Capítulo No.2

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—¡Lucas! ¡Rápido! ¡La formación de los grupos está en el tablón! —me dice Antonella muy emocionada tirando de mi abrigo.

—Ya se, pero deja de gritarme que estoy al lado tuyo. —le digo cubriendo mi oído derecho pues siento como comienza a aparecer un pequeño pitido.

—Vale, vale, lo siento.

Terminamos de recorrer el pasillo y llegamos al mural, donde habían diferentes hojas con la distribución de los diferentes grupos. Comparándolo con el ejercicio matutino de hoy, se nota que están divididos según la resistencia física de cada uno.

Yo estoy en el grupo 2-A y me arriesgo a decir que es la élite de mi año. Es una pena no estar en el mismo grupo que Anto ya que al transferirme un año después, ya todos tienen sus grupos de amistades formados por afinidad, llegaré nuevo a un grupo que ya está adaptado a esta universidad y yo seré la oveja negra del lugar. Pero supongo que eso me ayudará a ver mejor la realidad de este lugar.

—¿Lucas Lawrence? —me dice un señor de alrededor de unos cuarenta años a mi lado.

—Sí, diga.

—Soy el profesor Carlos, el guía de su clase, ¿me pondría hacer el favor de seguirme? Debo presentarle ante el resto del salón.

Vamos caminando por el pasillo hasta llegar a la puerta que dice "2-A". El profesor me ordena quedarme fuera hasta que me llame, así que eso hago.

—Por favor, necesito su atención —aplaude tres veces para captar la atención de todos—. A nuestro grupo se une este curso un nuevo alumno. ¡Entra, Lucas! —escucho la señal y entro al aula cerrando la puerta a mis espaldas.

Me posiciono frente a todo el salón, al lado del profesor y me presento.

—Buenos días, me llamo Lucas Lawrence y a partir de hoy seré su nuevo compañero de salón.

•••

—Mis compañeros son unos imbéciles. —dice Antonella entre dientes frente a mi.

—¿Porqué? ¿Pasó algo? —me apresuro en decir. Si le tocan un pelo a Anto...

—No, nada —empieza a evadir el tema —. Voy a buscar un poco de agua. —dice para después levantarse.

Yo mientras sigo almorzando con las pocas ganas que me quedan. Ese salón de clases me baja el ánimo de formas inimaginables. Quizás es que aún no conozco a nadie y tanto silencio en un salón de clases no lo encuentro normal comparado a mi escuela anterior, que con suerte se escuchaba la voz del profesor.

—Vamos, enséñame algo, no tiene que ser aquí preciosa —levanto la mirada de mi comida para encontrarme a un idiota agarrando fuerte de la mano a Antonella para que no huyera y levantándole ligeramente la falda —. Puedes venir conmigo a mi habitación y... ver que ocurre, ¿no te parece?

Anto le hace fuerza intentando soltarse de su agarre pero él solo aprieta con más fuerza su muñeca.

Mi sangre comienza a hervir y aprieto los puños encima de la mesa intentando controlar uno de mis ataques de ira, pero esto se está volviendo más difícil de lo que debería. No me puedo dejar llevar, no puedo arruinar esto.

"Al mínimo error, estás fuera"

Miro a Antonella y como aún ese baboso tiene las manos encima de ella hago un ademán para levantarme, pero ella me retiene.

—Si te levantas de ahí arruinarás todo. —logro leer de sus labios.

Comienzo a mover mi pierna de arriba a bajo frenéticamente haciendo un intento por controlarme, ¡pero repito, esto no funciona!

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