Capitulo 55.

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Al despertar la mañana siguiente lo único que hizo fue cepillar sus dientes y lavar su rostro, esperaría por Anastasia para poder tomar una ducha juntos, no tuvo que preguntarse en donde estaba pues el atractivo aroma proveniente de la cocina resolvió esa pregunta no formulada. Bajo al comedor en su pantalón de pijama, sin camiseta ni zapatos, después de todo al terminar el desayuno la ropa sería un estorbo para ambos.

–Buenos días– Su voz era aún más ronca por la mañana, paso una mano por su desordenado cabello mientras trataba de ubicar a la chica que la noche anterior había calentado su cama.

–Buenos días– Respondió Anastasia saliendo de la cocina, llevaba solamente una de sus camisetas, sus largas y torneadas piernas ante él, exhibiéndose gloriosas a su vista, se encontraba descalza y su rostro portaba un brillo encantador. Se acercó a ella inclinándose para besarla con suavidad, puso una mano en su cintura atrayéndola a él, acaricio su cabello con una ternura impropia de sí mismo, puso un mechón de su cabello detrás de su oreja, beso su frente y se alejó para ayudar a Ana a poner el desayuno en la mesa dejándola atrás suspirando enamorada.

–Toma asiento nena, debes descansar ayer no te deje dormir mucho... Y esta noche tampoco lo haré.

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