Brooke
Claustrofobia, trastorno de la ansiedad en el cual, se sufre un miedo a estar enclaustrado, es decir, entrar o permanecer en un lugar cerrado del que la persona piensa que no va a poder salir.
Sufrí mi primer ataque de claustrofobia a los 7.
Era un día lluvioso y mi padre, Nolan y yo, íbamos de camino a mi clase de fútbol, cuando otro auto nos chocó y el auto de mi padre se desvió hacia el bosque.
Yo y Nolan íbamos atrás y llevábamos el cinturón de seguridad, mi papá no, cuando chocamos con el árbol, él salió disparado hacia delante y yo me quedé atorada dentro del auto con Nolan.
Duraron 30 minutos para encontrarnos y 1:30 para poder sacarme del auto.
Luego de eso me aterraba entrar en cualquier espacio pequeño o que no estuviese bien iluminado, sin sentir el miedo de quedarme encerrada, desarrolle el habito de siempre revisar que la puerta no se atorara, luego de un tiempo no volví a tener ataques.
Mi segundo ataque fue a los 9 en el elevador de la oficina de papá, estábamos bajando para irnos y el ascensor se averió, duraron 30 minutos para poder sacarnos.
Mi tercer ataque fue a los 12 en el armario de suministros de la veterinaria de la señora Mer, Ella nos mandó a mí y a Nolan a buscar gasas, duraron 20 minutos para darse cuenta que nos quedamos encerrados y 5 para sacarnos.
Mi cuarto ataque empezó hace exactamente 2 minutos cuando el ascensor en donde estaba con Dylan se atoro.
Supongo que tengo mala suerte con los ascensores.
Luego de que Dylan intentara abrir las puertas a puros golpes, me encogí en una esquina intentando calmar mi respiración.
No respiro.
No respiro.
—No respiro—hablo en voz alta y siento a Dylan acercarse lentamente.
— ¿Que necesitas?
—Me duele el pecho, no respiro, Dylan no respiro—me encojo más en mi misma.
—Voy a tomarte de las manos, si—asiento y me levanta mis brazos sobre mi cabeza.
—No respiro.
—Está bien, lo estás haciendo bien. ¿Quieres contar hasta diez conmigo?
—Tengo mucho miedo, no respiro.
—Lo estás haciendo bien, contemos hasta diez, sí.
Porque me duele el pecho, no me gusta que me duela.
—Uno—pasan unos segundos y respondo.
—Dos.
—Tres.
—Cuatro.
—Cinco.
—Seis.
—Siete.
—Ocho.
—Nueve.
—Diez—dejo salir un suspiro y me dejo abrazar por él.
—Estoy orgulloso de ti. Buen trabajo. Lo hiciste bien, está bien.
—Estoy respirando.
—Concéntrate en tu respiración. Mantente en el presente.
—No quiero dejar de respirar, no quiero que me duela el pecho.
—Puedes superarlo, vas a lograrlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/219003657-288-k343289.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El porqué de tus reglas (Reescribiendo)
JugendliteraturCorazón roto, dos palabras que pueden significar varias cosas dependiendo de la persona, una chica puede tener roto su corazón por el simple hecho de sufrir un trauma, un chico lo puede tener por el engaño de otra persona la cual era importante para...