Capítulo 41

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El estómago de Anna ya se notaba, cinco meses ya eran notorios. Pero Anna lo ocultaba con sus camisas anchas.


No le quería decir nada a Riley, yo no podía culparla, él chico era un idiota.


Aunque el merecía saber la verdad.


Me contó que la ultima vez que se acostaron (Sí, volvieron hacerlo)  él no se volvió a acercar a ella.


Anna estuvo mal durante meses.


Rose ya lo sabe, mi padre ya lo sabe. Y como no, Will también.


Amenazamos a éste último  si le contaba algo a su mejor amigo.


Sus padres no la apoyaron, la echaron de su casa y Anna vive conmigo.


-Entonces... ¿Nos iremos lejos? -me preguntó Anna.


Asentí, nos iríamos de este lugar...por el bien de Anna.


-Tenemos que buscar un departamento y universidad para ti.


Y tendría que dejar todo esto atrás.


Incluido a Will.


Eso me ponía triste, un dolor se apoderaba de mi garganta y pecho.


Abandonaría a Will.


No sabia como hacerlo, pero tendría que hacerlo.


Estos meses habían sido muy divertidos.


Para las que preguntan: sigo siendo virgen.


Anna buscaría la él departamento, aun teníamos un mes. Estábamos de vacaciones, yo no quería pensar en eso.


La universidad representaba mi libertad de estar aquí, y también alejarme de una persona muy importante para mí.


                                   ****


-Kaidan y yo iremos  la misma universidad -dijo Rose sentándose a nuestro lado.


Con Anna estabamos sentadas en la pequeña plaza que estaba al frente de mi casa.


Anna comía mis uvas, sólo que ella no las contaba.


- ¿Cómo está ese pequeño alíen? -preguntó Rose con una sonrisa, acarició su estómago.


-Dios, cada vez me da más hambre -se apunta los pechos- Y estos están creciendo.


Hace una mueca, Rose rió.


-Si me di cuenta nena, los tienes mas grandes -le guiña Rose.


Anna ríe. Sus mejillas estaban sonrosadas.


-Sabes un nuestro amor es imposible Rose, ya déjalo.


- ¡Pero yo te amo! -le gritó.


Seguimos riendo, hasta que Rose me pregunta: -¿Cuando le dirás a Will?


Maldita sea, pronto nos iríamos.


Tenia que decirle a Will, es sólo...que él parece tan feliz.


Yo no quería arruinar su felicidad, y si lo hacia también arruinaba la mía.


Mackenzie  MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora