Al llegar baje del auto después de Jared y camine arrastrando los pies detrás de él. Solo quería acostarme y dormir.
Apenas abrió la puerta Jared se quedo mirando nuestra sala. Miro cada rincón, examinándolo con la mirada.
—Alguien entro —dijo seco.
— ¿Qué? ¿Cómo que alguien entro? —lo mire extrañada, pero al ver que no me respondía tome su brazo y lo obligue a mirarme. —Vamos, responde.
—Tal vez sigue aquí —con su pie cerró la puerta.
— ¿Cómo qué...? —antes de que terminara la frase cubrió mi boca con su mano y puso uno de sus dedos sobre su boca y emitió un ‘Shuu’ muy bajo.
Abrió el cajón de uno de los muebles y saco un arma.
—Ten —me la puso en la mano y saco otra para sí.
Apenas tuve el arma en mis manos me puse alerta, algo pasaba aquí. ¿Malo o bueno? No podría saberlo, pero tenía que arriesgarme para descubrirlo.
Con su arma me indico las escaleras, y luego camino hacia la cocina.
Camine escaleras arriba con arma en mano. Ambas manos afirmaban el revólver, paralelas al suelo. Revise cada habitación, con la respiración acelerada. La ultima era mi habitación.
Al entrar supe que algo no estaba bien. Tenía muy buena memoria, y era evidente que había cosas cambiadas de lugar.
Mi ventana estaba abierta de par en par, dejando entrar el frio de la noche. El cobertor de mi cama no estaba ordenado como cuando me fui, estaba marcado como cuando alguien se sienta en el. El colchón de mi cama estaba notoriamente corrido, dejando un espacio de unos centímetros de diferencia con el mueble de la cama.
Después de revisar que nadie estuviera en mi habitación, cerré la puerta y me acerque a mi cama.
Al poner las manos por debajo del colchón para ordenarlo sentí algo.
Levante el colchón, y afectivamente, ahí estaba.
El mismo pendrive del sueño. Con un pequeño papel con algo impreso.
‘Suerte, cariño. –J.M’.
Rápidamente guarde el pendrive en el bolsillo de mi pantalón. ¿En realidad era James? Bueno, J,M solo podía significar James Maslow.
Arrugue entre mis manos el pequeño papel y lo lleve a mi pecho.
Después de tantas cosas confusas y malas. Ahora sí que no podía confiar en nadie, solo en James. El era mi luz al final de mi túnel oscuro.
Me había confirmado lo que yo había creído. No estaba loca. Esa noche en verdad había pasado. El resto de los papeles desaparecieron, seguramente la A.S.I. los había ocultado. Pero ahí iba una de mis tantas dudas. ¿James había tenido el pendrive desde un principio o había logrado quitárselo a la A.S.I.?
Si él les quito el pendrive ¿James estuvo aquí en L.A. o la A.S.I. tenía el pendrive cerca de donde James está ahora?
¿James sigue trabajando para la A.S.I.? De no ser así, ¿por qué no está muerto?
Bueno, entonces, como esa noche paso ¿por qué Logan no me dijo nada? ¿Si supuestamente me amaba y confiaba en mí?
-Por lo mismo –dijo una voz en mi interior que hace mucho tiempo no escuchaba.- Ya no te ama ¿lo olvidas? Te engaño, entonces, no confía en ti. Tal vez deberías preguntarte ¿desde cuándo?
¿Desde cuándo me engaña o desde cuando no confía en mí?
-Tal vez deberías preguntarte si alguna vez confió en ti.
Tal vez nunca me quiso, pensé.
La puerta de mi habitación se abrió, y apareció Jared con arma en mano apuntando.
—No hay nadie —le dije ocultando el papel dentro de mi blusa.
Bajo el arma y miro mi habitación.
— ¿Encontraste algo? —pregunte deseando que no.
—No —suspiro y bajo la cabeza. —Pondré la alarma, vete a dormir.
Asentí y el salió de mi habitación.
Me metí a la cama con ropa, no tenia ánimos de cambiarme. Sentía un dolor fuerte en mi pecho, como si literalmente mi corazón se hubiera roto. Afirme mis piernas con mis manos y llore. Llore como nunca había llorado, pero en silencio, siempre en silencio.
De algún modo siempre pensé que yo iba a poder evitar concluir mi misión. Que me alejaría de la A.S.I. y tendría una vida normal, por primera vez en dieciocho años, y una vida con Logan.
De igual forma tendría que ir a Mónaco. Tendría que pasar esos seis días sola y buscar un lugar donde poder ver todos los videos del pendrive, ya que compartiría habitación con tres chicas más.
Me repetía una y otra vez que era una estúpida. Me sentía estúpida por todo. Por estar llorando por él, por no haberme dado cuenta antes, por haber ido ese día a ayudar a Pres, por ser tan curiosa como para querer saber lo que había en la maldita despensa, por entregarle mi corazón sin darme cuenta, por todo.
Sabía que era tonta, que si el se aparecía ahora con un ‘Perdón’ yo lo perdonaría y me lanzaría a sus brazos, porque nunca había tenido algo como lo que tuve con él y no quería dejarlo atrás.
Tome el pendrive y lo mire por debajo de las sabanas.
James me había dado algo a lo que aferrarme cuando ya no quería seguir viviendo. Descubrir la verdad sobre mi origen, sobre el por qué de las cosas.
Porque lo único que es más fuerte que el miedo es la esperanza, y James me la había dado.
Y no me iría de esta vida, hasta descubrir la verdad.No OLVIDEN Seguirmee