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las mejillas de yunho se encontraban bañadas de sus lágrimas, su corazón dolía y su estómago se encontraba hecho nudo.

- yunho, no es lo que piensas. - dijo un exaltado mingi, ignorando el fuerte ardor de su mejilla.

- ¡mentiroso! seguramente te estuviste revolcando con ella toda la noche y ahora me llamas para que nos veamos.

yunho estaba a punto de irse, dando vuelta su cuerpo para tomar el camino de vuelta a su casa.

pero mingi se lo impidió, atrayendolo hacia su propio cuerpo y lo abrazó sin dejar que se moviera.

- no es lo que piensas bebé, soojin ella es mi hermana. - dijo mientras que con su mano acariciaba el pelo de la nuca de yunho.

yunho al oír eso, quedó paralizado y empezó a llorar, ahora se sentía estúpido.

debió preguntar antes quien era, en este momento mingi lo estaría odiando, fue un total imbécil.

- ya, está bien. - mingi seguía acariciando la cabellera del menor.

- y-yo n-nnos... - yunho era un caos, se sentía súper estúpido por haber golpeado a mingi sin antes haber preguntado nada. - l-lo sien-to.

- descuida, se porque hiciste eso yunho, lo entiendo.

mingi llevo sus manos hasta la cara contraria y las coloco en sus mejillas, juntando así sus bocas en un tierno beso.

yunho todavía no se sentía bien, había cometido un gran error y lo peor, había golpeado a mingi.

- ven, entremos. - su profesor estiró su mano para que yunho la agarré y lo siguiera, cosa que si hizo.

al ingresar a la casa de mingi, yunho pudo observar que era lujosa, la sala de estar estaba compuesta por dos grandes sofás y una mesa de vidrio en el centro, un plasma y un gran ventanal que dejaba ver el gran patio que tenía detrás.

- tu casa es muy bonita. - dijo yunho sin soltar la mano de su profesor.

- si, aunque no suelo dormir mucho aqui, siempre es mi hermana la que se queda más que nada.

al escuchar la palabra hermana yunho se avergonzó y su cara cambio, había abofeteado a su profesor por ser un pelotudo, cómo solía decirle su primo jackson.

mingi al notar la expresión de yunho, giró su cuerpo y se acercó a la cara contraria.

- hey, te dije que no te preocuparás. - mingi no dejaba de acariciar sus mejillas y de mirarlo de una manera dulce.

- y-yo lo siento, fue un total estúpido al creer que te acostabas con otra mujer sin siquiera preguntarte primero.

- olvídalo, también pensaría algo así si una mujer bonita sale de tu casa.

mingi debía admitir que su hermana era muy hermosa al igual que su madre.

al escuchar eso, las mejillas de yunho se calentaron, causando un enorme sonrisa que lograban achicar los ojos de su mayor.

- eres hermoso sonrojado. - dijo mingi depositando un pico en sus labios.

- y tú cuando sonríes.

está vez fue el menor quien unió sus bocas, atrayendo a mingi posicionando sus brazos alrededor del cuello del más alto.

los pies del mayor guiaron al contrario hasta el sofá, logrando que chocarán y cayera en el.

sus bocas no se separaron al momento en que mingi se posiciono entre las piernas del peliazul, llevando su boca hasta el cuello del más pálido.

- m-mingi. - yunho aparto a su profesor y lo miro a los ojos.

¡𝗍𝖾𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋! 𝖸𝖴𝖭𝖦𝖨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora