Capítulo 8

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Luego de dejar a Anna en su casa, me puse mis audífonos. Una canción de Ed Sheeran comienza a sonar, mi mente se fue automáticamente hacia Nathan.

¿Qué hacía con esa chica? Los vi juntos en el pasillo mientras nos veníamos con Anna.

Nathan, Nathan, Nathan... ¿Por qué aun no puedo sacarte de mi cabeza? ¿Por qué no puedo olvidar tus sonrisas? ¿Tus besos? ¿Sus hermosos ojos? Oh, claro. Porque lo veo todos los días en mi salón, porque estoy pendiente de cada uno de sus movimiento, de cómo habla y ríe con sus amigos (Soy una acosadora profesional), de cómo las chicas se le acercan y el las rechaza. Eso en un momento me hizo sentir algo extraño, mi estómago se volvió loco.

Pero hoy fue diferente, ya no sentí su mirada en mí, y lo vi hablando con esa chica, para variar era hermosa. Su pelo castaño, delgada, con curvas, ojos verdes, y esa sonrisa con hoyuelos. Prototipo de chica perfecta para muchos chicos, y de todos los chicos...estaba ligando con el mío. Bueno, técnicamente no es mío. Definitivamente no lo es, pero es Nathan. 

¿Por qué esto es tan complicado? Alguien debería advertirnos sobre el amor. Es mejor no enamorarse. ¿Razones? Los celos, las inseguridades, la desconfianza, corazones rotos, lágrimas, dolor insoportable. Pero por otro lado estar enamorado es algo especial, algo mágico. Te sientes feliz, te sientes amado, te sientes importante. La emoción de ver a esa persona es única y que decir cuando te besa, prácticamente estas en el cielo, claro cuando tu amor es correspondido.

El amor nos hace vulnerables, y a nadie le gusta sentirse vulnerable. 

Nathan, Nathan...Nathan. ¿Por qué nos hiciste esto? De todas las personas con la que pudo engañarme, ¿Tenía que ser Marie, mi hermana?  A ella la veo todos los jodidos días, veo todos los días la traición. 

¿Cómo una persona que amas, una persona de tu familia...te puede hacer eso? Es algo que nunca me llegué a imaginar. Pues claro, nadie anda por la vida imaginando a su novio acostándose con su hermana. Es raro y completamente loco. 

Nunca se me pasó si quiera por la mente, que Nathan me engañaría. Y mucho menos con mi hermana. 

¿Por qué lo habrá hecho? No tengo ni la menor idea.

¿Me amaba como decía que lo hacía? Si me hubiese amado, ¿Por qué se acostó con Marie?

¿Alguna vez me amó?  No lo creo.

Una canción de Adele, me hace suspirar. Si sigo preguntándome y pensando en Nathan, lloraré. Miro hacia la plaza que está al frente de mi casa. Una sonrisa nostálgica se posa en mis labios. Tantos recuerdos...

~~~~Flashback~~~~

- ¡Eres un bruto! -le grito riendo, Nathan sonríe y se acerca para besarme. Su lengua toca la mía, sus manos en mi cintura acercándome hacia él, cuando el beso termina, tira de mi labio inferior. 

-Te amo -susurra besando mi cuello, comienzo a reír, pues es mi lugar del punto débil y me dan cosquillas.

- ¡Vamos por un helado! -grito infantilmente cuando veo una heladería. Nathan ríe y camina junto a mí hacía la heladería con su brazo alrededor de mi cintura. 

-Eres hermosa Mackenzie -por alguna extraña razón mi nombre en sus labios es perfecto. Odio mi nombre, pero que él lo diga es...bonito.

Me sonrojo y el vuelve a reír. Trato de soltarme de su agarre.

-Eres adorable -dice sonriendo, sus ojos brillan de alegría.

Mackenzie  MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora