RESURRECCION

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Amiel


No me importaba si Lucifer ahora era un demonio completo yo solo deseaba que él me siguiera haciendo parte de su infierno este era mi hogar, no deseaba nada que no fuera él aunque lo entendía, entendía que lo lastime que fui una hija de perra, lo necesitaba sin importar si era Samael o Lucifer él era el ser que puso todo mi ser de cabeza, él era lo único que necesitaba deseaba que esta distancia terminara, sabía que su cambio tenía una razón y no la entendía cuando fui a buscarlo no logre escuchar la conversación que mantenía con Abdiel pero estaba segura que tenía que ver con la visita que le hizo a su padre, deseaba entenderlo a veces sentía que ya no lo conocía en que momento pasamos del amor a la indiferencia.


- Hola Amiel sabía que regresarías-. Pero qué demonios en que momento llegue con Lilith. Parece ser que tu inconsciente de trajo aquí

- Yo solo...

- No digas nada Amiel se lo que piensas, es muy extraño porque solo me pasa contigo, adelante tengo algo que mostrarte

- No, yo debo irme-. Estaba a punto de girarme sobre mis talones para buscar a Lucifer cuando su mano me tomo por el antebrazo

- Dije que tenía que mostrarte algo así que no iras a ningún lado-. El terror se fue apoderando de mi ser sus ojos rojos tenía en ellos serpientes, jamás había tenido esta sensación y no me gustaba. Caminamos y había una habitación, era muy espaciosa color rojo, en medio de esta una cama enorme con sabanas negro y blanco; no entendía que estaba haciendo en ese lugar, porque Lilith me había llevado. De pronto su voz me saco de mis pensamientos.- te gusta, este es mi lugar preferido, aquí hago cosas maravillosas y quería mostrártelo; hace cuánto tiempo no estas con Samael? Su pregunta me hizo recordar que hace mucho tiempo no estaba con él, que hace mucho no sentía sus labios sobre los míos y fue tortuoso realmente lo extrañaba y no fue hasta esta pregunta que fui consciente.

- No lo sé y eso tampoco debería importarte a ti

- Si tan solo te vieras como yo te veo, verías que hay fuego en tus ojos. Se fue acercando a mí y pude notar con mayor claridad esas serpientes en sus ojos, realmente te hipnotizaba su mirada, sentí como mi espalda choco con una de las paredes de aquella habitación, mi respiración era agitada me sentía nerviosa. Qué demonios estaba haciéndome esta mujer me sentía embelesada; se fue acercando a mi hasta que sentí como sus labios rozaban los míos, era pura pasión la que sentía, ese arrebato, era algo que jamás había sentido ni si quiera con Samael. Pero qué demonios


Me estaba besando, me tocaba y sentía fuego por todo mi cuerpo, no quería que parara, quería sentirla, se sentía tan bien. Me elevo y me llevo hasta su cama, me recostó y me miro quería entender que estaba sintiendo, quería ver algo en sus ojos y solo veía esas serpientes, la acerque a mí, deseaba, anhelaba sentir sus labios, la manera en que me tocaba ni siquiera se asemejaba a las caricias de Samael, de pronto sentí como sus dedos se adentraron en mí, mi espalda se arqueo al sentirla, era pura lujuria la que estaba sintiendo, gemía de placer, no quería que parara, tome su mano para que se moviera más a prisa se sentía tan bien la manera en que lo hacía, en cómo me hacía sentir, besaba sus labios y de pronto paro, saco sus dedos de mi centro y beso cada arte de mi cuerpo hasta que bajo y llego a mi centro paso su lengua la movía de un lado a otro, estaba a punto de estallar y lo sabía y no quería que parara la tome del cabello para que siguiera, ella alzaba la mirada y sonreía mientras seguía siendo lo suyo, de pronto escuche su voz.


- Qué demonios estás haciendo Amiel!-. grito el ángel del que me había enamorado, su rostro desfigurado por la escena que estaba presenciado, giro sobre sus talones para desaparecer de aquel lugar, me levante y corrí tras el

Trono de fuegoWhere stories live. Discover now