Capitulo 1

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Escuela, esa institución que nos forja para que seamos alguien en un futuro y la razón por la que nosotros los adolescentes tenemos que despertarnos temprano.

Hay tres clases de adolescentes en una escuela, los que se matan estudiando para entrar en una buena universidad, a los que no les importa nada y solo van a escuela porque no tienen nada mejor que hacer, y los que se esfuerzan para poder sobrevivir en el mar de tareas y las clases extra curriculares luego de la escuela, pero que en realidad no les interesa.

Yo entro en la tercera clasificación de estudiantes, no es que no me importe la escuela es que simplemente no entiendo nada, además practico fútbol así que no tengo tanto tiempo para estudiar ya que siempre tengo que ayudar al entrenador con cualquier cosa que se le ocurra en el día y pasarme el resto del tiempo entrenando y quejándome porque lo odio, seguro se preguntaran, ¿porque estas en el equipo de futbol si lo odias? La respuesta es clara, quiero una beca y los deportistas tienen privilegios.

Así que si alguna vez resulto estar envuelto en un problema, solo debo decir que pertenezco al equipo de futbol y ya, esa es la vida aquí y aunque no sea justo, voy a aprovecharme de ello.

Y aquí frente al segundo hogar para muchos y la pesadilla para otros esta la Secundaria Urbandale, si lo sé qué raro ese nombre, pero agradézcanle a nuestro querido ex-director el señor Richards, el fundó nuestra escuela hace, no sé cuántos años con el propósito de ser la mejor institución en programas de deportes y artes del estado.

A se me olvidaba mencionar, no todos en la escuela siguen esa regla de, Oh mataste a alguien? No te preocupes, juegas futbol, puedes salirte con la tuya. No en realidad todos la siguen excepto el profesor de literatura del segundo nivel, ósea mi profesor, es muy amable, es mentira todos lo odian.

—Ah, sí están aquí, esperaba que una nave espacial los hubiera abducido esta mañana a todos—Aunque no lo crean eso es lo más amable que jamás nos ha dicho— espero que hayan tenido un horrible fin de semana, quien es la persona que no se ha dignado en aparecer temprano a mi clase—todos nos miramos y nos encogimos de hombros, el solo suspiro y volvió su vista a su escritorio.

—Bueno como les estaba diciendo el viernes—alguien toco la puerta y lo interrumpió— ¿quién es?

—Puedo pasar—preguntó la voz de una chica.

—Porque llegaste tarde esta vez Richards—pregunta nuestro profesor en voz baja.

—Eh, había mucho tráfico en las calles.

—Usted viene caminando Richards.

—Bueno había mucho tráfico de personas en las calles, espere ¿cómo sabe eso?

—Solo pase.

—Está ocupado— pregunta señalando el asiento a mi lado.

—No, supongo—veo que la chica asiente y se sienta, estaba a punto a hablarme cuando el profesor comienza a hablar y empieza a prestarle atención.

—Como les están diciendo antes de que uno de ustedes me interrumpiera—habla refiriéndose a la persona a mi lado—el viernes les avisé que hoy hablaríamos del trabajo que deben realizar este semestre, deben realizar un escrito sobre lo que quieran, pero no están permitidas las palabras obscenas, ya me han entregado trabajos así y créanme no fue lindo leer eso, bueno como sea escriban lo que quieran y ahora pasemos a la clase.

Luego de un día de clase agotador y un almuerzo más raro de lo normal por culpa del mono que tengo de mejor amigo por fin era la hora de las actividades extra curriculares, mi equipo y yo estábamos corriendo por la cancha esperando a que el equipo de fútbol femenino terminara su entrenamiento, siempre duran diez minutos más, así que siempre empezamos a correr en estos diez minutos para aprovechar el tiempo.

Escucho algunos gritos y levanto la mirada justo cuando algo me golpea y caigo hacia atrás.

—Oh, Dios mío lo maté!, mi madre va a matarme!, oye estas muerto, no te mueras me escuchas, si te mueres mi mamá va a matarme porque asesine a alguien, voy a estar castigada de por vida, Oh, por Dios voy a ir a la cárcel, y si luego se me caerá el jabón, Seguro me harán una iniciación y me quemarán la piel y luego tendré que ser parte de una banda para sobrevivir, oye no te mueras no quiero ir a prisión.

—Puedes hacer silencio por un segundo me duele la cabeza—ella suelta un suspiro.

—Hay gracias a los dioses no iré a la cárcel, porque no quería pasar por ninguna iniciación o cosas así....

La chica siguió hablando, pero no escuchaba nada de lo que estaba hablando, tal vez el golpe me daño el sistema auditivo.

—Oye estás bien, Te deje ciego o que, ¿cuantos dedos ves aquí?

— ¿Cuatro? —le respondí y su cara refleja solo una expresión: terror.

—No! Son dos, oh no te dañe los ojos ahora si me asesinarán.

—Creo que estoy viendo doble por el golpe en la cabeza, pero no creo que me hayas dañado los ojos—le explicó.

—Bueno, eso es perfecto eh creo que debería llevarte a la enfermería.

—No es necesario—le digo.

—Insisto casi te mato ven levántate—me agarra del brazo y me acompaña a la enfermería.

En todo el camino no pude dejar de pensar en la vergüenza que seguro pase, ya me imagino los comentarios mañana "No es ese el idiota que se desmayó por una pelota" la voz de la enfermera me trajo de vuelta a la realidad y empezó a revisarme para ver si todo andaba bien cuando de repente se escuchan gritos desde afuera de la enfermería.

Ambos nos miramos ya sabíamos quienes están gritando, mi entrenador entra acompañado de la entrenadora del equipo femenino, se preguntarán porque pelean como enseñan prácticamente lo mismo deberían llevarse bien no? pues no, para resumirlo son dos adultos inmaduros que salieron juntos, terminaron, se separaron y no lo superaron. Aunque hayan pasado más de 20 años supongo, no sé en cual nivel de vejez estén ellos.

—Oh, por Dios mi jugador estrella, estas bien, que te hizo esa bruja—menciona refiriéndose a la persona que me golpeo, ella le sonríe y le saca la lengua ignorándolo.

Eso no es muy respetuoso a los mayores.

—Le acabas de decir bruja a mi jugadora estrella—pregunta la entrenadora.

—Sí, se nota que se parece a ti demonio—ella abre la boca dramáticamente.

—Dejara que él le hable así—le pregunta la chica a la entrenadora.

—Disculpa, seguro fue tu chimpancé el que se le atravesó mientras ella estaba practicando.

—En realidad—dijimos los dos al mismo tiempo.

—Cállense—nos gritan los dos al mismo tiempo.

—Te voy a demandar Katherine, tú bruja pudo haber matado a mi estrellita—dice secándose lágrimas que le salían de los ojos.

—Por Dios Clifford fue una pelota, no seas llorón. No puedo creer que una pelota lo derribara.

—Disculpen—Habla la chica—En realidad fue mi culpa estaba practicando un gol y se desvió el balón, aunque si le di gol a su cabeza.

—Ves lo que provoca tu "jugadora estrella"-

—No es culpa de ella que tú "jugador estrella" no sé de cuenta cuando un balón lo va a golpear.

Iban a seguir peleando, pero la enfermera los interrumpió y le explicó que solo fue un pequeño golpe y que lo peor que me podría dejar podría ser un moretón.

Ya afuera de la enfermería los entrenadores seguían peleando yo solo me limité a seguir observando a la chica ya que no tenía nada mejor que hacer, aunque ella estaba muy atenta a la conversación de los entrenadores por alguna razón.

—Esto no se va a quedar así, oíste—mi entrenador me agarro por el brazo y me llevo hacia los vestidores.

Aunque para serles franco, mis problemas solo acababan de empezar y por alguna razón todo estaba ligado a ella.

El porqué de tus reglas (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora