Y mostrar que el mal está más cerca de nosotros sin si quiera notarlo.
Puede llegar a ser caprichoso y egocéntrico, mostrando su blanquecina mandíbula, dos canicas azules que observan corazones tristes, de cabellos incoloros como el invierno y piel más fría que la de un cadáver, la pulcra imagen digna del angel que peco ante los ojos de Dios y se burla en su cara, Sonriendo ante la dicha travesura de hacerles creer a los mortales que dichoso salvador de la resurrección no existe. Y todo eso con tan solo hacer que sus plegarias no lleguen a su dios, escuchando como le dan la espalda al santo que los ignoro. Pero es que Jesucristo puede llegar a ser cruel, atreviéndose a dejar a sus hijos en manos de una bestia horrible como lo era él, dejando que la imagen de sus creaciones se mancilla con el negro de su ser.
Que triste
Pero aún más imperdonable, fue el ver cómo dicha divinidad dejaba en sus manos a la chica que poseia una pureza y determinación preciosa, siendo como la estrella más brillante en toda la galaxia, similar a una mortal digna de llevar el apodo de una diosa, un verdadero ángel al cual tuvo que arrebatarle los sueños y manchar su blanquecina aura. Pero bien está, que no iba a desaprovechar tal pureza para cumplí su ambición.
Y, pese a qué todos miran con horro a la pequeña criatura, él está feliz, admirando que aquella mujer había sido tan fuerte como para concebir a su hijo, sabiendo a la perfección que había hecho una excelente elección.
—¡Maten al niño! ¡No tienen que seguir viviendo, nos traerá desgracias a todos!—Exclama con horror el hombre, tomando entre sus manos una cruz mientras hace. rezos.
Sus acompañantes y unas mujeres toman al niño y salen de ma habitación, mirando con cierto temor al recién nacido que tiene aún ligeras manchas de sangre.
La han encerrado, han encerrado a su mujer, apartandola de su preciado niño que fue concedido bajo las alas negras del ser del Inframundo. Se repugna, había olvidado que ellos podían ser peor que él, que ellos podrían estar más llenos de pecados por actos que consideraban correctos cuando estos estaban muy lejos de la palabra que su dios le había dado, usando como pretexto de que era por el bien de los demás (No obstante sabemos que la peor de las mafias siempre fueron está clase de personas, una mafia que domina más de medio mundo aprovechándose de la esperanza).
¿Y él? ¿Por qué no ayuda a enmendar el error de sus hijos? ¿Acaso está esperando que todo se maten entre sí?
Si es así, solo se estaria divirtiendo observando toda una batalla desde su trono de oro y angeles preciosos.—Hazlo tu— Las manos del joven tiembla, tirando el objeto afilado a un lado, sus ambos tiemblan, no es capaz de hacer tal cosa.
—¡no sirves para nada!—Dice su acompañante, juntando el objeto del suelo y acercarse al niño. —Dios te perdone.
Aquel pequeño llora, llora de una forma desgarradora sabiendo el cruel destino que le espera, mientras que aquella chica de cabellos pelirrojos como las brasas del fuego (así es como la de ahora) está pidiendo que no le hagan nada a su hijo mientras llora. Ellos la ignoran, pues se están centrando en castigarla por su pecado, por haber permitido que se dejara poseer por él. Su marido que alguna vez le juro amor eterno se está alejando de ahí con otra mujer, haciendo una mueca de desagrado mientras arroja el anillo a cualquier parte de la habitación. Los látigos contra el cuerpo de la chica podrían ser horrorosos para cualquiera, pero el se mantiene neutral, entrecerrando los ojos y ver la escena.
El grito de las mucamas que paseaban por el lugar hace eco por los pasillos al igual que el de los que alababan al creador del todo, sus dedos los pasa por la sangre que escurre de sus cuerpos, manchando la pared mientras tararea una canción de cuna y el pequeño entre sus brazos admira el rostro del hombre que lo acuna, sus lágrimas desaparecen, pues cuando mira quién es la persona que lo carga sonrie y sus ojitos azules brillan ante la melodía del hombre.Su pulcro traje blanco está manchado de sangre al igual que las mantas en las que carga a su hijo, su caminar es despreocupado y cualquiera que se le atraviese acaba con destino derecho al Inframundo. Llega a la puerta de la habitación, el pequeño se apega más a el pecho del hombre mientras parece querer volver a llorar, sabe lo que se oculta detrás de esa puerta, y es algo totalmente desgarrador.
Cuando se abre la puerta deja ver algo totalmente asqueroso, preguntándose una y otra vez de como se atrevían a ensuciar el cuerpo de su mujer con su repugnante escencia. La ve en el suelo, con los ojos cerrados y debajo de ello una mancha casi oscura, está desnuda y sus cabellos están sucios. No duda en matarlos, haciendo que sus cuerpos se partan en varios pedazos y esparcirlos por la habitación. Toca su rostro, mirando lo hermosa que sigue siendo pese a su desastrozada forma, ya que si bien dice que cuando ves a quien amas sus defectos desaparecen ante tus ojos.
—Lamento llegar tarde— Junta su frente con la de ella, besandola y después pasar su brazo libre alrededor de la cintura de la chica.
—¿Ya nos vamos?—La escucha hablar en bajito, sintiendola apegarse más a su cuerpo teniendo los ojos cerrados
El bebé está jugando con sus manos, ignorante de todo lo sanguinario de su alrededor.
—Es hora.
La ve sonreír, dándose la idea de que ella estaba dispuesta a desafiar a todo aquello que se interponga entre él y ella, no importa si su enemigo es una divinidad, o si es una batalla perdida sabrá perfectamente que ella luchará con todo y lo poco que tenga. Nadie la apartaría tan fácilmente de su ser amado y de su adorado hijo.
Sin importar que sus almas sean corruptas.
Tres ángeles que desafiaron las leyes de dios, pecando a su forma y manera.
Convirtiéndose en los angeles caídos.
Sin importar que todo sea un simple juego de guerras entre ambos dioses.
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Light
FanfictionOne-Shot The Promised Neverland +Te deseo una larga y felíz vida+ ✓. Los personajes no me pertenecen, créditos a Kaiu Shirai y Posuka Demizu. ✓. Noremma. ✓. Solo me quería desahogar ¿Ok?