Capítulo 1

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El primer modelo de ropa interior creado por Marinette Dupain-Cheng estaba casi listo. Solo faltaba cortar un par de hilos sueltos y podía considerarse terminado. Era un conjunto precioso, y a decir verdad, algo provocativo. Inspirado parcialmente en Ladybug, pero sin usar el clásico patrón de motas negras, estaba hecho de encaje negro y suave con bordes rojos. Consistía en un bralette ancho, que cubría hasta el final de sus costillas y unas braguitas con pequeños moños (rojos) a los lados. Francamente, era una obra de arte, y esperaba fuera tan cómodo como bello.

- ¡Te quedó genial, Marinette! - Exclamó Tikki en cuanto hubo terminado los últimos detalles. Marinette le agradeció efusivamente. Estaba algo cansada, pues eran aproximadamente las dos de la mañana, pero se sentía bastante satisfecha con su trabajo.

Tal vez la lencería no era algo muy propio de Marinette; su proyecto, al inicio alarmó un poco a sus padres, hasta que les explicó la razón; en una reunión en casa de Juleka, a la que asistieron todas las chicas de su clase (incluyendo a Chloé) salió la conversación de lo incómoda y cara que era la ropa interior en general, principalmente los sujetadores: a veces incluso tenían la sensación de que estos incluso trataban de apuñalarlas. También hablaron de como la estética y la comodidad parecían estar peleadas y algunas chicas se quejaron de las tallas. A demás, a los 16 años las jovencitas ya tenían esa pizca de vanidad interna, por lo que también buscaban algo que pudiera hacerlas sentir seguras de su cuerpo. Con esa motivación, Marinette comenzó a bocetar esa misma noche.

Ahora tenía varios modelos en desarrollo, incluyendo algunos basados en los héroes de París, como Chat Noir, pero le había puesto especial empeño al de Ladybug. Satisfecha con su trabajo, decidió tomar varias fotos y enviárselas a Alya. La chica no tardó en responder: "Está vez te luciste, Marinette. Espero que sea igual de cómodo que hermoso."

Curiosa por comprobarlo y animada por Tikki, la chica se lo probó. El resultado la dejó muy satisfecha; le daba el soporte necesario, la tela era muy suave y no habían varillas, ganchos o elásticos que la incomodaran. Modeló para sí misma frente al espejo; los colores resaltaban sobre su piel. Vestida de esa forma, se sintió como cuando llevaba el traje de Ladybug, fuerte y poderosa. Se soltó el cabello, satisfecha con la imagen que ofrecía de sí misma. Y entonces, se le ocurrió una idea; envalentonada por la euforia de su éxito y con la mente nublada por el cansancio, decidió mandarle un pequeño video a Alya en el que modelaría su conjunto. De todas formas, ambas se habían visto en traje de baño y ropa interior cientos de veces, esto no era tan diferente.

- ¿Estás segura de que es buena idea, Marinette? Sé que confías en Alya, pero de todas formas podría llegar a otros ojos. Podrían robarle el celular o algo parecido. -

- Tranquila, Tikki. Se lo enviaré por Instagram. Solo puede verse dos veces, y después de eso, prácticamente queda eliminado. -

Esto no dejó muy convencida a la pequeña kwami, pero prefirió no decir nada mientras veía como Marinette acomodaba su teléfono sobre un soporte improvisado para grabar un pequeño video. La chica daba unos pasos al frente, y una pequeña vuelta para exhibir el conjunto.

- Sigo sin pensar que esto sea una buena idea. -

- Tranquila. Ya te dije que solo podrá verlo dos veces. A demás, es Alya. Gracias al Ladyblog es una experta en seguridad cibernética. -

Pero Alya era Alya. Y Marinette era Marinette.

Seleccionó la opción de compartir el vídeo, vía Instagram, después la opción de mensaje privado. Tecleó la letra "a" y unos segundos después, apareció el perfil de Alya... Justo sobre el de Adrien Agreste. La chica presionó enviar despreocupadamente, apagó la pantalla de su celular y fue a ponerse su pijama.

Cuando terminó de vestirse, decidió revisar si Alya ya le había respondido el mensaje; probablemente ya lo había hecho, pues era fin de semana y ella se la pasaba pegada al móvil y la computadora haciendo actualizaciones en su blog. Pero aún no respondía. Se le hizo extraño, pues generalmente contestaba de inmediato. Decidió revisar si, por alguna razón, el vídeo no se había enviado. En ese momento se dio cuenta de que no le había enviado el video a Alya. Se lo había enviado a Adrien Agreste.

Después del shock inicial, trató de eliminar el mensaje, de hackear su cuenta, todo. Esta era una humillación de otro nivel. Estaba tan avergonzada que ni siquiera consideró pedirle ayuda a Alya. Entonces, tomó la decisión de transformarse en Ladybug, colarse a la habitación del modelo y hurtar su celular. Ya conocía su patrón de desbloqueo, así que sería pan comido. Era consciente de que sus poderes no debían usarse con fines egoístas, pero si eso no era una emergencia, no sabía que lo era. Tenía que darse prisa, pues aunque probablemente Adrien no revisaría su celular hasta el día siguiente, debía ser precavida. Volvió a desbloquear el teléfono para confirmar que eso no se tratara de una pesadilla. Pero las cosas solo se pusieron peores; Adrien estaba en línea. Y unos segundos después, vio como la palabra "visto" aparecía justo debajo de su video.

Mientras tanto, en su habitación, Adrien terminaba de revisar los temas que se había perdido por su sesión de modelaje. Regularmente trataba de aprovechar cada hora de sueño que tenía disponible, pero no podía permitirse obtener malas calificaciones, mucho menos a finales de semestre. Estaba a punto de irse a dormir cuando el sonido de notificación lo alertó.

- ¿Marinette? Es muy extraño que me escriba a esta hora. Tal vez sea una emergencia. - Se dijo a si mismo, pues Plagg estaba profundamente dormido. Ligeramente preocupado, reprodujo el video. Era Marinette, pero no sé veía como si estuviera en un apuro. Se veía bien... Demasiado bien. Cuando el video terminó, estuvo a punto de reproducirlo nuevamente, pero se detuvo al recordar que esa sería la última vez que podría verlo. Sin pensar demasiado, pues su mente estaba nublada por lo que acababa de ver, buscó una aplicación para grabar la pantalla y la descargó. Su forma de caminar, sus gestos, su sonrisa en el video... Por alguna razón, le recordaban a su Lady. Estaba consciente de que lo que hacía estaba mal, pero necesitaba verlo de nuevo. La aplicación terminó de descargarse y la puso a correr antes de reproducir el video por segunda vez. Se preguntó que pensaría su amiga de él en ese momento, pues recibiría una notificación avisándole de esa segunda reproducción. Probablemente, que era un pervertido. Ni siquiera había tenido tiempo de preguntarse por qué Marinette le enviaría ese video, cuando recibió otro mensaje de ella. "Lo siento. Persona equivocada".

Con una pizca de amargura, se preguntó quién sería la persona correcta mientras veía nuevamente el video. Tal vez era Luka.

¡Hola! Espero que les guste esta historia. Ya la tengo terminada y subida en otra plataforma, así que actualizaré cada ciertos días.

Persona equivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora