Me tomó un rato asimilar las palabras de Elsword. No podía creer que sintiera lo mismo que yo. Ahora me daba vergüenza salir fuera, (¿Cómo iba a poder mirarle a los ojos?) Me ponía muy nerviosa que él conociera mis sentimientos, incluso mejor que yo misma. Respiré hondo un par de veces para calmarme, mientras caminaba de un lado a otro, (¿Qué demonios te pasa Aisha?).
—Vamos Aisha tú puedes, tranquilízate de una vez maldita sea. ¡Esto es ridículo! —solté exasperada abriendo la puerta que se encontraba frente a mí para ir a la cocina.
Fue poner un pie fuera y Elesis chocó conmigo haciéndome tropezar y caer al suelo.
—¡Ahh! ¡Me has dado un susto de muerte! —exclamó.
—Yo estoy bien. Gracias por preguntar Is. —manifesté arqueando una ceja.
—extendió su mano hacia mí para ayudarme a levantar poniendo sus ojos en blanco. —No seas tan quejica, además tampoco estás tan lejos del suelo. —respondió sacando su lengua a modo de burla.
—Muy original. —alegué con sarcasmo mientras me alejaba.
Una vez en la cocina me llevé un fracaso monumental. No quedaba nada, pero absolutamente nada de la lasaña. No podía enfadarme, me lo habían advertido los dos. Abrí la nevera esperanzada con encontrar algo y la cerré resoplando frustrada. No había nada hecho y eso sólo significaba una cosa: tendría que cocinar yo misma y la verdad es que no estaba de ánimo para ello.
Cuando me giré para volver a mi cuarto me encontré a Elsword apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados, observándome divertido. Le lancé una mirada asesina.
—No me mires así, que a mí tampoco me ha dado tiempo a probar bocado. —se quejó, haciendo un puchero.
Me sentía culpable por ser la razón de que no llegara a tiempo a la lasaña. Seguro que se moría de hambre...
—Elsword debió de leerme la mente. —No te mortifiques Aisha. Es culpa de Is que no deja nada a su paso, lo devora todo. —rio. —Bueno creo que este es el momento perfecto para empezar las clases, ¿No crees?
— ¿Cómo?, ¿Ahora? –inquirí alterada.
— ¿Acaso tienes miedo? – insinuó acercándose a mí.
— ¡¿Qué?! Pfft ¡No! —protesté molesta.
Elsword se rio mientras sacaba algunas cosas de la nevera, aunque la verdad es que sí que tenía miedo, pero miedo por estar a solas con él. Mi corazón latía cada vez a más velocidad.
—Y... ¿Qué vamos a hacer? —pregunté nerviosa.
—Vamos a preparar una rica tortilla. Vale, mientras yo me encargo de los huevos puedes ir cortando las setas.
Asentí con la cabeza. Busqué un cuchillo y me puse a trabajar.
—¡Eh! —gritó Elsword por el ruido que estaba haciendo. —¡He dicho que cortes los champiñones! ¡No que los asesines!
— ¡Oye! ¡Necesitan aprender quién manda aquí! —aseveré enfurruñada.
—No. Tú tienes que aprender quién manda aquí. —dijo situándose detrás de mí, colocando sus manos sobre las mías.
—prácticamente me estaba abrazando. —¿Qué estás haciendo? —cuestioné totalmente roja.
—Poniendo manos a la obra. Ahora, sigue mi ejemplo, ¿De acuerdo?
—Elsword guiaba mis manos mientras cortábamos las setas juntos. —Haces que esto parezca fácil, Els.
—Tengo mucha práctica. —después, me enseñó a mezclar todos los ingredientes y a freírlos. Incluso me mostró como dar la vuelta a la tortilla sin que se derrame.
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EL LEGADO MALDITO (ELSWORD-AISHA).
Fiksi PenggemarEn un mundo dónde la magia ha sido erradicada casi por completo, en el que sólo quedan los pequeños vestigios del pasado, se cierne una oscura sombra. Tiempo atrás, la magia fue sinónimo de prosperidad, un símbolo de lo divino en este mundo incierto...