La niña que oraba por Lucifer

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Esto fue sacado de una publicación que me enviaron en facebook, ya que esta ha sido compartida por muchas personas no pude dar con el autor original (Crdt: A quien corresponda), la modifiqué  muy poquito ya que se las quería compartir.
Aclaro: No pretendo llevarme el crédito de dicho texto, la pueden buscar en facebook si gustan.
Sin más que decir, disfruta de la lectura.



Cuenta la leyenda que en un pequeño pueblo vivía una niña inocente y sin malicia alguna.  Quién comenzó a ser observada por sus padres con sorpresa y creciente preocupación. Pues se encontraban pasmados por sus oraciones nocturnas.

Llamaron al sacerdote del pueblo, quien pensó que los padres exageraban. Lo invitaron a cenar, con la intención de que la observase. Se encontró con una niña dulce de aspecto angelical, quién cuando terminó de cenar se despidió de sus padres y del sacerdote dirigiéndose a su habitación. En ese momento los padres le pidieron al sacerdote que los acompañara. Y bien ya detrás de la puerta, fue cuando se empezó a escuchar:

Y cuida a mi mamí, a mi papí, a mis hermanos, ah, y por favor cuida mucho de Lucifer, nadie pide por él, yo lo hago en nombre de todos.

El padre estaba horrorizado, sin embargo la conducta de la pequeña era intachable, por lo que el sacerdote solo ordenó que la vigilaran. El tiempo pasó y lamentablemente las condiciones en las que vivían no eran de las mejores, solían caer en hambrunas y padecer enfermedades, pero eso no era motivo para que la pequeña dejara de rezar:

Y cuida a mi mamí, a mi papí, a mis hermanos, y por favor cuida mucho de Lucifer, nadie pide por él, yo lo hago en nombre de todos.

Y así lo decía cada noche.

Un día sus padres salieron en busca de alimentos para ella y sus hermanos. Durante su ausencia la pequeña sufrió un accidente y murió. La familia era muy humilde, por lo que no podían darle una digna sepultura y lloraban su miseria. De pronto, de la nada apareció en su casa el más majestuoso y jamás antes visto cortejo fúnebre; rosas, coronas, una elegante carroza jalada por seis corceles negros, y al frente del cortejo, un hermoso joven de piel blanca como la nieve, albino, vistiendo un traje de gala negro con bordes en color blanco, tanta belleza impactaba, pero lo que más llamaba la atención eran sus ojos, azules como el mismo oceano, como fuego azul, pero hermosos y cautivadores, bañados en lágrimas que ocultaban la verdadera fiereza de su dueño.

Inició la misa de cuerpo presente, la iglesia estaba a tope y el joven en primera fila seguía llorando, sin mirar a nadie, solo a la caja blanca de fino alabastro que contenía aquel angelical cuerpo.

Los padres de la niña no se animaban a agradecer o cuestionar a su distinguido benefactor, quien cabizbajo seguía en su solemne y silencioso luto. Con un sollozo que desgarraba el alma del más valiente.

Finalmente, el cortejo partió hacia el cementerio, donde los padres, hermanos y familiares de la niña pudieron contemplar el sepulcro más majestuoso, digno de reyes. Al ingresar el féretro al nido de descanso eterno, el joven estalló en un llanto tan desgarrador que conmovió a todos los presentes y motivo el llanto de más de uno, los padres no sabían que hacer.

¿Cómo aquel desconocido podía haber amado tanto a la niña y haber sentido tanto su muerte?

Y como si hubiera leído sus mentes, volvió hacia ellos su fiera pero enternecedora mirada y con pena, pesar y melancolía dijo:

Por miles de años el mundo ha buscado la manera de tacharme de lo peor, desde tentador, ladrón, traidor, enemigo, hasta lo más ofensivo y blasfemo, pero ella, ella con su dulzura, su inocencia, su amor infinito, todas las noches sin falta y a pesar de que era castigada por hacerlo, nunca dejo de orar y pedir por mí, ni una sola noche.

Los padres le preguntaron su nombre. El joven alejándose en su camino dio la vuelta diciéndoles, debían recordar el final de las oraciones de su hija: Bendice a Lucifer, porque nadie pide por él, yo lo hago en nombre de todos.

Dicho esto, el joven desapareció.




















Cómo mencioné este texto no es de mi autoría (es demasiado hermoso) y como me gustó muchísimo se los quise compartir, la lección que deja al final es preciosa.
Pd: Hasta aquí llegan las mini historias con temática religiosa xd

Nos leemos luego~💕💙

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