CAPÍTULO 18: DESPEDIDA.

37 8 4
                                    

—¡Joder! Me ha entrado calor con solo mirar... habéis subido la temperatura; eso sin duda. —ríe.

—¡Pero, ¿Qué coño Is?! —gritó Elsword saltando rápidamente de la cama.

—Cálmate hermanito... sólo venía a despertaros, pero ya veo que teníais algo ente manos. —dijo ella alzando sus cejas.

—¿Por qué cojones no te has dado la vuelta?

—¡Wow! Relaja Els... ejem, ejem... te veo como muycaliente ¿No? —siguió ella con cara divertida señalando su pelvis.

 te veo como muycaliente ¿No? —siguió ella con cara divertida señalando su pelvis

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Avergonzada a más no poder, sólo fui capaz de cubrirme la cara con ambas manos. Deseaba con todas mis fuerzas no estar ahí.

—Elsword se tapó como si sirviese de algo. —¡Pero no mires puta pervertida! —exclamó rojo de furia.

—Agh, pero si no se ve nada. No estás desnudo imbécil. —respondió Is poniendo sus ojos en blanco. —Aunque por lo que veo, Aisha debería estar muy feliz. —se burló.

(Tierra trágame), pensé.

—¡Largo de la habitación maldita degenerada! —ordenó él empujando a su hermana fuera del cuarto dando un portazo en su cara.

Elsword se apoyó contra la puerta absolutamente derrotado pasando sus manos una y otra vez por su rostro y por su pelo frustrado. Quizá por la interrupción o quizá por arrepentimiento. Mis mejillas ardían doloridas y mi pecho palpitaba frenéticamente. Me sentía totalmente abochornada por la aparición de Elesis. Me tiré al colchón y haciendo acopio de la poca valentía que aún residía en mi cuerpo, aparté mis manos descubriendo mi cara clavando mi vista en el techo roñoso de madera.

Aún sin estar mirándolo, podía notar la profunda lucha de Elsword por calmarse. Su respiración agitada era el único sonido que existía en el dormitorio. Me daba miedo acercarme, me asustaba el no saber cómo actuar con él dados sus problemas en el pasado.

Se le veía tan enfadado en ese momento, batallando contra sus instintos más primarios y yo... yo no me creí capaz de poder manejar una situación de esa envergadura. No quería despertar a la bestia que yacía dormida en su interior. Respiré hondo unas cuantas veces antes de que mis pies cobrasen vida propia y me llevasen hasta él, mi cuerpo parecía entender perfectamente lo que a mi razón le costaba tanto comprender.

Recostada sobre la puerta, me deslicé hasta el suelo sentándome justamente a su lado. No dije nada, no era necesario. Mi presencia fue suficiente. Sólo necesitaba hacerle ver que permanecería junto a él.

Yo, con los ojos cerrados, apoyando mi cabeza sobre la puerta. Elsword, con la suya entre sus manos. Pequeñas gotas de sudor recorrían nuestra piel como único testigo de la pasión creada entre ambos hace tan sólo unos minutos.

Lo miré preocupada. Las palabras se atoraban en mi garganta y no conseguía lograr que saliesen de ella. Su cuerpo entero temblaba. Sus puños apretados no dejaban pasar la circulación y se tornaban pálidos poco a poco; ya casi ni podía respirar con normalidad. Quizás por furia, quizá por tensión. Quizás por algún motivo que yo aún desconocía.

EL LEGADO MALDITO (ELSWORD-AISHA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora