Una razón para amarte. [Español]

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La semana transcurrió con normalidad, quizá demasiada normalidad, pues Luffy le escribía de vez en cuando a Trafalgar, pero no le comentaba nada acerca de la extraña confesión que le había hecho el ojeroso. Finalmente llego el fin de semana, pero no ocurrió nada, pues el menor no se había contactado con Law desde el jueves y no parecía que lo fuese a hacer de repente.

Y así pasaron dos semanas más, Trafalgar le preguntaba a Ace por el monito, sin embargo el pecoso le repetía una y otra vez que estaba en exámenes y luego junto a Marco se burlaban del ojeroso.

El viernes de la segunda semana Luffy le escribió a Law al celular para salir, quedaron de encontrarse en un parque de diversiones que había abierto hacia menos de un mes, "Es un poco infantil" pensó Trafalgar, pero no se negó a ir.

El ojeroso terminó su turno del sábado a las 3:30 p.m. y espero hasta las 5:00 p.m. para encaminarse al lugar en el que había quedado con el menor. Law llegó al parque de diversiones antes que el monito; como de costumbre, dio una vuelta por el lugar y luego espero a Luffy en la entrada. El menor llegó a las 6:00 p.m. gritando su mote a los cuatro vientos.

- ¡Torao! Tiempo sin verte- Y como en la anterior vez, el monito se lanzó a los brazos de Trafalgar para abrazarlo, esta vez el ojeroso no lo apartó, en vez de ello le devolvió el gesto.

Luffy se separó del abrazo al notar que Law no lo hacía.

- ¿Cómo has estado?

- ¿Por qué no me has escrito? - Inquirió Trafalgar ignorando la pregunta del menor. -No sabía nada de ti, ¿sabes lo preocupado que estaba?

El monito lo miro incrédulo.

-¿Y por qué no me escribes tú? Además, ¿por qué debo escribirte? No es como si te debiera una explicación o algo.

- ¿Cómo sabría si quieres que te escriba? -Musitó el ojeroso.

- ¿Qué? ¡Solo lo haces! - Luffy bufó decepcionado- Diablos Torao, ¿A qué se debe este cambio? Actúas extraño tan de repente.

Law guardo silencio, pues ni siquiera él sabía por qué cambiaba tan drásticamente cuando se enteraba que alguien gustaba de él.

-Como sea, olvidemos todo esto, vamos a divertirnos. -El menor agarró la mano de Trafalgar y como de costumbre lo arrastró por todo el lugar.

A petición del monito se montaron en todas las atracciones que lucían peligrosas y vaya que lo eran, pues el estómago del ojeroso daba vueltas al igual que su cabeza, y después de haber montado en unas diez atracciones ya había vomitado al menos unas tres veces.

-No estoy hecho para esto- Comentó Law con voz de ultratumba después de haber vomitado en un contenedor de basura.

Luffy lo observo preocupado, pues si Trafalgar se enfermaba no sería divertido.