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Los meses transcurrieron, Trafalgar trabajaba con normalidad, de vez en cuando se despistaba, pues desde el accidente de Sanji había dormido muy poco, casi nada

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Los meses transcurrieron, Trafalgar trabajaba con normalidad, de vez en cuando se despistaba, pues desde el accidente de Sanji había dormido muy poco, casi nada. En el hospital anunciaron dos días después de que Marco y el ojeroso se enteraran del incídete; que Sanji se había ido del país por motivos que no podían revelar, al parecer la familia del rubio tenía un alto estatus social y se negaban a que los medios supieran lo ocurrido con el muchacho.

Marco y Law ya no se dirigían la palabra si no se trataba del trabajo, el ambiente se ponía muy pesado cuando se encontraban en los pasillos o la salida, ambos ignoraban la existencia del otro sin ningún motivo aparente, solo lo hacían, y se sentían más tranquilos evitando todo lo que tuviera que ver con Sanji.

No había derramado una sola lagrima por Sanji, quiso sentirse mal por eso, pero aun parecía no querer atender esos pensamientos y los ignoraba todo el tiempo, evitaba estar solo, pues cada que se encontraba con el silencio aquellos pensamientos salían a la superficie; las salidas con sus amigos habían aumentado y Trafalgar descuidaba cada vez más su trabajo.

Una mañana como cualquier otra el ojeroso se encontraba en su escritorio haciendo papeleo de algunos registros del hospital, fue entonces que sintió una ligera mano sobre su hombro derecho. Giro en su silla para quedar de frente a una hermosa señorita de cabello ondulado verde y ojos de color ámbar, realmente llamativos.

— ¿Si? — Inquirió Law esperando una respuesta de la mujer.

—Mi nombre es Monet— Masculló la chica para presentarse, pues nunca antes había entablado una conversación con Trafalgar.

El cirujano cortésmente se levantó de la silla y le tendió una mano a la mujer. La cual la estrecho gustosamente.

—Un gusto Monet, Mi nombre es Trafalgar D Water Law. ¿Sucede algo?

La chica dudo por unos instantes antes de hablar.

—Me preguntaba si saldría conmigo este domingo— Comentó la mujer con una sonrisa en el rostro.

Law no era tonto, sabía que la chica quería confesarle sus sentimientos, pues ya había experimentado esas situaciones antes, y todas las había rechazado.

—Claro— Expresó con una amable sonrisa en el rostro. — ¿Dónde nos veremos? — Inquirió Trafalgar.

La chica asombrada soltó una risilla boba, ¿Cómo no asombrarse? Los rumores de que el ojeroso rechazaba a todo el mundo corrían por todo el hospital, era claramente un rompe corazones.

—Cerca de aquí hay un café muy agradable— Murmuró la chica.

Ambos acordaron una hora para encontrarse y se despidieron, rápidamente la noticia corrió por todo el hospital, el amado rompe corazones se había redimido de su apodo. Nadie negaba que Monet era muy hermosa, por eso decían que los encantos de la mujer habían atrapado al chico.

Una razón para amarte. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora