La carta de Silvestre

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Para: Pepe Le Pew

Mi querido Pepe. Desde nuestro último encuentro no he podido encontrar la forma de seguir evadiendo mis sentimientos. Desearía poder estar frente a ti y decirte, no, gritarte a ti y a todo mundo lo mucho que te amo y lo mucho que te necesito. Abras recordado que te miraba constantemente en la reunión de los chicos y te abras preguntado si me pasaba algo o si tenia un problema contigo, bueno ahora sabrás el porque. Recuerdo que Lucas se me acerco y en modo de broma me pregunto si me sucedía algo contigo o si acaso estaba enamorado de ti y yo alarmado le dije que no, que eran invenciones suyas y sin querer alce demasiado la voz y todos (incluyéndote) se me quedaron viendo. Fue muy vergonzoso y al no soportarlo me salí corriendo de ahí.

Mi querido Pepe, mi querido zorrillo apestoso que no sabe hacer otra cosa mas que exasperarme a la hora de coquetear con otras damas que fingen ser algo que no son, tu que no distingues a una chica de un travesti mal maquillado, no soporto mas las noches solitarias y que solo me desvivo por soñar y tener la esperanza de algún día estar a tu lado ¿Por que no puedes voltear un segundo y ver a quien realmente te ama? ¿No te das cuenta que Penélope no te valora como yo? Ella solo te busca por tu dinero y luego de pasar algunos instantes amorosos finge no saber quien eres. Presume tus obsequios frente a sus amigas y te hace parecer un tonto iluso. Solo yo sé que no es así; solo yo se que tu la buscas porque te hace falta amor, alguien que te haga sentir valorado y único...Ojala pudiera hacerte ver que yo soy a quien buscas.

Si te tuviera para mi, yo no desperdiciaría el tiempo. Te llenaría de mimos, regalos, gestos caballerosos (que Penélope teme mostrar en público), te complacería hasta en el mas tonto de los caprichos solo para verte sonreír, y entre esos caprichos incluyo el sexo. Se que te gusta sentirte dominante y que te gustan los juegos de rol e incluso que te ahorquen a la hora de venirte; lo se por que tu me lo dijiste una vez estando ebrio en una de tantas fiestas que te gusta organizar; no te mentiré, esa parte de ti en definitiva no me la esperaba y aun así aquí estoy...dispuesto a complacerte como mas te guste. A veces sueño que te monto en tu cama, que gritas mi nombre y dices que odias a Penélope, tomo tu delgado y precioso cuello y lo aprieto y no te suelto hasta que me acaricias recorriendo mi cola hasta llegar a mi mejilla y me dices que me amas. Tal vez sea un sueño imposible pero incluso eso me bastaba para soportar las mañanas en que recuerdo que no eres mío.

Los sueños imposibles ya no bastan a estas alturas, ya llevo mucho tiempo soportando verte con otra. Por favor mi querido zorrillo ya no me hagas esto. Tu no lo sabes pero desde esa fiesta ya no aguanto el odio que me tengo por no ser lo suficientemente valiente como para encararte y decirte por que te veo de lejos como un borrego degollado; por que cada tarde en tu puerta te aparecen flores y tu finges que son de ella, por que siempre soy yo el primero que te defiende de las malas criticas de las personas de la prensa o de otros mas. Quisiera decirte de frente que soy tuyo incondicionalmente y que no necesito de tu dinero ni ningún favor banal que acrecente el eco. No Pepe...yo soy tuyo para siempre, yo soy y seré el mas grande cursi que halla pisado este mundo solo para que sepas cada segundo de tu vida que nadie te ama ni te amara como yo.

Por favor no me odies Pepe, por favor no me ignores ni me desprecies luego de leer esto. Si es que no me correspondes, que se que es así, por lo que mas quieras solo ignora todo esto que te expreso, finge que nada de esto paso y déjame conservar lo que pueda quedar de nuestra amistad. Si no tengo tu amor, por lo menos déjame estar a tu lado...incluso si tengo que apoyarte en mas romances fallidos. Tratare de soportarlo...por ti.

Te amo.

Att. Silvestre

Bugs leía con detenimiento la arrugada carta que Silvestre había arrojado al basurero del estudio. Cuando el conejo vio al gato con lagrimas en los ojos salir corriendo de su camerino, no lo dudo y lo siguió para hablar con el y ver que es lo que le había alterado tanto. Era muy difícil ver a Silvestre llorar, nada lo alteraba a ese grado. Cuando salían de los estudios Warner le descubrió frente a un contenedor de basura y con impotencia arrojo un sobre dentro de este; luego salió corriendo y ya no le pudo volver a alcanzar. Al regresar recordó el sobre y se adentro en el contenedor para sacarlo y tener una pista de lo que le sucedía a su amigo para luego ayudarlo. No se esperaba, claro, lo que Silvestre había estado escondiendo.

Looney Tunes // One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora