-Yo...creo que debería irme -le dije, mi voz salió nerviosa. ¿Acabo de besar a mi amigo? Esto no es normal.
-Nop, tu no te irás aún -Will también suena nervioso, pues el me siguió el beso.
-Will, esto es incómodo.
-Lo sé, pero dime que carajos te sucede.
Me sonrojé, ni yo misma Lo sabía.
- ¿Estas saliendo con Marie? -pregunté, él frunció el ceño.
-No...ya te dije, nunca saldría con la loca de tu hermana.
Me reí.
-Okay, mira...haremos como que nada de esto -lo apunte, luego me apunte a mi misma - Pasó.
-Bueno -sonrío- Pero no esperes que no te molestaré.
Me apartó de la puerta y se fue. Me reí.
Agarré mi bolso del suelo, no sé en que momento se cayó. Con una sonrisa salí del salón.
- ¿Saldrás otra vez con Chris? -me preguntó Anna, estábamos en mi habitación, sentadas en e suelo viendo una película.
-No sé...oh, esta parte me da pena -le dije.
- ¿Cuantas veces la has visto?
-No lo sé, pero yo amo esta película. Es tan hermosa.
-Eres muy grande para seguir llorando con ella.
-Shhh...
-Enserio Mackie, a esta edad deberías estar viendo porno como toda adolescente, pero estás aquí llorando por Bambi.
- ¡Yo amo Bambi! -le grité indignada- ¡Bambi es el mejor!
-Madura.
-Yo amo a Bambi, el es tan tierno.
- ¿Podemos ver otra película? Porque esta parte te hace llorar.
Y tenía razón, la parte en que Bambi pierde a su mamá...es tan triste. Una lágrima cayó por mi mejilla.
-Oh no, las lágrimas de nuevo. Veamos...Uhm -comenzó a revisar mis películas- ¿Aún tienes Toy Story? Y esta de barbie, ¿Tienes la bella y la bestia? Oh dios, ¿Cenicienta lll?
-Sí, ¿Qué tiene de malo? -me limpié las lágrimas.
-Oh, no sé -dice sarcástica- Que tienes 17 años, y que vas a cumplir 18 y sigues llorando con Bambi.
-Si se lo dices a alguien...
- ¿Qué?, ¿Qué me harás? -pregunta burlona.
-Les cuento a todos lo que te sucedió en...
Ella se ruborizó.
-Ok, ok, tu secreto hasta la tumba.
Me reí, ella se rió. Y así chicas, comenzó un ataque de risa.
-Jo-deeer.
-No...t-te ríaaaas -me gritó Anna roja, yo me volví a reír, apretando mi estómago. Dolía.
Anna volvió a reír, y yo también. A estas alturas yo me estaba revolcando en el suelo, riéndome.