Narra Logan.
Estaba en la cocina vertiendo bebida en un vaso cuando unas manos cubrieron mis ojos.
— ¿Quién soy? —dijo una voz fingida en un timbre falsete.
Puse mis manos sobre las de ella. No era _____(tn), ella olía diferente, un diferente muy delicioso. Baje mi mano por su muñeca y sentí la cadenita.
—Beverly —respondí confiado.
— ¿Cómo es que siempre adivinas? —me dijo algo indignada. Me quito las manos de los ojos y tomo mi vaso con bebida.
—Es pura suerte —reí mirando con discreción su cadenita. —Hey, dame eso. Es mío.
—Ya no más, ahora es mío —bebió de mi vaso y suspire. No iba a poder quitárselo, era mejor no pelear y servirme bebida en otro vaso.
— ¿Qué haces aquí? _____(tn) está arriba ¿sabías? —la regañe. — ¿Cómo entraste?
—Voy por orden —me aviso. Se termino el vaso de bebida. — ¡Vaya, gracias, tenía algo de sed!
—Beverly —murmure ya desesperándome. Tenía una increíble habilidad para cambiar el tema, si le incomodaba, si le molestaba o si no quería hablar de eso.
—Bien, bien —dejo el vaso a un lado. —Estaba aburrida así que vine a visitarlos. No, no sabía que _____(tn) estaba aquí. Y entre por una ventana —soltó una pequeña risa infantil.
—No puedes estar aquí —susurre. — ¿Qué pasaría si baja y te ve? Para ella nos conocimos hace dos semanas y luego de eso no hemos hablado.
—Déjame quedarme un rato mas —suplico subiendo un poco la voz. Cubrí su boca con mi mano.
—No, ahora mismo te vas —apenas dije eso, escuche como alguien pisaba el primer escalón de las escaleras de la sala con mucho cuidado haciendo que crujiera un poco. Ambos volteamos la cabeza en esa dirección al mismo tiempo.
Mi respiración se acelero. Como bien podría ser Pres o mi padre, también podría ser _____(tn).
Rápidamente con la vista recorrí toda la cocina y mi mirada se encontró con la despensa que solo tenía una tabla en su parte superior con algunas galletas y como era nueva el resto estaba vacío.
Agradecía al mundo que Beverly era de contextura pequeña. La empuje ahí y la encerré dentro. Corrí a la silla más cercana y me senté tratando de parecer casual.
______(tn) venia trotando y al llegar se detuvo en la puerta. Ella, comparada con la _____(tn) que yo creaba en mis sueños, era mucho más hermosa. Su cabello castaño se movía junto con su cabeza de una forma lenta, haciendo que desprendiera un olor a jazmines que me encantaba. Lo que definitivamente más me gustaba era ese color de ojos azules. No en cualquier lado te encontrabas una persona con unos ojos tan profundos. Todas las personas con ese color de ojos deben de ser parientes.
—_____(tn) —dije su nombre mientras exhalaba aire. Tenía la leve esperanza de que fuera Pres, o cualquier otra persona.
Recorrió la cocina con la mirada, ni se percato de que le había hablado.
— ¿Buscas a alguien? —trate de llamar su atención.
—No…eh… ¿Galletas de coco para Pres? — ¡Mierda! ¡¿Porque esas galletas justo estaban en la despensa donde estaba Beverly oculta?! ¡¿Por qué?! ¿Es que acaso el mundo me odiaba?
—Ah sí… —mire la despensa queriendo parar el tiempo. —Ahí… —dije sin querer. Dio un paso hacia allí y me levante rápidamente. —Lo hare yo —le sonreí.
Abrí una puerta muy poco. Beverly me miro alarmada desde dentro, ya tenía las galletas en la mano. Las tome. Beverly tenía las manos cubiertas de un sudor frio. Siempre le pasaba cuando estaba nerviosa. Rápidamente cerré y le tendí las galletas.
_____(tn) dirigió una mirada a la despensa y luego a mí.
Limpie mis manos con disimulo. Por favor que no se haya dado cuenta del sudor de Beverly que quedo en mis manos.
—Ve, antes de que Pres te llame —le dije con una sonrisa falsa en el rostro. Vete rápido para que Beverly salga de ahí y se vaya, quería decir. Pero claro, si lo decía, tendría que dar muchas explicaciones.
—Creo que podría querer mas —se acerco y puso una mano sobre la puerta de la despensa, dispuesta a abrirla.
Puse mi mano sobre la suya y admire por un momento su suavidad, luego quite su mano delicadamente de ahí. Abrí la puerta, ahí estaba Beverly con otro paquete, lo tome y se lo di a _____(tn).
—Ya ve, antes de que se enoje —la empuje levemente a la puerta.
Al verla salir suspire de alivio.
Beverly abrió la puerta y salió con mucho cuidado, todo esto sin hacer ruido.
La lleve del brazo hasta el jardín.
— ¡Casi te ve! —le grite enojado.
—Lo siento, no pensé…
— ¡Beverly es eso! ¡Tú no piensas! ¡No ves las consecuencias que pueden traer tus actos infantiles!
— ¡Hey no me grites! —le comenzó a temblar la mandíbula y se puso roja de coraje. Estaba por venir una de sus clásicas pataletas.
— ¡Te grito porque quiero! ¡Porque alguien tiene que enseñarte!
— ¿Qué pasa aquí? —Genial. Esa voz la conocía. Mi padre. Ese hombre tan gentil pero tan cruel otras veces. Ese hombre al que yo admiraba, por su sabiduría, por su maestría, por cómo había elegido su vida, a pesar de todos los obstáculos. Era mi ejemplo a seguir. Sigo todos sus pasos y los seguiré siempre.
Llego a nuestro lado y me reprimió con la mirada.
— ¿Por qué le gritas a Beverly? —me pregunto.
—Se metió a nuestra casa y no le importo que _____(tn) estuviera arriba, con Pres, en su habitación —me defendí. — ¡ _____(tn)a bajo y casi la ve!
—Silencio, que si no también te escuchara —me dijo. Suspire frustrado. A Beverly nunca le decía nada, no era justo. — ¿Cómo estas Beverly? —la miro.
Puse una mano en mi mandíbula, tratando de controlar las ganas de gritar y me di la vuelta.
Camine hasta mi habitación, dispuesto a lanzarme a la cama. Cuando escuche como Pres y _____(tn) discutían.
— ¡Tal vez deberías preguntarle a la estúpida que estaba tratando de esconderme cuando baje por tus galletas! —escuche como le grito _____(tn) a Pres.
Mierda. Se dio cuenta. Bueno ¿cómo no? Después de todo era de la A.S.I.
Pero…un momento. ¿Llamo a Beverly estúpida? ¡Creía que Beverly….que ella y yo…! Mierda, mierda y más mierda.
—_____(tn) —la llame. Se dio la vuelta con un rostro manchado en arrepentimiento pero en menos de un segundo sus facciones cambiaron.
Susurro algo que no entendí y luego dijo un ‘Es cierto’.
Sus bellos ojos azules se llenaron de lágrimas, al igual que sus mejillas. Quería decirle que Beverly no era lo que ella creía. Pero si decía eso ¿Qué le diría después? ¿Cómo cubriría el que Beverly, una chica que conocí hace dos semanas, estaba conmigo en la cocina? No podía darle ninguna respuesta coherente, sin revelar, los secretos que teníamos entre familia. A la familia no había que darle la espalda, y por eso no revelar los secretos de ellos, no podía hacerle eso a Beverly. ¿Pero por eso iba a dejar que _____(tn) creyera una mentira?
—Por favor, no llores —era lo único que podía decir en ese momento. No llores o si no soltare todo.
Tomo su chaqueta y corrió hacia a mí. Por un momento pensé que me iba a golpear. No le creía capaz, demostrar su aptitud para la lucha en frente de Pres, que no sabía nada de ella. Pero tarde, me di cuenta de que solo quería salir de ahí. Intente detenerla pero no pude.
La seguí como pude.
— ¡ _____(tn)! ¡Detente! —cada vez que escuchaba mi voz corría mas rápido. — ¡Puedo explicarlo! —de algún modo, pero no sabía cuál.
Llegamos a la entrada. Corría cada vez más rápido, parecía no cansarse.
— ¡Por favor! —hice un último intento y la tome por el brazo. No iba a perderla. No, no y no. Me negaba a perderla. Pero cuando se tiene que elegir entre la familia y el amor. Elijas al que elijas, lastimas a uno. Con uno de los dos nunca será igual. Estaba en un dilema imposible de resolver.
—No hay nada que explicar —verla hablando con lagrimas en las mejillas me partía el corazón. Ella me amaba tanto como yo a ella. Lo nuestro no podía terminar así. Quería amarrarla a mí y nunca soltarla.
—Hey —al ver sus ojos, por un momento me olvide de todo, seque sus lagrimas con dulzura, pero su mano contra mi mejilla me volvió a la realidad.
Estaba a punto de perder al amor de mi vida.
—No me toques —se soltó de mi mano y salió de mi casa.
—Te lo puedo explicar —en teoría era cierto ¿pero cómo? —Tienes que escucharme, por favor —la disculpa más sincera, y la única que tenía en ese momento, era decirle: —Te amo.
— ¡Eres un mentiroso! ¡Me viste la cara de estúpida todo este tiempo! —me grito.
—No, no es verdad —intente convencerla. Si tan solo pudiera besarla para callarla, pero solo arruinaría más las cosas. Me acerque a ella y se alejo de mi como si tuviera lepra.
— ¡Esto se acabo! ¿Me escuchaste? ¡Yo no soy el juguete de nadie! —se dio la vuelta y camino.
No. No. No. No. Esto no estaba pasando.
Cerré los ojos, esperando despertarme en mi cama. Pero no.
Al abrirlos, ahí iba _____(tn), caminando, alejándose de mí…para siempre.
— ¡Considérate en mi lista negra Logan Henderson! —grito con la voz algo cortada.
Lleno de tristeza, enojo y rabia, corrí hacia donde había estado hace unos minutos con Beverly y mi padre.
Ahí estaban los dos, sentados en una mesa, bebiendo café y conversando entre risas. Siempre había envidiado eso de Beverly. La facilidad con que le subía el ánimo a mi padre.
— ¿Están felices ahora? —quise gritar pero mis ojos llenos de lagrimas me lo impedían. Tenía rabia, con ella, con él, conmigo, con todos.
— ¿Qué paso? ¿Estás bien? —Beverly se levanto y se me acerco.
— ¡Aléjate! ¡Eres una pelirroja malcriada! ¡Haces lo que quieres y no ves las consecuencias para los demás! ¡Espero que estés muy feliz ahora! —puse mis manos en mis ojos y los estruje, los estruje hasta que supe que estuvieron bien rojos.