Meet Me in the Hallway: Hinata entra al set.

408 48 27
                                    

—Te lo dije, no quiero saber si volviste a salir con él, no quiero que te disculpes porque no va a cambiar el hecho de tener que escondernos. Solo te tengo por algunas horas a la semana, déjame disfrutar de eso. —Hinata se inclinó para besar los labios de aquella muchacha de contextura delgada, baja estatura y cortos cabellos rubios, veía sus ojos cristalizarse y juraba que sentía el cuerpo ajeno temblar bajo su agarre. Las sábanas de seda bajo ambos hacía que no pueda mantenerse erguido, logrando que su cuerpo se desliza con lentitud hasta rozar el ajeno.

El director gritó "CORTEN" antes de que los labios de Shoyo y Hitoka llegasen a tocarse. Ambos sonrieron al terminar la escena y se separaron, sus respectivos asistentes no tardaron en traerles una bata para resguardarlos del frío del estudio y esperaron a que el director decida si la escena se quedaba o debía repetirse; afortunadamente para Hinata, que tenía un nudo oprimiendo su garganta, la escena quedó y tras saludar con una sonrisa a su compañera y los demás se escapó por los pasillos para esconderse en su camerino.

 Ambos sonrieron al terminar la escena y se separaron, sus respectivos asistentes no tardaron en traerles una bata para resguardarlos del frío del estudio y esperaron a que el director decida si la escena se quedaba o debía repetirse; afortunadame...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con veinte años una persona cree que ya vivió lo suficiente como para comerse al mundo, con veintidós Hinata creyó que estaba capacitado para irse a vivir solo después de haber obtenido su tercer papel secundario en una serie. Así fué como en ese pasillo adornado por la abrumadora luz del sol conoció a Atsumu Miya, de hermosa apariencia y encanto innegable. Shoyo no creía en el amor a primer vista, pero al escuchar su voz ligeramente ronca y ver cómo media sonrisa se dibujaba en sus labios, empezaba a cuestionar esa idea.

Su primer noche fue más que mágica, había algo en el ambiente, una química que costaba racionalizar, una sola mirada hacía falta para entender que ahí era donde quería estar. Esa noche tendría que haberse ido después de tener sexo, tendría que haber recogido sus prendas desparramadas por toda la cocina y volver a su casa que era un mar de cajas sin desempacar, hacer lo que siempre hacía cuando un hombre invadía sus noches. ¿Por qué él tenía que ser diferente? Esa guerra estaba perdida, el cuerpo de Atsumu era tan cálido y sus brazos se aferraban al cuerpo de Hinata con tanta gentileza que el joven de cabellos naranja, un simple mortal, no podía negarse a tales poderes divinos.

En algún punto del día siguiente Hinata volví a la casa de su vecino, una desagradable sorpresa se llevó al describir que: 1. había una mujer en el departamento y 2. era la novia de Atsumu. La mente de Hinata divagaba entre "¿Por qué no me dijo que tenía novia?" y "Es mi culpa por meterme con un desconocido".

—Soy yo, espero que te haya dicho cosas buenas sobre mí. —la muchacha no tenía la culpa, amable y bonita bajo los ojos de Hinata, el trato de actuar con normalidad.— ¿Puedo pedir una olla prestada? Pensaba cocinar algo y no sé en cuál de todas las cajas están las cosas de cocina.

Uno vez que obtuvo aquello se encerró en su departamento, recostado contra la puerta comenzó a llorar. ¿Qué era eso que sentía?

 ¿Qué era eso que sentía?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
VicisitudesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora