IV: El Fantasma

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Ambrose me había dejado a en una jaula, vigilada por dos de sus esbirros y se había puesto a lo suyo sin preocuparse más de mí. Al principio lo vi como una oportunidad y traté de escapar, de abrir la jaula, sacudí cada barrotes probando a ver si alguno cedía, pero cada vez que hacía cualquier intento de escapar, alguno de esos espantosos seres me golpeaba sin piedad, ya fuese con palos, puñetazos o patadas, soy inmortal, pero siento el dolor igual que cualquiera, he de admitir que algunos golpes incluso hacían que se me saltasen las lágrimas, por lo que finalmente decidí desistir y me quedé sentada en silencio, pero en el fondo no me había rendido del todo y aún pensaba, en silencio y sin llamar la atención, en la forma de fugarme.

En todo el tiempo no aparté la vista del brujo que iba de un lado al otro del lugar llevando y trayendo cosas, preparando una trampa para el Bibliotecario,… Yo solo quería acabar con él, era mi deber detenerlo, mi trabajo, pero así encerrada y desarmada no podía hacer nada, necesitaba un plan.

-No conseguirás lo que pretendes - dije con tono amenazador buscando distraerle, pero Ambrose solo se rio un poco sin nisiquiera mirarme y me ignoró - Al final escaparé y entonces…

-No me hagas reír Guardiana ¿Escapar? ¿Cómo piensas escapar de aquí? - Habló mientras seguía a lo suyo - Estás herida, sin armas ni herramientas, sola,… Te haría falta un milagro.

-¿Milagro? - sonó una voz detrás del brujo, la reconocí al instante, Ambrose se dio la vuelta viendo como empezaba a formarse nebrina en una esquina - ¿Es acaso una aparición espectral lo suficientemente milagroso?

De la nebrina salió Varian con su máscara y sombreros puesto, algunas manchas de sangre, los ojos brillando como los de un demonio, parecía flotar sobre el suelo y tenía un aura fantasmal que hizo asustarse incluso al brujo, aunque a mí, sinceramente, me pareció adorable y me dio más esperanzas y fuerzas para escapar.

-Pero tú… Tú estabas muerto ¿Cómo…? - Balbuceaba el brujo.

-Soy el espíritu de Varian, el Alquimista, y vengo a vengar mi muerte, de esta no saldrás con vida.

Ambrose estaba temblando y comenzó a retroceder lentamente mirando a Varian sin creérselo, era bastante divertido verlo y se notaba que, tras todo el numerito, Varian ya se encontraba bien.

-Tus peores pesadillas están a punto de hacerse realidad… - siguió amenazando Varian.

Casi no logró contener la risa al ver el pavor en los ojos de Ambrose y sin darme cuenta de lo que hacía, me acerqué más hacia Varian agarrando los barrotes. Las brutas criaturas no se lo pensaron dos veces, me golpearon con fuerza dándome dos buenas patadas en el abdomen no pude contener un pequeño grito de dolor y solté, sin querer, algunas lágrimas, volviendo a caer de rodillas y agarrándome mi dolorida barriga con las manos.

-¡Cassy! - gritó Varian con preocupación, supe que lo había visto, como para no hacerlo, pero eso era malo.

El instinto le hizo correr a ayudarme, pero no reaccionó a tiempo en lo que estaba haciendo y tropezó desbaratando él mismo su numerito. Se volcó el pequeño taburete sobre el que estaba, y que había ocultado con la niebla y su abrigo para parecer que flotaba, al caer tiró los frascos con químicos que brillaban dándolo el aire fantasmal y se reflejaban en sus ojos provocando el brillo, los botes se estrellaron contra el suelo y se rompieron perdiendo su efecto y neutralizado el producto que generaba la neblina,… En cuestión de milésimas de segundo, el aterrador espectro se convirtió en un niño tirado en el suelo y con la ropa manchada con pintura roja que imitaba la sangre.

-OH… - me dí una palmada en la frente frustrada - Ya te vale, Varian… - susurré para mí misma y mire al brujo llena de preocupación.

La cara de Ambrose era indescriptible, combinaba el miedo que aún no se le había ido del todo, con confusión, ira, desconcierto,… Tardó varios segundos en reaccionar, segundos durante los cuales se hizo un silencio y quietud insoportables, pero finalmente sacudió la cabeza aclarando sus ideas y miró al niño en es suelo.

The Alchemist Return - 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora