamente por los pasillos, esta era mi última clase. Vi a mi enemigo unos casilleros más allá coqueteando con una chica. Genial el aun no me veía, puesto que estaba de espaldas. Una sonrisa malévola se posó en mis labios. Me acerque.
-Hola –le dije a la chica rubia, ésta me mira confundida- Hola Will.
Éste me mira confundido, luego entiende todo.
-Oh no, Mackenzie ahora no.
Sonrío con malicia.
- ¿Cómo te fue con los exámenes Will? –le pregunto casual.
- ¿Qué exámenes? –pregunta la rubia.
-Para saber si tiene o no, la enfermedad de transmisión sexual –le respondo mirando a Will, este me mira incrédulo.
- ¡¿Q-qué?! –grita mirando a Will boquiabierta.
-No, no…ella miente. Yo…no.
- ¡Oh vamos Will! Que no te de vergüenza admitirlo.
La chica se da media vuelta y comienza a marcar en su teléfono.
-Cassie…Will, nuestro Will tiene…una enfermedad de transmisión sexual –le dice, Will me mira enfurecido.
- ¡Ups! –susurro con voz de niña pequeña. Comienzo a reír mientras Will me mira rojo de la ira contenida.
-Eres una…eres una…
- ¿Soy qué Willcito?
-Una zorra –me dice, mi sonrisa se esfuma.